Título: El dárico gris
Autora: Eva Amuedo
Editorial: Obscura
Nº de páginas: 560
Género: Fantasía épica
Precio: 22,90€
—Deberías cuidar a quién llamas cobarde, muchos han pagado esa osadía con la muerte, humano —dijo Kishur con voz serena, pero potente—. ¿Qué daño os hemos hecho? ¿Os hemos robado? ¿Hemos quemado vuestros cultivos? ¿Violado a alguna mujer? ¿Asesinado?¿Cuál de estos crímenes hemos cometido?
Hacía tiempo que no me rendía ante el poder de la fantasía épica. Como culo de mal asiento en la literatura, navego entre géneros y autores sin vender mi alma a ningún diablo, y eso que he tenido mis fases: policíaca, terror, contemporánea, épica. Esa épica que plantó sus semillas en El señor de los Anillos y recogió los frutos en Juego de Tronos, haciendo de mí una ávida lectora durante algunos años de todo lo que olía a batallas, fantasía, magia. Luego la fiebre pasó, como siempre me pasa, y llevaba ya varios años sin sumergirme en la a veces dulce y a veces áspera estela de un género en el que todo tiene cabida. Pero en el que también hay que saber hilar muy fino para no caer en el exceso, en la salida fácil, en el manido argumento. Conseguir el equilibro en esos mundos imaginarios que nos transportan, herederos de los libros de caballerías del medievo, donde la literatura permitía al simple mortal abandonar el tedio de su día a día para vivir experiencias que la vida nunca le concedería. Pausa en mitad del dolor, del amor, del desastre, de la calma. Pausa en un apeadero donde no encontraremos tren alguno. Solo el segundero detenido y la aventura servida en un puñado de páginas. Eternidad revestida de tinta.
Se secó las lágrimas con el dorso de la mano y se apartó el flequillo, mal cortado, de la frente. Sintió el sabor a húmedo y salado en los labios y se dijo que era suficiente.
El planteamiento de El dárico gris es el siguiente: existen dos mundos, Asthaluss y Muriath y en ambos habitan los humanos. ¿Cuál es la diferencia? Que en el primero existe la vida tal y como la conocemos en nuestro planeta y en el segundo… la cosa se complica bastante. En Muriath, tierra de dioses y demonios, conviven los seres humanos con otras razas en una lucha constante, tanto de poder como de historia, tanto de paz como de guerra. Alhanna, una de las protagonistas del libro, llega desde Asthaluss a Muriath en extrañas circunstancias y allí se encuentra con Kishur, un dárico (especie que puebla Muriath desde su creación) que siente una inexplicable y recíproca unión con la humana, a la que decide proteger a toda costa. Esta puesta en escena le sirve a la autora para ofrecernos un amplio abanico de situaciones, escenarios y personajes en los que se van entremezclando un pasado que sobrevuela de forma inevitable el presente, unas luchas de poder que recuerdan a la saga de Martin y una dama roja, sí, maravillosa dama roja, que tiñe de jazmín y misterio todo cuanto la rodea. Todo ello aderezado con una leyenda tangible y acertada, escrita por Eva con un mimo que se palpa a través de las páginas. El libro llevará al lector a un universo extraño y sin embargo conocido que muestra, enseña y comparte. Que cede por voluntad propia y te guía de la mano por el desfiladero. Casi con los ojos vendados.
Pero, no os equivoquéis. No todo es tan sencillo. Porque el libro muestra, sí, pero también se guarda. Como las buenas leyendas.
Como los viejos cuentos.
El invierno comenzó teñido de muerte, de sangre y fuego.
