Ritual Román 149: Holly

por Román Sanz Mouta

Título: Holly

Autor: Stephen King

Editorial: Plaza & Janés

Nº páginas: 624

Género: Novela negra

Precio: 23,90€ 

SINOPSIS

Cuando Penny Dahl contacta con Finders Keepers para que la ayuden a encontrar a su hija, algo en la voz desesperada de la mujer hace que Holly Gibney se vea obligada a aceptar el trabajo.

A poca distancia del lugar en el que Bonnie Dahl desapareció, viven los profesores Rodney y Emily Harris. Son la quintaesencia de la respetabilidad burguesa: un matrimonio octogenario y dedicado de académicos semiretirados. Nadie diría que, en el sótano de su impecable casa forrada de libros, esconden un secreto directamente relacionado con la desaparición de Bonnie.

Son astutos, pacientes y despiadados, y obligarán a Holly a emplear sus habilidades al máximo y a arriesgarlo todo si quiere cerrar el caso más oscuro al que se ha enfrentado jamás.

RITUAL

Os saludo una vez más desde esta tribuna de rituales con dos propósitos, el primero, reseñar la novedosa novela Holly, última publicación del señor King en castellano, una obra que trata sobre el que ya supone su personaje favorito, y sobre el que advertimos en su momento que volvería una y otra vez, pues el suyo supone un amor a primera vista que se mantiene pasado el verano hasta devenir imperecedero. El segundo de mis objetivos, aunque nadie, ni yo lo diría tras este abundante prólogo, trata acerca de reducir la extensión de los rituales, para que se muestren más frescos, modernos, accesibles al lector(a) que, en unas pocas palabras, gusta de decidir su próximo interés literario.

Así que, al grano.

Ya conocemos a Holly Gibney, sobre todo de Mr Mercedes, de El Visitante, del relato largo La Sangre Manda, una investigadora perspicaz, reflexiva y con tenues problemas en sus conductas sociales que la convierten en un personaje tan adorable como extraordinario y familiar. Aquí profundizamos en su psique, pues el manuscrito es un canto de amor del autor hacia su creación, Holly, a la que viste y desnuda para dejarla expuesta a nuestros ojos, con incluso más virtudes, más debilidades y más extrañezas que la acompañan en su periplo, tanto existencial como en esa labor detectivesca. Ha perdido a su compañero principal, Hogdes, y tiene de baja u ocupados al resto de la troupe (debido a sus obligaciones o, en este caso, por la infección de la Covid, que tiene un papel predominante, al igual que las opiniones políticas sobre la misma y los dirigentes que ostentaron el mando durante su virulenta propagación). Por lo cual, en dicha soledad de imposición externa, pueda parecer más frágil, que no lo es, reforzando sus dudas, que a la vez devienen en determinación para resolver el caso, en esta ocasión puzzle de muchos pedazos, que se van componiendo a lo largo de la obra.

No nos engañemos, igual que este cuadro nos ofrece una visión sobre las dos y más posiciones que hubo acerca de la pandemia, debo dejar diáfano que esta obra no tiene componente alguno de sobrenaturalidad (no esperemos más monstruo que aquel que puedes ver frente a tu espejo), ceñida al puro realismo de la novela negra, oscura y ominosa, sobre todo en las caníbales intenciones del hombre, de la humanidad mal entendida.

Pues, desde el comienzo de la narración, conocemos a los villanos, esa pareja de ancianos, ilustres profesores retirados de elevado conocimiento académico, que sobreviven a base de secuestrar jóvenes y dar buena cuenta de ellos a la manera que, ora ritualista, ora enfermiza, ora seudocientífica, pueda prolongar sus años en la tierra, conservando toda su esencia intelectual. Un crudo contenido, un severo argumento.

Contra ese mal se enfrenta Holly, quien, persiguiendo la pista de una joven extraviada, tarda en llegar al rastro de migas de pan que dejan ver, a las claras, una serie de desapariciones con cada vez más nexos en común.

Diré que, una vez más, Stephen King no nos sorprende con su dominio de la prosa, con sus recursos (múltiples y de mérito), pero sí nos hace pensar un poco más en la cultura, la sociedad, la evolución, poniéndonos en el lugar y mente de estos perversos telúricos y sus malsanas, o biensanas, intenciones.

La novela transcurre paralela en estas dos líneas, Holly y los vejestorios, además de las aportaciones (incluido un gran homenaje a la poesía) de Jerome, su hermana Bárbara o Pete. El argumento es sólido, se lee con agilidad (pese a sus más de seiscientas páginas), como resulta costumbre, secuencia tiempo y escenas para que el desenlace aterrice contundente. Los personajes, mención especial a Holly y los abuelos profesores, poseen múltiples capas que los hacen verosímiles. Y la atmósfera, sobre todo en esa celda reducida, o en las cabezas de los personajes, retumba para bien.

En conclusión: Holly se enfrenta aquí a otro tipo de mal más mundano que en sus apariciones anteriores, que no menos ominoso, y sale triunfante, ella y su creador, dando pie a una saga de cuentos y obras donde aparezca de forma regular, siendo bien la estrella o bien la artista secundaria. Pero Holly ha llegado para quedarse, y el señor King se desvela en mejor forma que nunca. Así que, acólitos, acólitas, y también profanos en la obra del Rey, acercaos a estas páginas con fruición, pues dentro de este nuevo género negro que ya domina King, vais a disfrutar de una gran historia con un poso que dejará recuerdo.

A leer.

 

Pd: espero que este retorno sea duradero, y disculpad mi ausencia, para los pocos y las pocas que me echasen de menos.

Pd II: he fallado latifúndicamente en mi promesa de reducir la extensión, lo siento.

1 comentar

Vicente octubre 19, 2023 - 4:34 pm

Muy corta la reseña xD a juego con la extensión de la novela.
Bien, Román, dan ganas de leerla.

Responder

Deja un Comentario

También te puede gustar

Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar la experiencia del usuario a través de su navegación. Si continúas navegando aceptas su uso. Aceptar Leer más