La ballena azul (Raúl Quinto)

por José Luis Pascual

Título: La ballena azul

Autor: Raúl Quinto

Editorial: Jekyll & Jill

Nº de páginas: 208

Género: Terror experimental

Precio: 20 €

SINOPSIS

Vivimos en un tiempo donde la verdad y la mentira se diluyen una en la otra, construyendo peligrosos mundos paralelos a través de campañas de desinformación, teorías conspiranoicas y bulos que proyectan otra realidad fantasmagórica sobre lo real comprobable, un mundo-mentira que desborda el nuestro con odio, dolor y muertos. Esa es la descarnada expresión del terror actual. Y sobre ese filo se lee La ballena azul, que toma su nombre y su estructura del juego viral que segó la vida de varios adolescentes en la década de 2010, y que nos ofrece una turbadora e inteligente crítica a estas herramientas de manipulación usando sus mismas armas.

De esta manera, igual que ya revolucionara los estándares de la novela histórica con la aclamada y multipremiada Martinete del rey sombra, Raúl Quinto abre ahora nuevos caminos para la literatura de terror donde el mismo lenguaje y las contradicciones a las que somete al lector forman parte de una experiencia límite. Un viaje por los significados del miedo y las grietas de todo discurso sobre la realidad del que no se sale indemne.

RESEÑA

Confiésalo. En algún momento de tu vida has entrado en rincones de internet que te han puesto delante de los ojos una serie de imágenes, vídeos o relatos de los que nunca le has hablado a nadie. Producciones de mala calidad, sí, pero que al mismo tiempo poseen el sello de lo genuino y, ante todo, de lo malsano. Hay sitios así, lugares en los márgenes que parecen sacados de pesadillas o de mentes enfermas, y tú los has visto igual que todos. Lo peor llega cuando, tras una breve consulta, te cercioras de que algunas de esas imágenes, alguno de esos vídeos, son absolutamente reales. Y de realidades abyectas y ficciones corporeizantes es de lo que nos habla La ballena azul

Estamos ante un volumen realmente extraño. Raúl Quinto nos propone una especie de reto narrativo en el que, a través de cincuenta capítulos, nos enfrenta con toda una colección de sucesos de un pasado casi siempre reciente y de algunos de esos creepypastas que asolaron la red durante el inicio de este siglo. El autor utiliza una de esas historias, la que da título al libro, para articular un discurso que oscila entre el ensayo, la exposición y la narrativa inmersiva que propone la segunda persona. De este modo, el lector se convierte en parte activa de todo lo que desfila ante sus ojos, mientras comprende la enorme crítica que desprende la obra. 

La ballena azul es, prácticamente, un monólogo pronunciado por una voz misteriosa. Podemos identificarla como un pregonero de las maldades humanas, o quizá como nuestra propia conciencia. Cierto es que el efecto que produce depende a veces de los recursos narrativos que utiliza Quinto, y me explico: cuando el autor trata de ponerse «más literario», con algunas licencias a lo estético, como frases que se repiten durante toda la obra o metáforas demasiado rebuscadas, el propósito de impactar resulta menor que cuando se abandona a una narración más sobria. Dicho esto, algunas de las florituras a las que hago mención no sobran en absoluto, sino que elevan el texto aún a costa de perder por unos instantes al lector. Es una apuesta arriesgada, sí, pero cualquier lector mínimamente curioso se verá atraído por ella.

Teorías de la conspiración como los chemtrails, crímenes como el aberrante caso de Almansa en 1990, miserables actos de tiranía como los del orfanato de Cighid durante el régimen de Ceauçescu… La ballena azul se alimenta de estas miradas al abismo, de ese morbo que nos produce el dolor, la rotura, la muerte. También asistimos a toda una contraposición de mentalidades extremistas, ya sea con el recuerdo de ataques como los de Anders Breivik o Brenton Tarrant, o con la guerra entre chimpancés en Tanzania que se dilató durante cuatro largos años de violencia entre clanes. Todo ello, aderezado con otras historias nacidas en foros de internet. Podemos estar ante el primer título que tributa a la posposverdad.

Al final, podemos entender la obra —me resisto a llamarla novela— como un enorme poema de versos retorcidos, un manifiesto de la maldad y la ignorancia, un libro de instrucciones que memorizar para sobrevivir en el mundo. La ballena blanca es un empujón para que saltemos al vacío, que es lo mismo que decir que es el estímulo que necesitamos para abrir los ojos y reparar en la realidad que hemos creado. Es el primer paso para cambiarla.

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