¿O es a la inversa?
¿El orden de la cordura altera el resultado y producto cerebral?
Una mujer que ha perdido a su hijo y se está distanciando de la pareja por medio del dolor, sufre un accidente que desencadena la fusión y fisión de tiempos y realidades que no sabe asumir o enfrentar. Que no puede distinguir disociada. Contra la que lucha y a la que niega, incluso recuperando a su vástago en esos espasmos, más o menos fugaces, de periplos mentales-temporales.
Ese viaje para seleccionar en la psique cuál fue el hecho cierto y cuáles las alternativas no tomadas, esas bifurcaciones que no se recorrieron más que en los miedos y los recuerdos. Las decisiones y sus consecuencias.
Traslados a pretéritos y futuros yo´s de consecuencias irrefutables que hacen a la protagonista olvidar el presente. Descuidarlo. Añorarlo solo tras el siguiente salto en bucle incompleto de daño continuo. Extraviándose del origen y núcleo en el proceso. Sin soportes ni consortes. Abrazando los cambios. Clamando por solución vía diagnóstico psiquiátrico. No es ni será tan fácil.
Perturbador el ocaso y alba en marea de la protagonista, que vive en el umbral de la duda y saca fuerzas ante cada nueva existencia para seguir adelante. Solo un día más. Solo una realidad más.
Una novela perturbadora con un lenguaje tan contundente en su complejidad como afilado y delicioso en la percepción del lector. La cadencia de frases tiene la potestad de arrullarte o arrasarte como avalanchas verbales.
Toda una experiencia que despierta preguntas que nunca estuvieron dormidas:
«¿Qué es real?
¿Quién soy?
¿Quién de todos mis yo´s soy?
¿En cuál de todos mis tiempos me muevo?
¿Cuántos y cuáles recuerdos son reales, y cuántos y cuáles otros deformados, reconstruidos o directamente inventados por la cruel a la vez que protectora memoria?
¿En qué momento me equivoqué?».
Para leer con pausa y comprensión, adentrarse sin dejar nada atrás. Otra gran obra de Guillem López. Lo ha vuelto a hacer.