Bighead (Edward Lee)

por Daniel Aragonés

Título: Bighead

Autor: Edward Lee

Editorial: Dimensiones ocultas

Nº de páginas: 560

Género: Splatterpunk

Precio: 22€

SINOPSIS

¿Quién o qué es Bighead? ¿Un pervertido? ¿Un mutante? ¿Un psicópata fruto de la endogamia? Sea quien sea, o lo que sea, está suelto, arrasando los bosques de Virginia y dejando a su paso un rastro de sangre, vísceras y horror más allá de los límites de lo imaginable.

Nunca antes una obra de ficción se había atrevido a profundizar tanto en los reinos de la perversión, la demencia sexual y el mal gusto.

RESEÑA

Las últimas 200 páginas del libro, las más frenéticas, me las he leído con mi hijo sentado sobre mis hombros. Le gusta ponerse rollo adolescente en el cabecero del sofá. Y yo con el libro abierto, sabedor de que no tiene ni idea de las imágenes que me estoy creando, absolutamente perturbadoras y salvajes. Así funciona esto de la literatura splatter, o de horror extremo. Sobre esto último quiero aportar cierto apunte: aunque muchos lo venden como una novela de género gore, no es tan gore y salvaje como la pintan. Pero ojo, de ahí a que no me haya gustado hay un mundo, por supuesto. No soy de esos lectores que se forman ideas preconcebidas antes de adentrarse en una novela. Y cuidado, la novela es bastante dura y explícita. Las escenas sangrientas y sexuales son muy bestias. Pero hay que distinguir.

Bighead es sobrecogedora, una especie de best seller disfrazado de serie b, mezclado con splatterpunk y aderezado con una dosis de sexo, violaciones y paletismo americano muy refrescante. Historias cruzadas, personajes variopintos. Entre todos hacen que la balanza forme un aura de normalidad bastante creíble. La base de la obra se abre en torno a cierto misterio, pero de eso no te enteras hasta bien avanzada la novela. Las primeras páginas son una especie de presentación y puesta en escena. Todo marcado por el sexo y las relaciones interpersonales.

Para un tipo como yo ha significado algo distinto. Existen autores que navegan entre géneros y hacen lo que les da la real gana. ¿Por qué no usar la fórmula del best seller, de la novela comercial, en algo fuera de rango? Porque una cosa está clara, esto está escrito en los años noventa, y se nota. Hoy por hoy estamos acostumbrados a todo tipo de barbaridades, ya no tenemos filtro, pero en aquellos días —no penséis que no leía género gore, vale, hablo de otra cosa— la literatura estaba experimentando un cambio. Una obra como Hyperion, de Dan Simmons, es ahora un clásico moderno, y está escrita en aquella década. Me refiero con esto a la exploración de horizontes, a la salida de lo clásico y entrada en lo moderno. Los modos, las formas, los contenidos, empezaban a bifurcarse. Los subgéneros se salían de las matrices y se dividían aún más. Hablo del contenido cuando insisto en que Bighead se sale del camino marcado por los grandes autores. Esa libertad sexual. Describir las violaciones de la forma en que lo hace. No está bien visto. Está claro que dentro de géneros más exploratorios y experimentales no tiene nada que hacer. Ya digo que la fórmula es la que es.

Puede que exista un mensaje oculto dentro de la novela, pero no lo veo así. Habla sobre esas zonas rurales americanas, tan apartadas de las ciudades, tan vastas que la ley no quiere pisar. Allí los paletos americanos son los que mandan e imponen sus normas. Quizás sea eso lo que nos quiere decir, que Estados Unidos es peligroso si no estás en el camino adecuado. Y que tengas cuidado con cualquiera de tus orificios si no quieres que te los perfore un monstruo.

Es divertida. Salvaje. Sangrienta. Muy sexual. Tiene una historia de terror, de disconformidad con uno mismo. Quizás exista un motivo para que no pases tus días amargado o amargada en el sofá, puede que el destino te tenga preparado un buen final, un plato fuerte, un postre especial. Pero sinceramente, no lo creo. Si cierras tu mente estás en la senda de la perdición, y Bighead aparecerá y te romperá el culo.

1 comentar

Kike Alapont junio 5, 2023 - 2:10 pm

Puffff….. Acabé de leerla el otro día. Menuda bestialidad de novela. No se corta un pelo en romper culos, esparcir vísceras y reventar cráneos. Pero si que es verdad que hay personajes que respiran normalidad y equilibran la balanza. Me reí mucho con los paletos asesinos jajajaja menuda pareja de gañanes. No sé si decir que me encantó, pero pase un rato divertido y “diferente”. Sin filtros de ningún tipo jajajja

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