En nuestra crítica de la espléndida Bone Tomahawk (S. Craig Haler, 2015) ya hablamos del curioso resurgimiento del western a través de una serie de películas que, con mayor o menor fortuna, aplicaban nuevas visiones sobre el género para intentar revitalizarlo. El estreno de Los 7 magníficos puede ser la auténtica confirmación de que, lento pero seguro, el western está volviendo, aunque en este caso sea a modo de homenaje mucho más clásico de lo que cabría esperar.
Antoine Fuqua (Training Day, Los amos de Brooklyn) no ha tratado aquí de reinventar el western sino de ofrecer al público actual una película clásica del oeste, con todos los elementos que caracterizan al género. Para ello, ha elegido una de las producciones más célebres del cine de pistoleros, “Los siete magníficos” de John Sturges, y la ha actualizado sin realizar demasiados cambios. Porque sin duda la película cuenta con una de las tramas más estandarizadas y reconocibles dentro del género, en la que un pueblo es asediado por una banda de delincuentes y la única solución es pedir ayuda a un cazarrecompensas que reunirá a un grupo de pistoleros para hacer frente a los villanos. La sorpresa es que pese a estar en 2016 y contrariamente a lo que parecían vender los tráilers, nos encontramos ante una película muy fiel al espíritu clásico y mucho menos macarra de lo que pueda parecer. Esto hace que los amantes del western puedan disfrutarla sin sentirse ofendidos, pero también podría decepcionar a aquellos que esperaran una puesta al día más novedosa. Personalmente, me parece una manera perfectamente válida para pasar un buen rato rememorando aquellas tardes de sábado en las que se programaban tantos westerns en la televisión.
Sin poseer grandes alardes a nivel técnico, la película se disfruta porque posee un ritmo perfecto que, quitando algún momento suelto, impide que te aburras durante las más de dos horas de metraje. Y es que “Los 7 magníficos” no es magnífica en nada, pero casi todo lo que hace lo hace bien. Por supuesto, no va a faltar épica en cuanto a decorados desérticos o a enfrentamientos en forma de duelo, ni habrá escasez de escenas de acción. Una acción que desemboca en una larga batalla final que no da tregua y que está bien rodada, aunque en algún momento pueda pecar de exceso de montaje “videoclipero”. La ambientación es otro de los aspectos en los que se ha trabajado minuciosamente, y esto queda patente en una de las primeras secuencias, en la que el personaje interpretado por Denzel Washington aparece por primera vez llegando a un pueblo.
Al igual que en la película original, gran parte del encanto lo encontramos en el reparto. Como las comparaciones son odiosas, no voy a hablar del exótico elenco moderno respecto al tremendo reparto original; lo que sí diré es que todos están bastante convincentes. Aquí tenemos a un buen puñado de rostros conocidos, capitaneados por un gran Denzel Washington y un carismático Chris Pratt, que son los que acarrean los mejores momentos del filme. Junto a ellos quiero destacar a un enorme (en todos los sentidos) Vincent D’onofrio, aunque sale menos de lo que me gustaría, y al coreano Lee Byung-Hun (I saw the devil, El bueno, el malo y el raro) que me parece un actorazo pese al horroroso acento que tiene en la versión doblada. Completan la lista Ethan Hawke, el mexicano Manuel García-Rulfo y Martin Sensmeier como el indio. En el papel de villano tenemos a Peter Sarsgaard, actor que me gusta mucho pero que aquí alterna momentos intensos con otros de ridícula sobreactuación. El papel de la chica lo interpreta la prometedora Haley Bennett, que repite con el director tras El protector (The equalizer, 2014).
El guión está firmado por el prestigioso Nick Pizzolato, aunque aquí poco hay del estilo que le imprimió a la primera temporada de True Detective. Otra de las virtudes la encontramos en su score, compuesto por James Horner y rematado por Simon Franglen, que se vertebra alrededor de las famosísimas notas que creó Elmer Bernstein en la película original.
En definitiva, puede que encontremos pocos elementos originales en este remake, pero “Los 7 magníficos” es una más que decente puesta al día de un clásico y ofrece una buena oportunidad para volver a disfrutar de un western de los de antes, hecho como Dios manda.
Mi nota: 7