Megan y Amy son amigas íntimas. Hablan constantemente, ya sea en persona o a través de un videochat. Un día, Megan conoce en el chat a un chico y decide quedar con él. A partir de ese momento Megan desaparece sin dejar rastro.
Megan is missing es un found footage o mockumentary que nos cuenta una historia aparentemente basada en hechos reales. Parece ser que Michael Goi se basó en siete casos auténticos que conoció gracias a colegas de series televisivas policíacas con los que trabajó. Con ello, el director creó el guión de esta película.
La cinta está claramente dividida en dos partes. Durante la primera hora nos metemos de lleno en el día a día de las dos adolescentes, que a pesar de ser totalmente opuestas tienen una relación estrechísima. Megan es la típica chica popular, que tiene gran cantidad de amigas y triunfa entre los chicos. Amy, en cambio, es una muchacha tímida y apocada a la que le cuesta sociabilizar. Entiendo que toda esta parte le pueda resultar aburrida a mucha gente, y más tratándose de un film de terror, pero en mi opinión sirve para crear un marco de realidad alrededor de las jóvenes y la película lo consigue de manera bastante creíble. Es en los últimos 25 minutos cuando la cinta pega un cambio brusco y nos golpea brutalmente mostrándonos qué les pasó a las dos chicas. Sin ser demasiado explícito ni gore, este último acto resulta escalofriante y aterrador por el tremendo contraste con lo que hemos visto hasta ese momento. Lo que en la primera hora era un retrato crítico de la adolescencia con imágenes coloristas, se vuelve en el tramo final siniestro, oscuro y desesperanzador. Y eso es lo que hace que la película funcione.
Ayudan mucho las interpretaciones de las dos protagonistas, Rachel Quinn y Amber Perkins, que consiguen dar gran credibilidad a sus papeles mostrando gran desparpajo y carisma para tratarse de actrices tan jóvenes y casi noveles. De hecho, me llama poderosamente la atención que tras este trabajo ninguna de las dos haya hecho nada más aparte de un par de capítulos televisivos. Casi lo mismo se puede decir del director, aunque sigue ligado al cine y la televisión en labores de técnico de cámara y fotografía.
En definitiva, creo que se trata de una película altamente recomendable dentro del género “cámara en mano”. Eso sí, toda la parte final puede resultar bastante perturbadora a personas poco acostumbradas a este tipo de películas. Y recomiendo que no busquéis mucha información antes de verla, pues en muchas webs de reviews están colgadas las imágenes más impactantes, dando lugar a un gigantesco spoiler.
Mi nota: 6,5