El Padre Philip Lamont es asignado para investigar la muerte del Padre Merrin que acaeció años atrás. Para ello llegará hasta Regan, la niña a la que Merrin practicaba un exorcismo cuando murió. Usando métodos científicos, ambos llegarán a conocer la verdadera naturaleza de los hechos que sucedieron.
Tenemos aquí una horrorosa secuela totalmente indigna del clásico de William Friedkin. “El exorcista II: el hereje” es una película inconexa que se aparta totalmente del original para contarnos una historia muy diferente.
Curiosamente, el director John Boorman aceptó dirigir esta secuela tras negarse a hacerse cargo de la película original por considerar que se iba a torturar a una niña pequeña. Tal vez esto explica el enfoque radicalmente distinto que tiene “El exorcista II” ante su predecesora. Lo cierto es que la película no empieza mal, y se nos plantea un concepto bastante original al introducir un elemento científico como la “máquina de sincronización” que nos regala la mejor secuencia del film en la parte inicial (claro está que hay que entrar en el juego, ya que la credibilidad que ofrece la máquina como aparato científico es nula). Pese a este buen arranque, la cosa va degenerando en un extraño batiburrillo que mezcla hipnosis, telepatía, chamanes africanos, langostas y posesiones demoníacas.
Pese al gran impacto de la película original, Boorman optó sorprendentemente por alejarse del terror para esta secuela. Estamos más bien ante un thriller sin mucho suspense, y el terror tan sólo asoma en el desenlace, en el que la cinta recupera algo de brío. Pero hasta llegar ahí hemos de aguantar una hora y media de aburrida historia que ni siquiera está bien contada, aportando más confusión que luz.
Ni siquiera las actuaciones son salvables, pues el veterano Richard Burton hace una interpretación por momentos demasiado exagerada, y la crecidita (en todos los sentidos) Linda Blair demuestra que sólo sabe actuar cuando está poseída. Tremendo. La aparición de James Earl Jones es casi testimonial, y a Max Von Sydow le vemos esporádicamente en secuencias de flashback, aportando datos del pasado de su personaje o reinterpretando alguna escena de la película original. Me hizo gracia encontrar el cameo de Ned Beatty, recordado por todos como Otis, el patoso ayudante de Lex Luthor en las dos primeras películas de Superman.
Sólo recomendada para completistas incautos.
Mi nota: 2