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Este relato intenta cumplir el ejercicio 6 del reto de escritura #OrigiReto2018: Inventa un relato descriptivo que haga que los personajes o la escena en sí, sean algo completamente diferente a lo que parece.
Al fin llega mi segundo relato de Octubre para el #OrigiReto2018, la iniciativa de escritura creativa ideada por Stiby y Katty. En este relato intento enfrentar un tono y una atmósfera opuestos, contando una historia de terror desde un prisma aséptico y científico, queriendo con ello hacer que el lector vea una escena típica de un cuento de horror como algo frío.
Os dejo con CAMBIO DE PARADIGMA.
Piénsalo bien. La temperatura no ha variado. 11.5 grados. El caudal de flujo radiante se mantiene fijo, ningún margen está siendo superado. La medición de la luz arroja los mismos resultados que el primer día. La cámara en la que te encuentras está herméticamente cerrada, eres minucioso en tus comprobaciones cada vez que entras y sales. Es imposible que se hayan producido filtraciones. Nada ha cambiado. Aun así, el espécimen es más grande.
Ni siquiera es necesario ajustar la lente del macrométrico. A simple vista puedes apreciar el aumento de tamaño respecto a esta mañana. Haces algunas mediciones calculando el tiempo transcurrido desde que Ferguson logró modificar el telómero del único cromosoma que poseía el plasma. Introduces los datos en el computador sintiendo los dedos ligeramente entumecidos por la baja temperatura, y esperas que los circuitos completen su análisis. Los fluorescentes ofrecen una claridad clínica que no deja ningún rincón del laboratorio sin iluminar. Se hace difícil sentir emociones intensas en un entorno tan aséptico, pero los resultados que aparecen en la pantalla te asustan. Será mejor que no lo pienses.
Vuelves a centrarte en el espécimen. Te da la sensación de que ha crecido un poco más. El organismo ya supera las previsiones más optimistas, no cabe duda. Incluso parece que…¿se ha movido? No es posible, ha debido ser la reflexión de la luz en la placa donde se aloja. Tan solo un…¡otra vez! Ahí, una pequeña oscilación justo en el centro del plasma. No debería hacerlo, pero el organismo se mueve. Decides ponerte los guantes y pasar a la acción. El espécimen sigue creciendo, estando sus márgenes ya a punto de alcanzar los límites de la placa. Miras por la lente y, mientras lo haces, acercas un dedo al plasma. Al tocarlo adviertes que su cuerpo tiene una textura gomosa y presenta una dureza totalmente impropia en un organismo tan básico. Oprimes su superficie aplicando una intensidad más elevada, y entonces aprecias a través de la lente la aparición de unos pequeños filamentos de aspecto vermicular que surgen desde el cuerpo del diminuto ser dirigiéndose hacia tu dedo. Empiezas a pensar que Ferguson fue negligente en su proceder, y que debió administrar algo equivocado al organismo. Los filamentos se enroscan en tu dedo mientras se multiplican en una especie de zarcillos que se adhieren a la goma del guante. Mientras tanto, el cuerpo del espécimen sigue evolucionando, y observas con asombro cómo desarrolla una capa de tejido tegumentario. ¿Qué clase de organismo es este? ¿Acaso ha podido Ferguson, por error, crear una nueva forma de vida?
Notas una creciente presión en el dedo e Intentas separarlo del espécimen con suavidad, pero los zarcillos que lo sujetan se tensan soportando el tirón. ¿Cómo puede oponer tanta resistencia? Repites el movimiento imprimiendo más fuerza, pero de alguna manera los filamentos absorben tu inercia y la utilizan para generar la energía que contrarresta tu intención. Es increíble, pero no eres capaz de separar tu dedo del organismo. Es más, los apéndices siguen extendiendo su longitud y multiplicándose, hasta tal punto que empiezan a cubrir toda tu mano.
No te hace falta seguir mirando por la lente para observar la transformación que acontece en el cuerpo del espécimen. Por todas sus extremidades se despliegan diminutos filamentos como los que aprietan tu mano, otorgándole una mínima capacidad motriz de la que carecía hace tan solo unos minutos. Los cambios a nivel dérmico son aún más sorprendentes. El tejido tegumentario ha dado lugar a una piel de aspecto consistente y flexible. Tus pensamientos se dividen, comportándose también como zarcillos en tu mente, entrelazándose para intentar darle un sentido a lo que ven tus ojos. Eres testigo de la aparición de una serie de orificios en el tegumento, y cada uno de ellos parece recubierto de pequeñas protuberancias puntiagudas cuya distribución te hace pensar en dientes.
