RORSCHACH (C.A. Smith, 2015)

«Rorschach» se incluye en la ya innumerable lista de películas del subgénero “investigación paranormal”, y nos cuenta cómo dos investigadores escépticos acuden a la llamada de una mujer que vive sola con su hija pequeña y que afirma estar viviendo fenómenos inexplicables en su casa. Como podéis ver, la originalidad en este sentido brilla por su ausencia. Pese a ello, podríamos decir que «Rorschach» intenta trasladar esta trama tan prototípica de una manera algo más aséptica y “creíble” que en otras producciones con similar intención. Pese al evidente tono amateur de la cinta, el formato found footage suele ser bastante agradecido en este aspecto, por lo que visualmente encontraremos pocas diferencias con otras películas de cámara en mano. Y es que con los medios que la tecnología ofrece a día de hoy, cualquiera puede utilizar un dispositivo que grabe en HD y ponerse a rodar una película de este tipo. Evidentemente, otra cosa es el resultado final. En este sentido, el director C.A. Smith logra que el espectador curtido en este formato aguante la película sin demasiados problemas, incluso aportando unos cuantos aspectos positivos.

Es de agradecer la decisión del director de mostrar la mayor parte de la acción con muy buena iluminación, lejos de lo que acostumbra el género de terror a la hora de generar inquietud. Ello no impide que la atmósfera esté moderadamente bien lograda, aunque no vamos a encontrar demasiados momentos de genuina tensión. De hecho, otro de los aspectos positivos que encuentro en la película es la poca presencia de los sustos fáciles de los que abusan tantas otras producciones. Esto hace que los pocos sustos que encontramos funcionen como deben.

Para lo que solemos encontrar habitualmente dentro de los found footage, las interpretaciones de los actores resultan bastante convincentes. El reparto está formado por rostros totalmente desconocidos y con casi nulo bagaje previo. Esto podría ser un impedimento a priori para disfrutar de la película, pero en realidad se transforma en un elemento positivo al resultar los personajes más creíbles que si hubieran estado interpretados por actores conocidos. No vamos a encontrar muchos aspavientos ni situaciones forzadas, sino más bien reacciones que cualquiera de nosotros tendría si estuviéramos en ese trance.

Ahora bien, el gran problema a la hora de conectar con la película está en su ritmo parsimonioso. Y es que por desgracia, el tono general resulta demasiado frío y pulcro, y los escasos 75 minutos de metraje terminan haciéndose largos. Hay unas cuantas escenas demasiado repetitivas en las que se hace demasiado hincapié. Por poner un ejemplo, los investigadores, revisando un vídeo, descubren una silueta extraña en la imagen. Pues bien, nos repiten el movimiento de la silueta hasta la extenuación para que lo veamos bien. Y esto sucede en un par de ocasiones más durante la película. Además, en algunos momentos veremos secuencias que el director corta abruptamente sin dar ninguna explicación ni tener una continuidad apropiada. Estos detalles son los que dejan a las claras el amateurismo de la propuesta, y terminan lastrando un poco el conjunto.

Como decía antes, cualquier persona con un mínimo de creatividad puede hoy en día hacer una película de “cámara en mano”. «Rorschach» es un buen ejemplo de ello pero, pese a sus fallos, no es ni de lejos lo peor que he visto dentro del formato. Los detractores del found footage pueden seguir circulando, ya que no encontrarán nada nuevo aquí y posiblemente se aburrirán de lo lindo. Sin embargo, aquellos que, como es mi caso, se sugestionan sin dificultad con este tipo de películas, podrán ver «Rorschach» y salir moderadamente satisfechos.