Relato: ÚLTIMAS GUERRAS, Parte III (por Román Sanz Mouta)

por Román Sanz Mouta
© François Flameng. The Battle of the Yser in 1914 (Paris, Musee de l’Armee)

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PARTE III


CAPÍTULO 9: TERMINADO EL ANTES

Se alzaron de sus tumbas y fosas. Con los restos que pudieron. Para hundir el mundo.

Incontenible. En el campo de batalla, esa reducida cuadrícula de juego computerizado, estábamos preparados.

En los núcleos urbanos y rurales, no.

Masacre sería un término amable. Y no lo soy.

Perdimos la comunicación, el abastecimiento, las familias. Esto último, ellos. La mía sigue a salvo. Seguro.

Por muy efectivos que fuesen los nuevos contendientes, no parecían complacer a los Amos de Marionetas.

Así que enviaron las Criaturas. Con el mismo método anterior. Nos atacaron a todos, no vivos y no muertos.

Por increíble que parezca, trabajamos juntos, como si fuésemos parte de la misma raíz.

No duró. La habilidad de los seres no dieron oportunidad o resquicio.

El exterminio se convirtió en Extinción. Y de ahí, al Apocalipsis.

Así hasta hoy…

CAPÍTULO 10: EN EL CENTRO DE LA GUERRA

Somos el último reducto. Los Impecables. Héroes sin bandera. Protagonistas sin público ni aplausos.

Vadeamos ciénaga. Todo se ha corrompido. No sabemos nada de los animales. No apostamos por ellos.

No quiero seguir. ¿Cuándo un descanso?

Pienso en Ella. Ya no existirá. Ojalá. Nunca me miraron así.

Se la llevó.

Esta distracción anticipa una emboscada.

Aquí vienen de nuevo.

Quedamos nueve. No podía ser otro número. Alguno reza. Otro, bastante más listo, se despide.

Yo me dejo llevar.

Es una carga frontal envolvente. Oséase, rodeados. Vencidos.

Mientras ellos avanzan nosotros no hacemos menos. No somos menos. Empalamos a cuantos podemos esquivando sus mortales apéndices. Golpeamos sin piedad esperando que sea el lugar corporal adecuado en esos cuerpos que ni hemos visto ni pesadilleado nunca.

Vienen más.

Peleamos mejor.

No cambiará el resultado. Es una victoria leve. Pero victoria.

Y eso molesta a los Titiriteros.

Las Criaturas chillan dolor porque han decepcionado a sus Creadores. No estamos acabamos. Han fallado.

Viene el siguiente Enemigo. Sin transición.

Me preparo.

El suelo se abre. Se raja. Grietas que son Puertas.

Sé lo que viene.

El Hogar se acerca a mí.

Huestes trepan hasta el nivel del mar. Los Intraterrestres. Emergen desde el Centro.

Vienen a por los vivos. A por los muertos. A por los Seres.

Siguiente nivel.

Mi Padre los lidera.

Me llama “Bastardo”.

Me llama “Traidor”

Me condena.

Se ríe de mí.

“Él se la llevó”.

Nada Nadie más hablasemueverespira

La rueda se detiene. Es personal.

Traen a mi Abuela encadenada.

Me arde la mente. Me enciendo. Me incendio.

Me mira cariñosa. Su Descendiente la corta el cuello. Sangra oscurocasinegro. Nuestra Sangre. Cae. Muerta. Inocente.

Padre mira. Aguarda mi reacción. La tendrá.

“Él se las ha llevado, a las dos”.

Ya no me evado. Busco en mi interior.

Miro al cielo. Lanzo un desafío.

Con mis cinco compañeros. Supervivientes. Con los Seres de nuestro lado. Con los Muertos de nuestro lado.

La verdadera Guerra acaba de empezar.

Ya estoy motivado. Tengo razones.

Ya soy Destino. Soy Furia. Estoy Vivo.

Ya soy cuanto todos querían y esperaban.

Me lanzo

¡¡¡¡¡¡PATER!!!!!!

No perderé…



CAPÍTULO 11: EPÍLOGO, ANTES DEL ANTES PERO NO DEL DESPUÉS

—¿Cuándo es?

—Está llegando el día, profeta. Hora de tú despertar.

—Dormía bien. Soñaba Paz.

—Eso se acabó. Busca en los Futuros. ¿Qué va a pasar? Quiero saber.

—Las Plagas, Maestro. Están sueltas.

—Sólo las primeras. Por ahora. Por mi mano.

—Liberará al resto de Ajenos.

—Esa es mi intención.

—El Caos. La Destrucción Absoluta. Una Nueva Realidad —el Chamán tira los huesos—. Pero está él. Luchará sin ambición. Invasión tras Invasión.

—¿Qué estás diciendo? ¿De quién hablas?

—El Hombre Profundo. El Perdido. Quien no pertenece ni tiene lugar.

—No necesito de tus estúpidos oráculos, profeta –gruñe el Dios, cambia su tono-. No hay derrota que pueda superarme. No hay derrota. Mide tus profecías…

—Él, es Él. Unirá a los de arriba, a los subterráneos, a los de más allá, a los venidos de fuera…

El Maestro corta la cabeza del vidente con un movimiento. Cae con la boca aún abierta, con parte del mensaje evaporado.

Se dirige luego a sus Generales.

—Acelerar el proceso. Enviarlo todo…



CAPÍTULO 12: EPÍLOGO II, YA SABÉIS QUIÉN Y CUÁNDO

Estoy muerta.

¿Esto es estar muerta?

No es para tanto.

Puedo volver…

Quiero volver…

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