Silencio: De ilusión también se muere (J.D. Martín)

por José Luis Pascual

Título: De ilusión también se muere

Autor: J.D. Martín

Editorial: Autopublicado

Nº de páginas: 144

Género: Fantasía oscura

Precio: 9,60€ / 2,68€ (digital)

Agazapado, alucinado, observo a los esclavos, que caminan felices, sin saberse esclavos, hacia vidas vacías, cápsulas de ficción donde reciben recuerdos y experiencias que no son reales. Vidas que no son ciertas, pero que los mantienen felices y sumisos hasta que llega la hora de trabajar de nuevo. La columna pasa por el callejón y disimulo mi presencia hundiéndome en la masa de hombres. Me rozo con ellos, me fundo con ellos y siento su cansancio, percibo sus pensamientos inducidos. Están dormidos y no saben que duermen. Sólo los perros y yo estamos despiertos, sólo nosotros vemos el mundo como es, y en esta pesadilla el mundo es oscuridad, callejones color alquitrán que cierran la visión del cielo.

De cuando en cuando, uno se topa con ciertos iconos que han logrado trascender. Ya sean personas reales o caracteres ficticios creados para satisfacer al público, se sirven de una conjunción de elementos reconocibles para constituir un concepto universal. Aunque los hay a cientos, no es sencillo que se conjuguen las circunstancias para que la chispa salte y tal personalidad o personaje se conviertan en algo que va más allá de sí mismos. En este caso, podemos afirmar que todo el que se enfrente a Jonathan Silencio podrá hallar esos rasgos que lo confirman como una de esas leyendas. 

Siendo J.D. Martín un gran seguidor de la tradición de los detectives sobrenaturales literarios, es evidente que De ilusión también se muere tiene mucho de tributo. Un tributo que en esta ocasión adquiere una entidad propia dadas las características del protagonista. Silencio es un hombre que ha regresado de la muerte y que ahora posee ciertas capacidades que le permiten visualizar esa otra dimensión que permanece invisible para los demás. Y además vive en Valladolid. Desde allí, intenta ayudar a una mujer mayor que ha sido víctima de un aojamiento. Esto le llevará a una espiral de descubrimientos tan oscuros como sorprendentes. 

Muchas veces hemos afirmado en este espacio que lo verdaderamente original, lo que resulta novedoso en la literatura moderna, es la mezcla entre géneros y elementos. Ojo, esto no consiste en coger distintos aspectos de cada género, sino en saber barajarlos para lograr una mano ganadora. J.D. lo logra con un desparpajo poco habitual, introduciendo en su obra ingredientes extraídos del pulp, de la novela negra y del policíaco clásico y colocándolos en un recipiente nuevo. Tal mezcolanza, unida a un imaginario fantástico que hurga en distintos mitos, se despliega ante el lector con una naturalidad pasmosa que enseguida te gana para la causa. 

La fuerza del personaje principal es quizá el primer y mayor reclamo. Es Jonathan Silencio un antihéroe por antonomasia, de esos que arrastran un tortuoso pasado y se mueven entre sombras —aquí, de manera literal— soltando frases lapidarias. Me parece un gran acierto por parte del autor presentarnos al personaje in media res y escamotearnos su origen, dejando a lo largo del texto varias semillas que van permeando en el lector e incrementando su interés para futuras entregas. ¿Cómo es que volvió de entre los muertos? ¿De dónde vienen sus capacidades extrasensoriales? Todo eso queda para siguientes novelas, ya que De ilusión también se muere es tan solo el primer paso de una saga que ya cuenta con cuatro capítulos. 

Sobre el tono, también encontramos distintas virtudes. La primera es la habilidad del autor para amalgamar lo cotidiano con el elemento fantástico, de tal modo que consigue un efecto adulto del que carecen muchas otras obras del género. Igualmente, la linealidad de la trama alterna entre investigación y acción, desembocando en un desenlace absolutamente descarnado en el que el uso de la violencia nos deja imágenes para el recuerdo. El poso de tristeza o amargura que arrastra el protagonista contrasta con la explicitud de las escenas de sexo, quizá demasiado detalladas pero que parecen ser una marca de la casa. Disfrutable todo. Ello queda regado por un sentido del humor cínico y crítico, que de nuevo recurre al noir y al pulp más canónicos. En este aspecto, es destacable el relato añadido al final de la obra, que abunda en ese sentido cómico y trágico que tan bien combinan aquí.

Pero además hay hueco para la experimentación. Hay un par de fragmentos oníricos en los que J.D. se permite romper la narración y crear una verdadera pesadilla que conforma un capítulo memorable. Como el resto de la obra, son unos párrafos tremendamente visuales, pero que buscan su impacto en unos códigos más subliminales que evidentes. Es quizá al llegar a esa parte cuando nos percatamos del tremendo potencial que encierra la novela. Otro plus.

Puede que no sea la novela más original de la historia, pero, cuando se hace bien, es muy de agradecer este tipo de historias que te llevan de la mano convirtiéndote en cómplice y compañero. Podría decirse que De ilusión también se muere es un atrapante viaje por el misterio y la fantasía oscura conceptuados a la manera clásica, y no a la que últimamente se estila. La mejor palabra que me viene a la mente para describir la obra es «irresistible». Estoy deseando volver al personaje, no digo más.

 

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