Título: Negorith
Autor: Iván Ledesma
Editorial: El Transbordador
Nº de páginas: 282
Género: Fantasía urbana, Terror
Precio: 20,90€ / 5,90€ (digital)
Los ojos de Gabriel reflejaron la certeza de que iba a morir, y de repente sintió que aquello era casi una liberación. Llevaba tanto tiempo allí que no había día que no fantaseara con su muerte. Preguntándose cómo sería si un día se aburría de aquella decadencia lenta y horrorosa y decidía matar el cuerpo. ¿Volvería a su mundo? ¿Quedaría su esencia atrapada en aquella realidad? ¿En otra diferente y nunca vista? ¿Se desvanecería en la nada? Era la gran pregunta, la última duda. Una que, contra todo lo que pregonaba, lo unía en el destino final a la humanidad.
A veces hay que pedir perdón. Del mismo modo que todos tenemos querencias hacia las cosas que más nos atraen, los prejuicios actúan como muros a realidades que desconocemos. Mis prejuicios hacia la fantasía literaria —entendida como Tolkien y sus derivados— me han impedido disfrutar de un buen número de obras que, estoy seguro, podrían proporcionarme un buen nivel de placer lector. Pero los humanos somos así, y todo lo que se etiqueta con la palabra «fantasía» en literatura contemporánea se dibuja en mi cabeza como una pila de ladrillos bien cohesionados, erigidos unos sobre otros. Por suerte, editoriales como El Transbordador vienen a representar el mazo con el que derribar esos muros. Creo que sus responsables me conocen bien, y por eso me ofrecieron leer Negorith.
La novela del multifacético Iván Ledesma hace gala de una extraordinaria mezcla entre la novela imaginativa de autor y los recursos de toda obra considerada como pasapáginas. Perdonen el cliché, pero Negorith te atrapa desde muy temprano. Y en buena parte, esa hazaña tan mencionada pero no por ello menos meritoria, se debe a sus personajes. Tenemos a una extraña pareja: Half, un adolescente al que le falta un brazo, y Abraham, un hombre mayor que viaja pegado a una maleta. El triángulo se completa con Gris, una, una joven que acaba de perder a la chica de la que estaba enamorada. Pero hay otra terna: la formada por Tertium, Gabriel y Malvin. Un demonio, un ángel y una abominación. Ellos son el tridente mitológico que nos introduce en un mundo muy especial.
Basándose en elementos extraídos de distintas mitologías, Iván Ledesma ha conseguido crear un imaginario propio muy estimulante que sirve como el decorado perfecto para una historia tan épica como divertida. De nuevo pido perdón por el cliché, ya que muy probablemente los dos nombres que voy a citar aparecerán en cualquier reseña de la novela, pero tanto Neil Gaiman como Terry Pratchett están muy presentes en las páginas de Negorith. En este aspecto, la trama bien podría estar sacada de algunas de las historias de Gaiman, ya que ángeles, demonios y otras criaturas adquieren un peso predominante. De igual modo, el sentido del humor de Pratchett aparece no en pocas ocasiones, sirviendo como perfecto aligerador de intensidad, con una serie de toques macarras muy de novela pulp —posiblemente la tercera gran influencia de Ledesma— que, lejos de restar impacto a la historia, la complementan a la perfección.
La narración es puro ritmo. El autor domina los tiempos con un estilo muy cinematográfico, midiendo las escenas y otorgando el necesario espacio al nudo de la obra. Eso sí, reconozco que encontré el desenlace algo fugaz —no quiero decir precipitado— respecto al resto de la novela, dejando si acaso con ganas de más. Nada grave, ya que los distintos actos se despliegan poco a poco ante nuestros ojos abriendo un abanico muy sugerente, desvelando un microuniverso muy bien explotado en la novela pero también muy dado a expandirse en futuras narraciones. En otras palabras, espero que podamos disfrutar de más historias enmarcadas en este fantástico decorado.
Hablaba antes de los personajes, y no quiero concluir sin dedicarle unas líneas al gran malvado de la función: Malvin. Estamos ante una de esas obras en las que el lado oscuro nos subyuga e hipnotiza. Malvin tiene la apariencia del señor del Monopoly, pero el monstruo que encierra en su interior, y que sale a la luz en varias ocasiones, me parece un descubrimiento abrumador que, en efecto, aporta un alucinante toque de terror en diversos pasajes. Por sí solo, ya merece convertirse en protagonista de más ficciones. Viva el gusano.
¿Fantasía para lectores que no leen fantasía? No lo creo, ya que estoy convencido de que cualquier aficionado a la literatura fantástica más canónica disfrutará como un enano con Negorith. Se abre aquí un mundo nuevo y adictivo, con un potencial mayúsculo y devorador. Porque, pensándolo bien, esta obra no es de las que tú devoras, sino de las que te devoran a ti. Mil gracias a la editorial por permitirme acceder a la magia del Hástile, el Entremundo, El Ultramundo y el Reino Celeste. Y perdón. De nuevo, perdón.
José Luis Pascual
Administrador