Nuestro tercer Club de Lectura de Terror ha llegado a su fin. Por motivos personales, ha sido un mes complicado para varios miembros del club, por lo que no ha sido una lectura al uso para algunos de nosotros. Pero finalmente, con algo de atraso, hemos logrado sacar adelante Dioses, Fantasmas o Demonios de Jesús Gordillo.
Gracias a la tremenda labor de editoriales como Ediciones El Transbordador, seguimos descubriendo obras y autores muy reivindicables dentro del panorama literario español, autores que poco a poco van labrándose un nombre a base de crear historias que nada tienen que envidiar a las que nos llegan desde otros países con mayor tradición dentro del horror escrito.
Una vez más, debo expresar mi mayor agradecimiento a Antonio, Asen, Fran, Javi, Jesús, Kike, Marc, Mario, Nacho, Olivia, Paco y Rocío por formar parte de esto.
Os dejo a continuación con mi reseña de «Dioses, Fantasmas o Demonios» y las opiniones de algunos de los miembros del Club.
DIOSES, FANTASMAS O DEMONIOS (Jesús Gordillo – Ediciones El Transbordador)
“El televisor devuelve estática a cada intento de cambiar de canal como si fuera una instantánea de lo que sucede tras las ventanas. El cielo ha caído pesado y plomizo, apretando fuerte contra el suelo con su imponente manto de nieve. Tampoco el teléfono muestra ningún indicador de cobertura de señal, y sirve poco más que de linterna para casos de emergencia. Por lo que a Alejandra respecta, el mundo entero se ha convertido en una inmensa interferencia blanca y oscilante”.
Tengo frío. Cierro mi ejemplar de Dioses, Fantasmas o Demonios con los dedos ateridos y un hilo de vaho escapando de mi aliento, esperando que la chimenea comience a realizar un trabajo con el que hasta ahora no ha cumplido.
Tengo frío. Frío por sentirme en soledad tras haber acompañado a unos personajes solitarios. Frío por el fuerte olor de un mar congelado y noruego. Frío por saber de criaturas imposibles que habitan rincones oscuros. Y porque Hårisgud es el puto pueblo más frío del mundo.
Jesús Gordillo, escritor del que ya hablé en este mismo espacio en las reseñas de En el Lago y Horror Dummies, nos traslada en su tercera novela en solitario a Hårisgud, gélida localidad nórdica en cuyo seno se esconden ciertas leyendas que, para algunos de sus habitantes, son totalmente reales. Hasta allí llega Alejandra, una estudiante de geología española que ha sido contratada para unirse a un equipo científico que está estudiando un glaciar cercano.
Ese es el frío entorno en el que transcurre la novela, y que constituye uno de los grandes atractivos que proporciona la obra. Porque Jesús Gordillo consigue articular una ambientación magnífica que nos agarra con fuerza y nos impide entrar en calor. Esto hace que nos metamos en situación sin dificultad, arrastrados por la ventisca hacia cabañas abandonadas, bosques que parecen tener vida propia, o un glaciar que nos hace sentirnos pequeños.
El mayor regalo que nos hace el autor es el dúo de protagonistas. Gordillo alcanza un contraste perfecto en la dualidad que forman Alejandra, joven estudiante española con traumas pasados y cierta intención de cambiar de vida, y Mathias Matafocas, un veterano marinero de modales rudos cuya única motivación reside en volver a revivir un misterioso suceso acaecido muchos años atrás. Todos los capítulos de la novela están protagonizados, de manera alterna, por ambos personajes, haciendo que en todo momento tengamos dos puntos de vista diferentes destinados a encontrarse. He de decir que Matafocas es un personaje tremendo, puro rockandroll pasado de rosca que encantará a los que gusten de antihéroes machacados y sin reparos. El típico personaje insoportable en la vida real pero irresistible como figura de ficción.
La trama me resulta muy interesante, remitiendo a leyendas del folclore que, aún siendo ficticias, todos podemos reconocer por tradiciones que han llegado hasta nuestro tiempo. Con pocos detalles, el autor consigue dotar a la localidad de Hårisgud de todo un trasfondo histórico misterioso que enriquece mucho la obra. Así, se nos presenta un marcado contraste entre tecnología y tradición, en un combate en el que lo tecnológico pierde su significado, tragado por la nieve y los mitos. Igualmente, la ciencia cobra un sentido extraño, replegándose en formas que solo existen en la superstición. Todo esto, aunque queda algo soterrado en el texto, emerge al leer entre líneas.
