Interesante producción que recoge el testigo de The Den o Eliminado. En esta ocasión, Host aprovecha el período de confinamiento para proponer una vuelta de tuerca a este subgénero de “terror en pantalla” y nos muestra toda la acción a través de una reunión de Zoom. Rodada para la plataforma Shudder, la película es tan corta como efectiva, y su director ha sabido utilizar a su favor algunos recursos que ofrece la tecnología móvil actual para conseguir algo tan difícil como generar una atmósfera inquietante, que queda rematada con una no muy excesiva ración de sustos y momentos de impacto. Una agradable sorpresa.
Una de las sorpresas de este torcido año cinéfilo es Antebellum, cinta que se vendía como una producción de terror pero que termina anclándose más en el thriller o el suspense. Es sorprendente lo anticipatoria que resulta la película con respecto a los acontecimientos que han llevado al movimiento #BlackLivesMatter, ya que Antebellum esconde una perfecta denuncia al racismo y a los preceptos esgrimidos por la extrema derecha en el mundo. Más allá de su mensaje, la película sorprende con unos giros de guion muy estudiados y consigue que el espectador se remueva en su butaca gracias a la intensidad de algunas escenas. Además, la excelente fotografía nos ofrece algunas estampas de una belleza “cuasi pictórica”. Hacía tiempo que una película no me enganchaba de esta manera.
Película que ya venía con un aviso a navegantes, y es que desde que se inició el proyecto, los productores cambiaron el rumbo en varias ocasiones. El resultado demuestra a las claras dichos problemas, ya que la intención inicial de crear una película de terror con superhéroes se asoma levemente en Los nuevos mutantes para caer estrepitosamente hacia la cinta juvenil o la comedia involuntaria. El guion es un desastre absoluto y nos regala algunas líneas de diálogo sonrojantes, lo cual sumado a un cásting de actores mediocre y a unos efectos digitales bastante ramplones, da como resultado un producto final que nunca debió estrenarse. A evitar por todos los medios.
La noche anterior al visionado de Tenet, en la TV emitían un pase de ese divertido desastre que es el Commando de Arnold Schwarzenegger. Mi sorpresa fue mayúscula cuando, durante el desarrollo de Tenet, me di cuenta de que ambas producciones, a priori tan opuestas, comparten en realidad un caótico montaje, un guion lamentable y una labor de dirección muy cuestionable. Lo que en Commando deviene en pura diversión para el espectador, en Tenet deriva en una tortura de 150 minutos que debería poner el nombre de Christopher Nolan en la picota. Si esta es la película que debía salvar la temporada cinematográfica en el mundo, mal vamos. Pero muy mal.
José Luis Pascual
Administrador