Vamos con una nueva tanda de opiniones breves sobre visionados recientes en la que, como podéis comprobar, hay absolutamente de todo. Acción, terror, documental y cine español se pasan por aquí. Espero que lo disfrutéis.
EL PASAJERO (Jaume Collet-Serra, 2018)
«El pasajero» es un homenaje inconfeso a las películas de acción de los 90; más bien es una película de acción de los 90, con todo lo que ello conlleva. Trasladada a nuestros días, gran parte de su trama y desarrollo resultan irremediablemente cómicos. Y ello nos lleva al gran problema que presenta la película, y es que durante buena parte de su metraje se toma en serio a sí misma. Cuando Collet-Serra se quita la venda y decide soltarse la melena, la película adquiere un tono casi de parodia y nos ofrece los momentos más disfrutables. La pelea entre Liam Neeson (al que encuentro bastante envejecido, por cierto) y uno de los personajes es la mejor secuencia del filme, por lo brutal de su presentación y porque realmente supone ese cambio de tono en la película. Todo el desenlace ya es una caída sin frenos hacia el descontrol y el absurdo, pero una película de este tipo vista hoy resulta curiosamente disfrutable. Para ver dejándose llevar, sin darle demasiadas vueltas a la trama.
HANDIA (Aitor Arregui – Jon Garaño, 2017)
Producción vasca que destaca por su solvente puesta en escena y por un espléndido trabajo de caracterización de uno de sus protagonistas, Joaquín, el gigante guipuzcoano. Aunque se trata de una película con virtudes incuestionables, le encuentro un par de problemas. Uno es la redundancia de algunos de sus pasajes, cosa que hace que el ritmo decaiga en varios tramos. El otro es el gran contraste entre los dos actores protagonistas. Mientras que Eneko Sagardoy da vida al gigante con gran verosimilitud, Joseba Usabiaga desaprovecha su papel con una interpretación que no transmite nada.
A pesar de ello, la historia es lo suficientemente atractiva como para que sigamos la película con interés, y creo que el director acierta al no cargar todo el peso de la trama sobre el personaje del gigante, enriqueciendo con ello el conjunto.
AMITYVILLE: EL DESPERTAR (FRANCK KHALFOUN, 2017)
Enésima entrega de una saga que nunca ha conseguido la suficiente relevancia como para codearse con otras franquicias del cine de terror. Amityville: el despertar contiente en su reducido metraje todos los errores que no debe cometer una cinta de terror solvente. Desde el mismo inicio de la película nos damos cuenta de que estamos ante una producción barata en la que cualquier atisbo de talento brilla por su ausencia.
Entre sus numerosas “virtudes” tenemos un desfile de jump scares zafios, un desaprovechamiento total de un personaje en coma que podía haber dado mucho juego, una ambientación muy pobre y un desenlace totalmente ridículo. Duele ver a Jennifer Jason Leigh en un invento de estas características. Hacía mucho tiempo que no me dolía tanto haber pagado el precio de la entrada.
GANAR AL VIENTO (Anne-Dauphine Julliand, 2016)
Documental francés motivado por el fallecimiento de la hija de 4 años de la directora, aquejada de una enfermedad degenerativa. La película sigue a cinco niños que sufren distintas enfermedades, todas ellas bastante graves. Lejos de recurrir a la sensiblería fácil (aunque en algún momento es inevitable), la directora se limita con gran acierto a colocar la cámara siempre a la altura de los niños, otorgándoles todo el protagonismo y ofreciendo así una película genuinamente luminosa.
Aunque me acusen de soltar un cliché, he de decir que algunas de las palabras pronunciadas por los niños son una verdadera lección de vida. De vez en cuando es necesario ver este tipo de películas, que te resquebrajan un poco por dentro pero al mismo tiempo te ayudan a sanar muchas cosas.