Un naturalista que se dedica a censar la fauna en zonas montañosas y estudiar el comportamiento de los animales, encuentra por casualidad un pequeño pueblo abandonado. Tras perder su camioneta, quedará aislado en ese lugar y descubrirá que allí habita algo extraño.
El director italiano Lorenzo Bianchini, totalmente desconocido para mí hasta ahora, sorprende con una sobria película de terror psicológico y sobrenatural que basa su potencial en una espléndida ambientación. Es cierto que los espectaculares parajes boscosos donde se rodó la película constituyen de por sí un alto porcentaje de la ambientación de la cinta, pero también es verdad que hay multitud de producciones ambientadas en lugares parecidos que no saben aprovechar los decorados naturales (veáse sin ir más lejos mi anterior reseña Hangar 10). En Across the river el bosque se erige como un personaje más, si acaso el más importante.
Pese al ritmo pausado y a contar con un único protagonista durante la mayor parte del metraje, la película no se hace aburrida en ningún momento. Podríamos decir que durante la primera mitad la trama avanza lentamente mientras asistimos a los quehaceres del protagonista. Poco a poco se van introduciendo con acierto algunos elementos extraños (prestad atención al agua, que aquí se convierte en un factor intrusivo y amenazador que no presagia nada bueno). La película decae un poco durante la segunda mitad, cuando se nos muestra en exceso qué es lo que está acosando al protagonista. Además, en esos momentos es cuando podemos apreciar la escasez de presupuesto con que contó el director. También se hace, en mi opinión, un mal uso de la banda sonora. A veces, el director opta por introducir acompañamiento musical en momentos que no la requieren, y en lugar de acentuar la atmósfera de tensión, logra el efecto contrario.
El actor Marco Marchese, que carga con la mayor parte de la película sobre sus hombros, hace un trabajo más que correcto y resulta totalmente creíble en su personaje. De hecho, parece que fuera naturalista en su vida real viendo la soltura con la que se maneja en la montaña.
A pesar de los defectos comentados anteriormente, y de alguna pequeña concesión al efectismo, tengo que decir que la película consiguió provocarme auténticos escalofríos en un par de ocasiones, lo que deja fuera de tota duda el poder sugestivo de esta cinta. El desenlace de Across the river nos trae a la memoria algunos tics del cine de horror oriental y del terror italiano de la época dorada de los Argento, Fulci y compañía, de los que seguro que Lorenzo Bianchini ha mamado mucho.
Estamos ante una de esas películas que te deja “nerviosillo” tras su visionado. Interesante.
Mi nota: 6,5