Título: Hex
Autor: Thomas Olde Heuvelt
Editorial: Nocturna
Nº páginas: 512
Género: terror, maldiciones y brujas
Precio: 19,50€
Bienvenido a Black Spring, una población pintoresca con un macabro secreto: una mujer recorre las calles con la boca y los ojos cosidos, entra en los hogares y espía a la gente mientras duerme. La llaman la Bruja de Black Rock.
Los vecinos se han acostumbrado tanto a su presencia que a veces se les olvida lo que ocurrirá si algún día abre los ojos. Para protegerse de curiosos, los fundadores de Black Spring han instalado equipos de vigilancia con los que mantienen la zona en cuarentena. Hasta que unos adolescentes, hartos de su aislamiento, deciden saltarse las normas y convertir la maldición en una experiencia viral. Nadie se imagina la siniestra pesadilla que entonces los aguarda.
CRÓNICA DE LA MÁS INSANA BRUJERÍA Y SU RESPUESTA HUMANA
Nos sorprende el arranque con una “in media res”, viendo cómo la comunidad está perfectamente adaptada para convivir con una bruja y su maldición reconocida de siglos atrás, ligada íntimamente con la historia del pueblo: Black Spring. La saben tan perversa como peligrosa por hechos bien documentados, y tienen protocolos enraizados en los pioneros y que han adaptado a nuestro tiempo actual con una premisa clara y simple: contención y ocultación. Que no pase nada. Que no cambie nada.
Por un lado, Katherine, la bruja, puede hacer cosas inenarrables. Por el otro, la capacidad del ser humano para amoldarse y acomodarse a todo tipo de situación, incluso a la más terrible, mediante el silencio y esa ocultación, provoca escalofríos. Da miedo ese nivel de conformismo. En vez de desentrañar el misterio, solucionarlo, asumir riesgos. O pedir ayuda a instancias mayores, tan informadas como conveniente e intencionadamente desinformadas; algo bidireccional. Un socorro comunitario fuera de sus paredes de cristal, una colaboración global de mentes mejores y no tan aletargadas y cautivas de sí mismas. Al final, estas comunidades que se cierran al mundo acaban convirtiéndose en su propio veneno. Y Black Spring lleva demasiado tiempo enclaustrada, casi ya sin necesitar esa fuente de maldad primigenia. Porque hay situaciones grotescas, dantescas, esperpénticas y ridículas que ofenden al sentido común y por eso parecen tan verosímiles. Tan humanas.
La novela ocurre en varias fases, ágil, disciplinada entre esa mitología antigua de orígenes, historias pequeñas de cada habitante de la población, y las relaciones entre los protagonistas, sumergidos en una espiral, muchas veces deseada, de incertidumbre y tiniebla. Aunque algunos aspiren al cambio. Viendo el contraste entre el respeto y pavor de unos, y la irreverencia y crueldad de otros, para con la bruja. Los sistemas y metodología descastada y aprobaba por el gobierno nacional, el ojo que no vigila ni hace nada. Y una ley propia e inflexible tallada en piedra desde la era inmemorial, y no tan lejana, en que comenzó la maldición; cuando mataron a la bruja. Se abrazan a su justicia, porque solo el hombre puede ser más cruel y violento que la esencia de la maldad, si es Katherine tal esencia.
El juego es mantener la tensión. Como lector, vas intuyendo y sabiendo que Katherine puede, y mucho más de lo que creen en el pueblo con displicencia y pese a las extremas medidas de seguridad, no tan extremas y sí relajadas. Son lecciones históricas de sangre y muerte: que no abra los ojos, que no susurre, que siga cosida. Pero la bruja aguanta con paciencia la crueldad alevosa de algunos. Acumula. Espera su momento. Que llega. Lleno de señales previas. Cuando se ve capaz de derrumbar toda la localidad y quizá mucho más allá.
El tono lúgubre va creciendo a medida que avanza la trama, atrapa, sugiere, intimida y consigue que te pongas en el lugar de varios de los protagonistas. El giro hacia la pena sublime y la total oscuridad no es suave, te desgarra. Te sumerge por empatía en ese descenso a los infiernos que, por previsible, pilla a la sorpresa debido a la crueldad del autor, insensible para con sus criaturas y creaciones, que no tendrá piedad. Capaz de un sufrimiento extremo que agranda la implicación con el texto.
POSIBLE SPOILER
Además, se percibe más que se cuenta una verdad bajo Black Spring: puede que haya otra cosa, más grande, peor, nefanda y nociva. Puede. Solo puede, depende mucho de la lectura que se haga de su brutal desenlace.
FIN DEL POSIBLE SPOILER
Un desenlace que me hubiere gustado, a título personal, más desarrollado y menos brusco en su corte. Hay una elaboración magnífica de atmósfera y ambiente durante toda la novela, y se espera en las escenas finales, pero son escenas, momento culmen de este y aquel, visiones generales del pueblo. Me gustaría saber más, desentrañar los agujeros y lagunas. Aunque la perversa imaginación es bien capaz de hacer el resto.
En la línea de paralelismos que vengo estableciendo entre novelas, sobre todo dentro del mismo género, esta Hex se emparenta directamente con La Señal de Maxime Chattam. Por la diferencia que se refleja entre la voluntad y la capacidad de comprensión o sentido del riesgo que tienen los niños y adolescentes, y la que poseen los adultos, de comportamiento más timorato y visión restringida por ellos mismos. Cómo discurren sus pensamientos paralelos pero enfrentados.
En resumen, una visión del terror que intenta llevarlo un poco más lejos, negar casi la totalidad de la esperanza. Y un gran cuento de brujas para bisbisear en la oscuridad.
Leed la novela.
Pero tened cuidado. Y tened miedo. Solo el miedo podrá salvaros…
Pd: por favor, si alguien conoce el final original de la novela en su primera versión holandesa, tenga a bien compartirla conmigo. Necesito saber…