El estilo con el que Jesús Gordillo ha abordado la obra adquiere cierta importancia, ya que la novela está narrada en presente. Aunque es un tipo de narración peligrosa en cuanto a que el lector moderno no está demasiado acostumbrado a ella y puede causar un efecto de pérdida de naturalidad, el buen hacer del autor extremeño consigue, para mi gusto, que todo discurra de manera muy fluida al mismo tiempo que aumenta la sensación de inmersión del lector. Personalmente, me gusta cómo escribe Jesús, y la manera en que logra meter frases certeras en muchas fases de la novela, siendo patente sobre todo en las sentencias finales de muchos capítulos.
Hay un par de puntos que, a mi parecer, hubieran creado una nevada aún más densa. Uno es la poca presencia que aporta el equipo científico que aparece en la novela. Creo que podía haber dado bastante juego para dotar aún de más trasfondo a una historia de estas características, aunque entiendo que es complicado introducirlo dado que la estructura de la obra se basa en los dos puntos de vista subjetivos de los protagonistas. Aún así, me hubiera encantado que cierto informe científico que aparece cerca del desenlace estuviera más detallado (no sé porqué, pero se me vienen a la cabeza los estudios de la solarística en la magna Solaris de Stanislaw Lem).
El otro punto es la aparición de un par de pasajes que, pese a estar fantásticamente escritos y resultar los más terroríficos de la obra, no terminan de encontrar una continuidad en el devenir de la trama. Tal vez esto se deba a cierta búsqueda de ambigüedad en torno a la naturaleza del ente maligno que sobrevuela todo el relato.
Concluiremos con el principio, encerrado en el propio título de la novela. Porque hay dioses, fantasmas y demonios en esta lectura. Dios solo hay uno, y es la sempiterna nieve que enfría cada una de las páginas de esta sugerente historia. Igualmente, tan solo un fantasma deambula por la obra, una criatura a la que conocemos como Ella, y que se muestra tan esquiva, tan etérea y tan difícil de atrapar como un espectro clásico. Por último, están los demonios. De estos hay unos cuantos, escondidos primero de manera implícita en el texto y saltando a tu cara después. Cada personaje oculta varios demonios, y será tarea nuestra el intentar cazarlos antes de que sea demasiado tarde y se conviertan en propios.
Sea como sea, «Dioses, fantasmas o demonios» es un regalo para los amantes del género, con una historia de aire nuevo y clásico al mismo tiempo que supone una experiencia lectora tan inmersiva como satisfactoria. Estamos ante otro gran ejemplo de la buena salud del terror escrito en nuestro país, y ante un autor al que no deberían dejar escapar.
En fin, creo que Hårisgud me ha absorbido tanto que ahora lo tengo metido en los huesos. Por fortuna, parece que la chimenea empieza a tirar. Voy a ver si entro en calor.
Los miembros del Club hablan:
Asen Ahab (@todaviasombras en twitter):
“Poco me duró la novela, pues una vez empezada no pude dejarla. Será por su sinopsis tan extraña y concisa, por su ambientación en tierras nórdicas (confieso que sentí frío), por lo sólido y bien definido que está el personaje de Mathias Matafocas, o por el misterio que se va desgranando poco a poco y las motivaciones de los protagonistas. En fin, por esas razones no puedo más que recomendar este libro, aunque eso sí, su título da a entender que es un ensayo o un libro de relatos”.
Rocío Muñoz:
“Dioses, fantasmas o demonios sin ser una novela suficientemente terrorífica, me ha gustado porque su historia te atrapa. Ambientada en Noruega, puedes sentir el frío en tus propias carnes al igual que sus personajes. Alejandra es una geóloga madrileña que llega a Hårisgud para estudiar un glaciar. Durante años el pueblo guarda un misterioso secreto del cual nadie quiere contar la verdad, algo que perturba a sus habitantes y que condicionará la vida desde niño de Mathias Matafocas. Los personajes no solamente tendrán que hacerle frente a ese mal sino que además tendrán que lidiar con sus propios demonios y fantasmas”.
Kike Mollá:
“Dioses, fantasmas o demonios es una novela donde el mal está en cada página, donde los personajes esconden mucho más de lo que enseñan, donde la historia te va preparando para un desenlace apocalíptico y que al final todo se vuelve vulgar, precipitado y excesivamente terrenal. Un libro excesivamente frío que, al igual que los personajes, tú lector habitual necesitarás un buen abrigo para leerlo. Una oportunidad perdida para alguien que busca algo diferente”.
Olivia:
“De las tres novelas que llevamos leídas en el Club, esta es la que más me ha gustado con diferencia. Lo mejor es cómo el autor consigue que te introduzcas en la historia, que sientas el frío y el miedo a una criatura desconocida. Por poner un pero, diría que hay muchos pequeños flecos que no quedan atados y que apuntan en una dirección para luego acabar en un callejón sin salida. Bastante recomendable para mi gusto”.
Próxima lectura : Lovecraft.