THE CAPTIVE (Atom Egoyan, 2014)

por José Luis Pascual

Una niña de 9 años desaparece del coche de su padre mientras este está comprando en una tienda. Años después, aparecen indicios que pueden llevar a averiguar qué pasó.

Gran sorpresa la que me he llevado con esta película, en general vapuleada por la crítica. El director de origen armenio Atom Egoyan nos plantea un trabajado puzzle en el que hay que mirar muy atentamente cada una de las piezas. Cualquiera que lea el argumento puede pensar que estamos ante un típico thriller de asesino en serie, pero nada más lejos de la verdad. En realidad Egoyan nos ofrece un drama con toques de suspense, pero con un estilo particular. La película está contada por medio de continuos saltos temporales sin que al principio seamos muy conscientes de la relación que hay entre una secuencia y la siguiente. Pero mientras avanza el metraje, empezamos a atar cabos y a unir piezas, y vislumbramos el todo que subyace tras este peculiar modo de presentarnos la historia. Es cierto que se exige un pequeño esfuerzo por parte del espectador para comprender lo que está pasando, pero el ritmo pausado de la película nos ayuda en esta tarea.
Como digo, el ritmo es lento, a ratos casi contemplativo, pero esto no implica que no pasen cosas, todo lo contrario. En cierto modo la manera de Egoyan de contarnos la historia recuerda a esa hornada de thrillers asiáticos que tan buen resultado han dado en los últimos años, aunque tirando más hacia el estilo de Kim Ki-Duk que al de Park Chan Wook.

Se le critica a esta película el dar demasiada información desde el principio y que esto se carga el suspense que podría tener. Para mí, esto sólo demuestra el buen hacer tanto del director como de su co-guionista David Frazer, pues precisamente consiguen que el espectador se mantenga interesado hasta el final pese a desvelarnos mucho en el inicio del film.
Quiero mencionar también la banda sonora, que acompaña perfectamente el ritmo de la película y le confiere a algunos momentos clave una sensación ciertamente perturbadora.

El llamativo reparto, encabezado por Ryan Reynolds, Mireille Enos, Rosario Dawson y Scott Speedman realiza una sobria labor. Por encima del resto hay que subrayar la interpretación de Ryan Reynolds, que hasta ahora sólo me había demostrado ser un actor pésimo con suerte a la hora de conseguir papeles, pero que en esta película hay que reconocerle su gran trabajo en un papel de gran carga dramática. Espero que siga en esta línea a partir de ahora. También es de destacar la actuación de Kevin Durand (no, no es el jugador de la NBA) como malo de la película.

Este es un gran ejemplo de que no hay que fiarse de las críticas de nadie a la hora de ver una película. La recomiendo sin reservas, pero avisando de su ritmo lento y de que la veáis concentrados para no perderos al principio.

Mi nota: 8

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