Título: Walkaway
Autor: Cory Doctorow
Editorial: Capitán Swing
Nº de páginas: 560
Género: Ciencia ficción
Precio: 26 €
SINOPSIS
Hubert Vernon Rudolph Clayton Irving Wilson Alva Anton Jeff Harley Timothy Curtis Cleveland Cecil Ollie Edmund Eli Wiley Marvin Ellis Espinoza (conocido por sus amigos como Hubert, etc.) era demasiado viejo para estar en esa fiesta comunista con su amigo Seth. Pero el desmoronamiento de la sociedad moderna exige formas creativas de diversión y de protesta, a pesar de la violencia y la hipervigilancia policial. Tras conocer a Natalie, una rica heredera que intenta escapar de las garras de su represivo padre, deciden renunciar por completo a la sociedad por defecto y marcharse. Después de todo, si cualquiera puede diseñar e imprimir las necesidades básicas de la vida —alimentación, ropa, refugio— desde un ordenador, hay pocas razones para formar parte del sistema.
Sigue siendo un mundo peligroso, las tierras vacías destrozadas por el cambio climático, las ciudades muertas desmanteladas por la huida de las industrias, las sombras que esconden a los depredadores, tanto animales como humanos. Sin embargo, las filas de los andantes, que han dejado atrás el mundo ultracapitalistas, no dejan de crecer. Los centros de investigación ajenos al poder desarrollan entonces algo que los zotarricos no han conseguido nunca comprar. Y la vida por defecto cambia para siempre.
RESEÑA
Reconozco haberme reído bastante con las primeras líneas del libro. El eterno nombre del protagonista (casi una reminiscencia del mítico Johan Gambolputty… creado por los Monty Python) demuestra el sentido del humor de Cory Doctorow y su intención por crear algo novedoso dentro de una ciencia ficción que tiende a ser demasiado seria. El estilo del autor es desenfadado y ágil, eso es innegable, aunque comete uno de los grandes pecados de la literatura de tintes políticos actual. Luego me explico.
Walkaway nos traslada a un futuro cercano donde el cambio climático, la desigualdad, la vigilancia y la escasez han creado una sociedad dominada por una élite ultra-rica y corrupta, que controla los recursos y la información (nada nuevo, ¿verdad?). Frente a este panorama desolador, un grupo de personas decide abandonar la sociedad pordefecto y caminar hacia las zonas abandonadas y marginales, donde se proponen erigir una utopía basada en la cooperación, la abundancia, la libertad y la creatividad. Estos son los andantes, los que se alejan, los que se atreven a romper con lo establecido en pos del bien común.
Por tanto, se plantea un escenario que recoge mucho de obras clásicas e influyentes y las transforma, como los propios personajes de la novela hacen con los recursos, en algo teóricamente más acorde con los tiempos que corren. Las ideas están ahí, me parecen válidas y utilizables, de eso no cabe duda. Ahora bien, estamos ante una obra narrativa de ficción y no ante un ensayo, y ahí se destapa el principal problema que me ha causado esta lectura. Como escritor, uno de mis caballos de batalla es el ritmo. Doctorow despliega su obra a un ritmo muy pausado, debido en gran parte a la constante interrupción de los personajes, que aprovechan cualquier resquicio para soltar largas exposiciones sobre cómo creen que el mundo puede mejorar. Aunque esto se va suavizando a medida que la obra avanza, estos constantes cortes me sacaron de la novela. Además, como ya sucedía en Dientes rojos, considero imperdonable que un autor se haga presente irrumpiendo por encima de sus personajes, y me temo que eso es justo lo que hace Cory Doctorow, poniendo sus propias palabras en boca de sus criaturas sin ningún disimulo.
Ello no quita para que la trama pueda disfrutarse, ya que en las más de 600 páginas de Walkaway encontramos un fuerte elemento de aventuras y una buena química entre los personajes cuando no se dedican a soltar discursos. El tono desenfadado ayuda a contrapesar los problemas que podamos encontrar en la obra, y la filosofía de los «andantes» entronca muy bien con títulos totémicos del género, trasladando a veces las mismas sensaciones que algunos tuvimos al leer por primera vez obras como 1984 o Un mundo feliz. Tal logro no es desdeñable.
Entiendo la literatura como un arma poderosa y transformativa, pero no coincido con los métodos de esgrimirla de este autor. Como digo, la obra alberga ideas francamente buenas y algunas secuencias de acción que funcionan de maravilla, pero en conjunto no he logrado conectar con la narrativa ni la forma de expresar el mensaje. Simplemente, no soy yo el mejor lector para este tipo de obras. Trato de huir de las novelas que tienen un componente político explícito, y Walkaway anda sobrada en este aspecto. Por tanto, si eso no es un problema para ti, quizá encuentres aquí un título estimulante y enriquecedor.
José Luis Pascual
Administrador
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