Un cómic de violencia, de grimdark puro y brutal que chorrea sangre por sus cuatro costados. Y ojo, no es baladí, pues una raza de hombres, más grandes, más terribles, traen su religión hasta las tierras de la obra con la excusa de la persecución y caza de un monstruo, con la justificación de convertirse en salvadores no demandados.

Allí esparcen el dolor de su dios a coste del más alto de los sacrificios, sustituyendo a otras deidades (a una femenina concretamente), cosa que crea la rebelión entre aquellos que no caen doblegados en esclavitud ante los nuevos amos. Esta es la esencia de la novela, que, en clave de fantasía oscura, enfrenta a Atecina, y su voluntad por medio de una guerrera herramienta, contra esos salvajes de cultura de sangre, auspiciados por su numen de reminiscencias cthuloideas. Guerra, combates, épica, muerte, rituales, todo esto nos ofrece la novela gráfica presente.

Sobre el argumento. Funciona un poco a saltos. Quiere ir al grano, a las escenas más vitales y de más salvajismo o fundamentales para la trama, obviando los tránsitos entre estos actos, para conocer el inicio de la furibunda guerra, y también el desenlace de la misma, héroes y villanos mediante.

Sobre la ilustración, sin ser demasiado detallada, se desmarca con muchos primeros planos, tanto personales como de escenas, brillando en la construcción de las batallas y de los monstruos, varios y diversos. Con esos tonos de carmesí metálico predominando. No luce el sol en este cómic; como mucho, la luna. Suciedad medida que reluce. El tono oscuro no resulta para todos los públicos, debido al comentado salvajismo, que restalla en cada página, sin concesiones, sin piedad.

En resumen, un cómic para gustosos del género marcado, esa fantasía oscura en su vertiente más cruda, incluso con reminiscencias a un Conan, como referencia mayor, aunque no oposite en la misma liga. Tiene características propias y destaca por ellas, de tal manera que será muy disfrutado por los aficionados, aunque quizá algo duro para neófitos en estas lides.

Pd: me falta algo de desarrollo, pero midiendo más en clave de novela que de novela gráfica.