Una frase breve, pero importante. ¿Por qué? Porque el libro que reseño hoy no es solo un libro de fantasía, una saga épica, una historia de aventuras. Porque no todo se resume en héroes y villanos, el perpetuo paradigma de un género que en ocasiones ha tendido a ser una simple repetición de ese basto y vasto mundo que Tolkien creó de la nada. No, la fortaleza de El dárico gris reside precisamente en que Eva Amuedo ha conseguido dotar de una personalidad particular, oscura, alejada de estereotipos, a cada uno de los protagonistas de la novela. No encontrarás negros o blancos, como bien indica el título, la controversia del gris domina argumento y diálogos. Personalidad y psicología. Eva no ha construido un mundo dividido entre el bien y el mal: lo mezcla y lo agita en un cóctel de contundente sabor pero rápida degustación. Y es que si uno de los puntos débiles de la fantasía épica es quizá su densidad, El dárico gris, con todo un mundo habitado por distintas razas y distintas razones, aderezado con su propio vocabulario, mitología, leyenda e historia, resulta un producto fluido, de lectura ágil y entretenida, un producto que consigue engancharte a una historia que se aparta del típico viaje del héroe para dejarte una pregunta que ronda sin cesar en todas las páginas: ¿quién es en realidad Alhanna y qué es lo que pretende?
(…) Ella apareció ante mí por alguna razón, pudo haberlo hecho en cualquier lugar y en cualquier momento. Lo he pensado mucho. ¿Y si Muriath la trajo? ¿O fue Asthaluss? ¿Los dioses? ¿Qué gran fuerza la condujo hasta mí? Quizá jamás llegue a conocer las respuestas, pero el hecho es que ella está aquí, y siento que es mi responsabilidad protegerla y guiarla.
Las palabras de Kishur, el dárico gris, son parte de la clave de este enigma. ¿Por qué la humana llega a su mundo y por qué sienten ambos una conexión tan fuerte? Estos dos personajes, columna vertebral de la narración, podrían parecer a priori los estereotipos de dama en apuros y héroe que la rescata. Nada más lejos de la realidad. La protección del dárico gris no es solo contra los peligros que puedan acechar a Alhanna en Muriath y, desde luego, Alhanna no es una chiquilla asustada en un lugar desconocido. Ambos tienen sombras tan densas que escasamente vemos la luz a través de ellas, ambos esconden a la par que enseñan, ambos son tan intensos como huidizos a los ojos del lector. Hay grandeza, pero también debilidad. Hay amor, pero también desconfianza. No, como en el resto de personajes, de sucesos, la autora juega deliciosamente al despiste y nos embauca en una tela de araña sobre la que caminamos con paso firme pero alerta. Cuando vayas terminando el libro querrás saber más y más sobre esta pareja tan particular como tentadora. Tan letal como nostálgica: las raíces de Alhanna y Kishur se plantan en arenas movedizas. Sobre un terreno de oscura ambivalencia. De demonios internos, esos que pertenecen a cada uno, esos que solo hablan cuando la noche se vuelve joven y el alba parece una promesa vana. De eso entiende bien Eva. De eso va El dárico gris.
Cerró los ojos para sentir mejor la brisa en su piel. «La muerte nos acaba encontrando a todos».
En definitiva, El dárico gris es uno de esos libros que te hacen recordar por qué nos gusta tanto la fantasía. Fantasía escrita por una mujer que promete más, y sabe que lo esperamos con ansia. Las claves de Eva se centran en una escritura ágil que facilita el complicado engranaje narrativo, añadiendo incluso un glosario final por si te pierdes a lo largo de la lectura, aunque se hace todo tan natural, tan sencillo, que los nombres y los conceptos se anclarán a tu memoria como el barco al fondo marino. Abundancia de diálogos, escenas de batalla con una descripción suculenta y gráfica, oscura como ella sola, agilidad en las escenas y una estudiada sensualidad convierten El dárico gris en muchas historias hilvanadas por un hilo fuerte, seguro.
Más de quinientas páginas para dejarse arrastrar por esos mundos que alberga la imaginación humana.
Porque de eso se trata, al fin y al cabo.
De morir mil muertes distintas.
De vivir mil vidas indefinidas.
Lorena Escobar
Redactora