El nombre de William E. Henley no ha trascendido a su época. Su nombre no resuena en la eternidad como el de otros contemporáneos suyos como Conan Doyle o Bram Stoker. Sin embargo, Henley dejó una huella imborrable en la literatura, una pisada grande y profunda que todavía hoy el tiempo no ha podido enrasar.
ArtículosEl CentinelaLiteratura