Los amantes del cine, y en particular los seguidores del cine de terror, estamos acostumbrados a ver carátulas de películas en las que se utiliza el nombre del/los productor/es como reclamo principal, por encima del propio director o del reparto. Esta práctica, aceptada como mera medida publicitaria, suele utilizarse en producciones de medio pelo que, generalmente, acaban escondiendo productos de segunda fila. Pero pocas veces habremos visto lo que sucede durante los títulos de crédito iniciales de In the deep, y es que el último nombre en aparecer no es el del director, sino el del productor ejecutivo, en este caso el ínclito Alexandre Aja. Mala señal.
Aún con la resaca de la reciente Infierno azul, nos topamos con una nueva producción en la que los tiburones tienen un papel protagonista. La cinta que nos ocupa es la segunda película que el director Johannes Roberts estrena en 2016 tras El otro lado de la puerta. “In the deep” nos cuenta cómo dos hermanas que están de vacaciones en México deciden aventurarse a una inmersión en mar abierto con la intención de ver tiburones. La particularidad es que se sumergerán dentro de una jaula de hierro, donde teóricamente deberían estar a salvo de los ataques de los escualos. Como adivinaréis, las cosas se tuercen y el cable que sujeta la jaula se rompe, dejando a las dos mozas en una situación muy delicada a 50 metros de profundidad.
Decíamos en nuestra opinión de la citada “Infierno azul” que no conseguía alcanzar las suficientes cotas de tensión que requería una película de estas características. Tres cuartos de lo mismo le sucede a “In the deep”, aunque creo que el espectador puede tener mejores razones para salir satisfecho. Una vez más, tenemos un inicio prometedor y realmente angustiante en el que podemos llegar a sufrir al ponernos en la piel de las dos protagonistas. La situación que plantea la película puede llegar a ser más creíble que la odisea sufrida por el personaje de Blake Lively en la cinta de Jaume Collet-Serra, lo cual ayuda a que el espectador pueda pasarlo mal. Y es que una cosa es ser perseguido por un escualo en la superficie del mar, y otra estar a merced de esos animales bajo el agua. Muy bajo el agua. Esa es la gran baza que juega el filme de Roberts, pero que lamentablemente sólo sabe sacarle partido a medias. Y es que las posibilidades que ofrece tal coyuntura no son muchas, por lo que el desarrollo de la trama puede resultar un poco repetitivo en la segunda mitad de la película.
Al estar rodada bajo el agua, la imagen puede resultar un tanto oscura y la acción difícil de seguir por momentos, aunque en general se desenvuelve de manera correcta. Encuentro un poco alargado el metraje, lo que da como resultado un bajonazo de ritmo en algunos momentos que hace que perdamos el interés gradualmente. Por fortuna, el desenlace (a pesar de ser un pelín tramposo) está bien llevado y hace que la cinta se recupere un poco y que no nos quedemos con mal sabor de boca.
Protagonizan la cinta Claire Holt y la ex-ídolo de adolescentes Mandy Moore. Las chicas no lo hacen mal, aunque no es fácil apreciar sus aptitudes interpretativas con tanta oscuridad y con el casco que llevan puesto. También encontramos en un pequeño papel al veterano Matthew Modine, muy de moda en la actualidad por la serie Stranger Things. Por cierto, que nadie se asuste al ver en los créditos iniciales el nombre de Santiago Segura, ya que se trata de un joven actor de ascendencia colombiana que no tiene nada que ver con el que todos conocemos.
En definitiva, “In the deep” nos ofrece la oportunidad de pasar un buen/mal rato pero no termina de explotar todas las posibilidades con las que cuenta, dejando un poco a medias nuestras expectativas de volver a ver una gran película de terror acuático. Eso sí, estamos ante una cinta no recomendada especialmente para sufridores de hidrofobia, claustrofobia o selacofobia (toma palabro).
Mi nota: 5