Llevábamos mucho tiempo queriendo leer a un autor que, pese a ser conocido como “el padrino del gore”, apenas ha tenido repercusión en nuestro país más allá del pequeño nicho que resulta el reducido grupo de lectores de terror de serie B. Richard Laymon merecía pasar por nuestro Club, y aunque su literatura no es de un calado profundo, sus obras guardan la frescura y desparpajo necesarios para que su lectura sea divertida y refrescante en época veraniega.
Es la hora de presentar las conclusiones de esta edición del Club de Lectura. Incluimos la opinión breve de varios miembros del Club para terminar, como es habitual, con el debate que realizamos sobre Apagadas están las luces.
Esperamos que os guste.
Los miembros del club hablan:
Por una parte tenemos a Connie, escritora, que se verá involucrada en la venganza de su ex novio. Y por otra parte, tenemos las películas y el Palacio Encantado, el cine en el que se estrenan estos cortos con muertes reales, pero que la gente que asiste cree que son ficticios. Esta parte es la más sangrienta. En la parte final es cuando ambas tramas convergen.
Hasta llegar aquí, la novela no tiene un ritmo trepidante, pero aun así entretiene y mantiene el interés del lector. Me ha gustado el prólogo porque empiezas a atisbar algo de lo que va a ser y el epílogo evidentemente porque es el final, pero presentado como una pieza a parte, al estilo Schreck.
El gore está servido, no es una literatura con metáforas ni estilos narrativos determinados pero creo que tampoco le hace falta. Sin grandes pretensiones pero entretenida. A mí me ha entretenido. Nos encontramos con un triángulo amoroso formado por una escritora sorda (la verdadera protagonista), un dependiente de una tienda y una mujer casada con un hombre rico, no todo es gore, jejejej!
Óscar Sabater
Laymon me recuerda a aquellos librillos de bolsillo de los años 70/80 de Terror. Y a las revistas ilustradas en blanco y negro de entonces. Vampirella, Creepy, Dosier negro, Vampus..
Al grano y con poca sutileza.
Ángel
Muy divertido. No podía dejar de leer. Mucho oficio en sus páginas.
Bernard J. Leman
Ya leímos aquí Las babosas, obra en la que Shaun Hutson hacía de las suyas explayándose en gore, sexo y truculencia. Este tipo de obras me parecen perfectas para dos cosas: para desatascar después de enfrascarte en una lectura más sesuda, y para combatir el estúpido sentido de corrección política que lo impregna todo últimamente.
Y es que Laymon no se corta. En Apagadas están las luces encontramos un espíritu gamberro, casi adolescente. El tratamiento está muy pegado a las intenciones del cine de serie B, limitándose a narrar con poca atmósfera, pero hay que reconocer que de vez en cuando Laymon consigue perturbar con una serie de escenas que desprenden un aire muy sucio. Pero quizá es en Sangre en el bosque donde el autor se despacha más a gusto, incluyendo un nivel de violencia corporal y sexual que rebasa varios límites del buen gusto. Muy disfrutable, en todo caso.
Lo bueno es que todo se lee rápido, gracias a una prosa totalmente funcional. La trama no es gran cosa, y la psicología de los personajes resulta un tanto plana. Pero en general se trata de una lectura muy entretenida, que nos remite a una época lectora en la que no nos preocupábamos más que por dejarnos llevar a terrenos excitantes sin buscar segundas lecturas. En ese sentido, Laymon cumple con creces.
José Luis Pascual
Os dejamos con el debate realizado en directo el pasado 26 de junio, que contó con la participación de Sergio Requejo, Óscar, Jota, Daniel Piniella y un servidor. Esperamos que os guste.
Queremos anunciar que el Club detendrá su actividad hasta septiembre, fecha en la que retornaremos con nuevos bríos. Poco antes de volver, anunciaremos el siguiente título a leer.
Próxima lectura: ?
José Luis Pascual
Administrador
1 comentar
Añadir que no es fácil comprar cosas de este autor.
Muy interesante, como siempre.