La criatura sobrepasa ya los 30 centímetros. Empiezas a considerarla una amenaza. Alargas el brazo que tienes libre y coges uno de los bisturís eléctricos que Hopkins suele utilizar en sus experimentos. Es una pena que tengas que acabar con un sujeto tan fascinante. Apuntas el bisturí con cuidado de no dirigir el láser a la zona que tiene atrapada tu mano. Aprietas el botón y…¡maldito Hopkins! ¡Siempre tan descuidado! El aparato no está conectado a la red, y la batería está agotada. En cuanto acabes con esto redactarás una queja contra él. Un individuo así no merece ostentar el título de científico. La presión que ejerce el engendro sobre tu mano empieza a resultar molesta, sensación que se incrementa cuando ves que los filamentos, ya convertidos en pequeños tentáculos, están liberando una enzima abrasiva que corroe el látex del guante.
Decides prescindir de más consideraciones. Con tu mano libre sujetas al animal y tiras intentando soltar el brazo aprisionado. Tras un par de segundos de forcejeo, te das cuenta de tu monumental error. Un nuevo grupo de tentáculos se ha elevado desde la criatura y han hecho presa en tu otra mano, dejándote sin margen de maniobra. Ahora estás a su merced, y mientras sientes el calor cada vez más intenso que desprenden las enzimas, empiezas a asumir que te has convertido en el alimento de este acéfalo recién nacido.
El monstruo se comporta como un ectoparásito, solo que su capacidad de asimilación es sorprendentemente acelerada. Sientes una serie de punzadas en ambos brazos. Estabas en lo cierto, eran dientes. Para tu desgracia, tu piel es mucho más blanda que la de este ser evolucionado.
El estadio de crecimiento del simbionte ya sobrepasa cualquier umbral obtenido anteriormente. Las modificaciones que tienen lugar tanto a nivel externo como interno no cesan. Es un ente cambiante que se nutre de ti con un hambre voraz. Es entonces cuando Ferguson y Hopkins entran en el laboratorio. Sus rostros están desencajados. Reparas en que detrás de ellos la entrada no está sellada. ¡Condenado Hopkins! Intentas maldecirle en voz alta, pero una amalgama de ventosas y folículos obturan tus cuerdas vocales. Un par de matraces se hacen añicos con tus últimos estertores. La hiperestesia hace que todo a tu alrededor se desvanezca, pero antes de caer en la inconsciencia permanente, tu cerebro tiene tiempo de hilar una última configuración racional: el mayor cambio de paradigma de la historia, al menos, llevará tu nombre.
Este relato intenta cumplir el ejercicio 6 del reto de escritura #OrigiReto2018: Inventa un relato descriptivo que haga que los personajes o la escena en sí, sean algo completamente diferente a lo que parece.
#OrigiReto2018 es una iniciativa creada por Stiby y Katty. Podéis acceder a las reglas en sus blogs Sólo un capítulo más y La Pluma Azul de Katty.
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2 comentarios
Interesante la tercera persona en el relato, no es habitual y te ha quedado muy bien.Me ha parecido que está narrado realmente por una persona científica aunque algunos de los puntos me han parecido confusos. Me ha gustado cómo lo describes todo y el relato atrapa mucho (nunca mejor dicho) pero no he llegado a entender el final. No sé si haces referencia a algún científico real que puso nombre a algún acontecimiento real. O por el contrario el cambio de paradigma se da en el relato, pero entonces ¿cuál es? En serio creo que no he entendido nada jaja y mira que de verdad me ha gsutado leerlo.¿Qué es diferente a lo que parece? ¿Los personajes o la escena? He estado pensando que tal vez el narrador no es un humano, es decir, la tercera persona de la que hablas. Pero entonces ¿Qué es? ¿Es el ser nuevo que creaste en el anterior relato? MADRE MÍA QUÉ COSA MÁS RARA jajaja perdona todas estas preguntas es que realmente me interesa, si me explicas un poco de qué va creo que lo leeré de nuevo porque creo que no he entendido nada ¡lo siento!
Jajajaja, quizás ha quedado muy raro este relato. En realidad es un ejercicio que tuve que hacer en el taller de escritura creativa. Se trataba de enfrentar tono y atmósfera, y lo que intento es crear un relato de terror con una narración fría y desapasionada, nada más. Tal vez el objetivo está un poco pillado por los pelos por ello.Lo que cuento es solo un científico que examina un experimento que se les ha ido de las manos y se ha convertido en un monstruo (se supone que el monstruo es El Horror del anterior relato, aunque de nuevo está muy traído por los pelos). El bicho crece y se vuelve hostil hasta matar al científico.Lo del cambio de paradigma hace mención a la creación de un monstruo que, en el futuro, va a crear muchos problemas a la humanidad. Tal vez mi cabeza esta hecha polvo jajajaja.No sé si te he podido aclarar algo o ahora tienes más dudas xD.Mil gracias por tus comentarios!