After Punk (Alfredo Álamo)

por Daniel Aragonés

Título: After Punk

Autor: Alfredo Álamo

Editorial: El Transbordador

Nº de páginas: 210

Género: Fantasía urbana

Precio: 17,10€ / 4,90€ (digital)

SINOPSIS

Está a punto de amanecer y Juan Larva difumina los pasos al caminar sobre la acera, esquivando adoquines enmohecidos, saboreando los siglos que pesan sobre la calle de los Trinitarios, lanzando una mirada venenosa a los últimos borrachos del Carmen que bordean la frontera de
su jurisdicción. Suerte tienen de que ya esté cansado.

Años 80. Las bandas siniestras y las drogas desconocidas son el combustible de las convulsas y vibrantes noches de Valencia, escenario en el que un ingenuo grupo de punks se sumerge en las entrañas de la escena musical underground. Decididos a dejar su huella en la historia, descubrirán el verdadero significado de la camaradería y el poder transformador de la música a la vez que deberán lidiar con los oscuros rincones de la mitología valenciana.

RESEÑA

Allá por 1997 empezaba mi camino en el mundo de la música. Resumen rápido: Metal extremo, alcohol, locales de ensayo, underground, sexo y mucha carretera. Opium relax fue el grupo con el que conseguimos meternos de lleno en la escena nacional. Muchas alegrías y no menos disgustos. El culmen, tocar en el Festimad teloneando a Slayer. Tiempos inolvidables que moldearon todo cuanto soy ahora mismo. ¿Qué tiene que ver esto con After Punk? Todo y nada. Supongo que he rememorado algunos momentos, lo cual ya es un avance importante. Porque, a fin de cuentas, la lectura debe ser eso, obligar a nuestro cerebro a trabajar, cultivar la semilla de las letras y que no se pudra el intelecto. Todas las artes son la verdadera razón de ser del humano medio, bien como público, creador o insensible homínido que odia todo cuanto le rodea.

Prosigo con este análisis.

Reconozco que con el prólogo de Santiago Eximeno consiguieron perderme. Por un momento pensé que estaba frente a una obra de Irvine Welsh o algo parecido. De hecho, hasta que la novela no avanza casi hasta la mitad no llega ese giro que la catapulta a la literatura de género.

Al principio mis sensaciones fueron bastante malas, no puedo negarlo ni mantenerlo en secreto. Soy un gran lector de Irvine Welsh y otros autores que se sumergen en la escena punk, en los suburbios, y me duele que se haga mal, la verdad. Esa crudeza no la puede calcar cualquiera. Una historia relacionada con música, drogas, sexo y amistades peligrosas es complicada. Por suerte todo se convierte en otra cosa.

Continúo.

Que la novela sea muy española no es malo, todo lo contrario. Tenemos que reivindicarnos. No todo ocurre en Estados Unidos. Recuerdo Historias del Kronen o Mensaka, de José Ángel Mañas, Héroes, de Ray Loriga, y otras obras similares que me leí en mi adolescencia y fueron un antes y un después. También formábamos parte de la Generación X, lo mismo que ahora formamos parte de las nuevas vertientes y tendencias. Alfredo me ha obligado a viajar al pasado y rejuvenecer. De nuevo escuchando canciones olvidadas. Caminando con mis colegas, de camino al local, pillando drogas, gritando a pleno pulmón, de borrachera. Y como no podía ser de otro modo: el escenario, la fiesta, la locura y la explosión final.

No voy a enumerar a los personajes, nunca lo hago si no es necesario. Ellos son los componentes de un grupo de música y todo gira en torno a ellos. También quiero destacar la figura de un policía corrupto que bifurca los caminos de la narración —su figura engancha desde el principio, y es bastante importante.

El cambio de rumbo.

Según avanza la novela, la fantasía y la mitología toman cada escena. Lo cierto es que no me lo esperaba. ¡Bien, Álamo, bien! El entusiasmo me va poseyendo. A cada página quiero más. Los personajes se van separando. Necesito que se reencuentren. El policía entra en escena y las historias se cruzan. Sangre. Causalidad. Ligereza. Seres que no deberían estar en nuestra realidad. Y, por supuesto, drogas, el componente mágico, la poción de Panoramix. Sin duda, un cóctel extraño y sugerente.

Por último, quiero destacar el listado de canciones y fragmentos de letras que aparecen durante la novela. Si eres un loco de los ochenta, no puedes girar la cabeza. Punk, Postpunk y sucedáneos.

1 comentar

Vicente octubre 11, 2023 - 1:35 pm

Teloneros de Slayer, qué putazos.
Pinta bien la novela. Estoy de acuerdo con eso de que no tiene que venir todo de EEUU.

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