LA CUEVA (Alfredo Montero, 2014)

por José Luis Pascual

Un grupo de cinco amigos viajan hasta Formentera para disfrutar unas vacaciones. Una vez allí, encuentran la entrada a una cueva y, ni cortos ni perezosos, se internan a explorarla. Pero se adentran demasiado, y se pierden sin poder encontrar la salida.

Los que me conocen saben de sobra que el cine español de los últimos veinte años me produce una urticaria galopante. Procuro mantenerme alejado de productos patrios porque rara es la vez que me satisfacen mínimamente. Y pese al relativo buen resultado del cine español de género en los últimos años, me cuesta acudir a una sala a ver un producto nacional de terror. Sin embargo, las continuas recomendaciones de gente fiable sobre “La Cueva” me suscitaron el suficiente interés para decidirme a verla. Y, si bien no me parece el peliculón que muchos proclaman (en este estilo me gustó más Beneath) sí que me ha dejado un moderado buen regusto.

El desconocido director Alfredo Montero nos plantea una película claustrofóbica tirando de cámara en mano. En esta ocasión la excusa para utilizar este formato es que uno de los personajes tiene un videoblog en el que cuelga los vídeos de sus viajes. El uso de la cámara en mano le viene como anillo al dedo a esta historia, y se hace difícil concebirla de otra manera. Esto ayuda mucho a construir la atmósfera y situar al espectador dentro de la cueva, siguiendo a los personajes como fuéramos uno más. Ciertamente la gente claustrofóbica lo va a pasar mal con las estrecheces y apreturas que se muestran en la pantalla.

Los actores cumplen sin más, ofreciendo interpretaciones estándar que no destacan. Tal vez sobresale un poco Marcos Ortiz, por tener el personaje que más registros ofrece. El problema viene a la hora de empatizar con los personajes. Desde el inicio de la película les coges manía, y hay un par de ellos a los que deseas la muerte antes incluso de que hayan entrado en la cueva. Así que, cuando la situación se vuelve cada vez más complicada y extrema no sientes ninguna pena por el destino que les espera. Y algunas de las decisiones que tienen que tomar me parecen algo precipitadas, aunque es fácil decirlo estando cómodamente sentado en la butaca del cine, claro.

Pese a estos problemas, me quedo con que la película funciona a la hora de crear angustia en el público y su resolución, aunque no sorprende, resulta bastante coherente. En fin, una de esas películas de pasarlo mal que no tiene nada que envidiar a otros productos americanos más reconocidos.

Mi nota: 6

1 comentar

Olivia julio 22, 2014 - 8:46 pm

Es cierto que si tienes claustrofobia lo vas a pasar mal, yo tuve un rato que quería salirme del cine de lo mal que lo estaba pasando.

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