Una joven recibe una beca para realizar un trabajo personal consistente en estudiar los hábitos de los usuarios de una aplicación de videochat llamada The Den. Pronto empezará a recibir extraños mensajes desde la cuenta de una usuaria desconocida.
La forma de contar la historia resulta mucho más interesante (al menos al principio de la película) que la trama en sí, y llegados a la mitad del metraje el interés decae progresivamente. El final hace hincapié en el típico mensaje populista de “la-tecnología-es-mala-y-nos-hace-peores-personas”, moraleja que a mí personalmente me irrita. Es triste decir que una película que no alcanza la hora y veinte de duración se haga larga, pero así es. En mi opinión, hubiera estado mucho mejor como un capítulo independiente de una serie que como un largometraje. De hecho, habría encajado a la perfección como historia independiente dentro de Black Mirror.
Mi nota: 4