Una niña de 9 años desaparece del coche de su padre mientras este está comprando en una tienda. Años después, aparecen indicios que pueden llevar a averiguar qué pasó.
Se le critica a esta película el dar demasiada información desde el principio y que esto se carga el suspense que podría tener. Para mí, esto sólo demuestra el buen hacer tanto del director como de su co-guionista David Frazer, pues precisamente consiguen que el espectador se mantenga interesado hasta el final pese a desvelarnos mucho en el inicio del film.
Quiero mencionar también la banda sonora, que acompaña perfectamente el ritmo de la película y le confiere a algunos momentos clave una sensación ciertamente perturbadora.
El llamativo reparto, encabezado por Ryan Reynolds, Mireille Enos, Rosario Dawson y Scott Speedman realiza una sobria labor. Por encima del resto hay que subrayar la interpretación de Ryan Reynolds, que hasta ahora sólo me había demostrado ser un actor pésimo con suerte a la hora de conseguir papeles, pero que en esta película hay que reconocerle su gran trabajo en un papel de gran carga dramática. Espero que siga en esta línea a partir de ahora. También es de destacar la actuación de Kevin Durand (no, no es el jugador de la NBA) como malo de la película.
Este es un gran ejemplo de que no hay que fiarse de las críticas de nadie a la hora de ver una película. La recomiendo sin reservas, pero avisando de su ritmo lento y de que la veáis concentrados para no perderos al principio.
Mi nota: 8