Anunciamos la convocatoria para la duodécima lectura conjunta de nuestro distinguido Club de Lectura de Terror, y esta vez apostamos fuerte. Después de traer a dos grandes damas del género como son Laura Lee Bahr y Shirley Jackson, volvemos a traer a una autora con letras mayúsculas. Hablamos nada más y nada menos que de Joyce Carol Oates, de la que, aprovechando la recentísima nueva edición de la novela, leeremos su obra de 1995 Zombi. Se trata de una obra narrada en forma de diario en primera persona, y que nos introduce en la perturbada mente de un asesino. Al parecer, Joyce Carol Oates se inspiró en la vida del tristemente célebre serial killer Jeffrey Dahmer para construir esta novela.
Con más de 50 novelas e innumerables relatos a sus espaldas, Joyce Carol Oates (Nueva York, EEUU, 1938) está considerada como una de las perpetuas candidatas al Nobel de literatura sin haber logrado el galardón hasta el momento. Sin ser una escritora de terror, en muchas de sus obras se aprecia un toque perturbador al mostrar, por un lado, la degradación del ser humano en diferentes circunstancias y, por otro, unas generosas dosis de violencia. Su prosa la ha convertido en uno de los mayores referentes de la literatura norteamericana contemporánea.
Zombi (Zombie) fue publicada originalmente en 1995, y en ese mismo año se alzó con el premio Bram Stoker a mejor novela. La edición que tomamos como referencia para esta lectura es la que acaba de publicar La Biblioteca de Carfax, con traducción de Alexander Páez. Aún así, también puede encontrarse (no es fácil) en la edición de Debolsillo de 2003.
Las notas de prensa sobre Zombi nos dicen lo siguiente:
“Quentin es arrestado por agresión sexual a un menor; sin embargo, y aunque su sentencia queda suspendida, debe visitar regularmente a su agente de la condicional y a su psiquiatra, además de acudir a terapia de grupo. Trabaja como conserje en la vieja casa de sus abuelos, convertida en residencia universitaria, y también atiende un curso de ingeniería electrónica en la universidad. A pesar de su ajetreada vida, aún le queda tiempo para secuestrar, abusar y asesinar a jóvenes desahuciados en un intento por hacer realidad su obsesión de convertir a alguno de ellos en un zombi que satisfaga sus más retorcidos deseos y fantasías sexuales”.