Presentamos «Ascenso al infierno», un claustrofóbico relato de terror del escritor Cecilio Gamaza.
Cecilio Gamaza
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Lo despertaron los olores, nunca los había percibido con tanta intensidad: la ropa limpia, la ropa sucia, la humedad que se había filtrado bajo la ventana, los olores del jabón, la laca, los perfumes y la orina que entraban mezclados desde el baño. Todo desprendía olor, había olores que ni siquiera reconocía. Lo despertaron los olores y supo que algo no iba bien.
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Absurdo el título, ¿verdad? Escribiendo fui siempre mediocre, pero para los títulos patéticos tenía un don. Este tiene su explicación, porque básicamente es eso de lo que habla, y además basado en un hecho real, como ya habrás o habréis descubierto.
Se le buscará otra oscura explicación, pero háganme caso, es suicidio, por muy extravagante que parezca.
Para hacer esto solo me hizo falta tener conocimientos básicos de construcción, y de eso sabía algo. Antes de nada, para que no quede duda, explicaré un poco el proceso. Compré el material suficiente para construir una pared como la que habéis encontrado, me aseguré que no me faltara de nada, hubiese sido frustrante y hasta ridículo dejar el trabajo a medias. Coloqué el mortero y los bloques a este lado. Cogí papel y bolígrafo de sobra, varias linternas y bastantes pilas, para no quedarme a oscuras. Dudé si debía coger agua, hay tres formas de morir emparedado, por asfixia, por hambre y por sed. La primera no entraba en mis planes, si quiero escribir sobre mi muerte, la asfixia acortaría demasiado los plazos. Mi duda era si mantenerme hidratado o no.