Título: Lancolía
Autor: Santiago Eximeno
Editorial: Dilatando Mentes
Nº páginas: 172
Género: Ciencia ficción de horror y surrealismo
Precio: 20,95 €
SINOPSIS
Las estrellas, ausentes, convierten el firmamento en brea. Lancolía, la ciudad que es barco, navega la oscuridad más absoluta hacia el planeta rojo, un punto perdido en la negrura que los Nigromantes afirman que representa el destino de su viaje. Para los habitantes de Lancolía la esperanza que ello supone convive con la tragedia de sus existencias carentes de sentido. Mientras los Arcontes gobiernen la nave, de ellos depende la travesía, y solo la obediencia ciega a su locura permitirá que la vida prospere. Sin embargo, en las entrañas de la ciudad que es barco, oculto en la sentina, algo espera su momento. Algo olvidado, algo que antaño gobernó el mundo. Y su retorno podría cambiarlo todo.
RITUAL
Vamos a afrontar la nueva novela de Eximeno, Lancolía, desde tres prismas diferentes:
El primero, como ensayo social, pues habla sobre castas, esclavitud, escalafones, normas, clases; ganadores y perdedores. Sobre cómo el autor explora la sociedad, la religión y sus cimientos podridos. Y no solo en códigos de ciencia ficción, trasfondo de la obra, sino remembrando el presente y el pasado antediluviano y cómo se construyó y se perpetuó el poder a través de las eras y los eones; una exhibición coral que por medio de sus escenarios, de sus personajes y de su intrahistoria recorre la cultura y civilizaciones conocidas y por haber. Vemos todos los estratos, quiénes se erigen en el mando tiránico y seductor, quiénes son obligados a cumplir con un deber que le dicen dulce, como también contemplamos a aquellos los pocos elegidos. En las entidades que engañan para someter y mantener el teatro de la vida en funcionamiento según sus intereses. En figuras melodramáticas, en títeres de fuerza que protegen al verdadero mando tras el telón. Capas de la cebolla que, cuando la sociedad se rebele, si no ha sido asfixiada de antemano, si no la has drogado y pervertido hasta la extremaunción para que deje de ser curiosa y no se haga preguntas ni tenga amor o aspiración alguna, consiga alguien con que pagarlo, todo este tiempo de oscurantismo, de servidumbre y renuncia a los derechos propios de cualquier criatura digna.
En el segundo prisma hablaremos de la religión, de aquello intangible, inimaginable, bondadoso, lleno de promesas que sostienen la esperanza, o que abren el camino a la misma cuando todo se ha perdido. Cómo se corrompe y deforma desde su primigenio inicio para servir a unos pocos, iluminar a muchos, y engañar a casi todos. La forma en la que nace y crece la bestia de mil cabezas de numen. Fines y poderes condicionados que consiguen que las doctrinas se conviertan tanto en arma como en losa sobre la espalda, casi una cruz metafórica con la que la gente carga o es cargada, los Arcontes, los Nigromantes, los Astronautas, los Recordadores, el Herrero… Lo que se apaga aplastado renace, lo que se reverencia queda obsoleto; ciclos. Solo hace falta insinuar un objetivo en medio de la negrura… Nada más.
La ciencia ficción en sí misma constituye el tercer prisma. El mundo, la nave barco viva que saca de su chistera genial Eximeno supone un personaje más, de riqueza insospechable, de esencia tan infinita como minimalista en sus formas aceradas. Es más brillante en su tiniebla de sombra, en su miseria, en su podredumbre, como lo dejado atrás para embarcarse en el viaje con la ciudad, Lancolía. Ese pasado, por qué y cómo y de qué escaparon, cuánto llevan en el espacio tras su anhelado destino rojo, cómo manufacturaron ese prodigio de nao mutante, cosificada. Asumido que extraviada en allende las galaxias, corriendo contra un tiempo que no existe, sin origen, sin nido. Además, la terminología que maneja, los paradigmas que muestra, esas situaciones, escenas, enfrentamientos, debates morales y filosóficos, las conexiones y tecnologías junto a las transformaciones de la vida, del humano, de la misma vida y la nao. Lazos, vínculos. Te obligan a mirar más lejos en el pasado y en el futuro. La nave es personaje y atmósfera. Formidable.
Después, la historia, pequeñas piezas, fragmentos de diferentes protagonistas para que cada lector y lectora pueda atisbar su propia verdad dentro de esa crítica social descarnada que fusiona a los personajes, cada uno con su trama, con su lastre, con su pequeño o ningún objetivo y a ciegas. De dónde vinieron y a dónde van. Empatizas, porque la novela está magníficamente trazada. Ciencia ficción, histórica, terror, religión, narrada de forma breve que no se hace breve y tampoco larga, y de la que desearíamos más, y, sin embargo, queda perfecta en forma y fondo.
Sensaciones finales tras la parrafada:
Casi una parábola majestuosa y cósmica sobre lo inevitable y cómo la historia se repite trascendiendo géneros, mundos y evos. Sobre engaños y elegir bandos y creencias aquellos que devienen en menos engañados, los que se rotan cerca del poder. La mansedad del pueblo hasta que desborda esperanza e ira con una chispa que salta la rebelión. Cíclico. Siempre cíclico.
El maremágnum de personajes se encadenan unos a otros a través de la trama hilada con maestría y esmero para concluir en ese desenlace, como digo, ciclópeo, de una civilización alterada e inevitable, con ese fondo de atmósfera que es su neo ciudad barco vivo, su circo espacial ambulante.
Tremebundo Eximeno contando esta historia nefanda para bien cuál cirujano mínimo y certero. Subid a Lancolía, conoced sus pasados y presente, pero despedíos antes de entrar a este festival de la carne y la mente en clave de fe y ciencia ficción. De la transformación. De lo que fue y será. Historia en movimiento, futuro y aprendizaje. Magnífico ejercicio literario no exento de la furibunda crítica social. Adelante.
Pd: Eximeno es un referente, si no lo has leído, debes. Además, me parece una gran y arriesgada apuesta editorial, como se debe.
Román Sanz Mouta
Redactor
2 comentarios
Como siempre, magistral ritual.
Me abruma usted, caballero. Gracias, y a leer!