Título: Ellas, las extrañas
Autor: Varias autoras
Editorial: InLimbo
Nº de páginas: 236
Género: Antología de cuentos inquietantes
Precio: 17€
SINOPSIS
Ellas, las extrañas es una antología de autoras españolas de lo insólito que escriben en los márgenes, que transitan los límites entre géneros, que florecen en las periferias: en la de ser mujer y en la de habitar un ámbito geográfico que valora más lo que se crea fuera que la producción propia. En palabras de Beatriz García Guirado: «En España no es que no exista una tradición, es que nos acompleja». Con estos relatos weird, fantásticos, de terror, maravillosos, siempre crueles, terribles, inusuales, queremos llevar a cabo una justa reivindicación: la de su existencia. Narradoras que escriben a pesar del canon, libres, ellas mismas, que han venido al mundo a perturbar y a alterar las convenciones sobre lo que una mujer debe escribir.
RESEÑA
Nosotras escribimos con nuestros cuerpos y nuestros traumas, con los abusos que hemos y seguimos padeciendo; escribimos siendo madres o habiendo abortado y, a razón de lo que escribimos, estamos también bastante tiesas. ¡Y, joder, al campo nos vamos si nos da la gana!
Este pequeño extracto del prólogo de Ellas, las extrañas, escrito por la antóloga Beatriz García Guirado (una de las escritoras que más me ha sorprendido últimamente), da buena idea del carácter de esta antología grupal que engloba a buena parte del ejército de autoras patrias que hacen de lo inquietante y lo extraño su hogar. La vía fácil para cualquiera que se dedique a escribir está en el mainstream, en lo trillado y canónico, en el riesgo cero y el seudónimo anglófilo. Aquí nos encontramos justo con lo contrario: una serie de AUTORAS que desafían las tendencias y nos urgen a hacer lo mismo. De algún modo, pioneras en el arte del escapismo.
Haré un ejercicio de justicia y hablaré a continuación de cada uno de los cuentos incluidos en este irresistible volumen.
El clasicismo moderno de Cristina Fernández Cubas pone en marcha el mecanismo. El reloj de Bagdad merece loas por su atención al detalle preciosista y por entroncar con unas figuras tan nuestras como las ánimas. Ambientación magistral y sutileza en un cuento sublime que aguanta muy bien el avance de las manecillas del reloj, los momentos, los años.
«Nunca fui ni sería una vieja cuentista empalagosa de la vieja escuela», dice Pilar Pedraza en La Voivodina rehén. Sin nada que envidiar a los cuentos de Borges, de los que bebe este, Pedraza narra con un desparpajo desarmante y tan cautivador como los ojos de la Kharis Dragonea a la que se refiere el título. La cantidad de capas y su maravillosa y natural estructura a base de historias dentro de historias convierten a este relato en una obra maestra absoluta que demuestra, una vez más, el incomparable talento de una escritora que está entre los más grandes.
La contundencia de Alicia Sánchez Martínez vuelve a golpear con Cinco hermanas, una fábula que consigue enmascarar realidades horribles en una voz narrativa moderna e implacable. Cinco mujeres encerradas en un microcosmos sucio y demoledor. Tiene esta autora un encanto perverso que, como dijimos con El dulce líquido, la coloca como punta de lanza de presentes y futuros terrores literarios.
Pilar Adón es pura elegancia. Sus Plantas áreas sobrevuelan un decorado gótico pero moderno, claustrofóbico pero abierto, inofensivo pero punzante. La voz de su personaje es fiable pero no lo es en absoluto, tramando una ambigüedad admirable en su discurso. Para leer despacio, con mimo, como se le canta a las plantas.
Dar Jaque al pastor no es sencillo. Ángeles Mora escapa por la tangente del tono general de la colección para trasladarnos a lugares reconocibles gracias al cine o a otras novelas. Confieso que me resultó algo confuso el texto, quizá sea algo intencionado por parte de la autora para transmitir el caos ingobernable que se desata en el desenlace. Aun así, los fantasmas y los charlatanes que predican milagros quedan enfrentados en una partida de ajedrez muy desigual.
Apenas dos páginas necesita Patricia Esteban Erlés para susurrar uno de los secretos de la vida: la mortalidad. Utilizando la figura e iconografía de las hadas, la autora pondera con sutileza el traspaso de la línea que marca el fin de la inocencia. Triste, hermoso y terrible cuento su Funeral de hadas. Apenas dos páginas de literatura maravillosa.
«Los insectos agigantados surgieron entonces, como ángeles oscuros subidos por error desde el infierno». Prosa plomiza, cautivante, la de Marian Womack. Perros naranja es una historia magnífica que vuelve a dibujar un doble apocalipsis, tanto externo como interior. El microcosmos generado aquí da para una hipotética novela que me encantaría leer.
El manejo del tempo y la tensión resulta magistral en Vacaciones. Izaskun Gracia refleja una escena cotidiana que todos podemos reconocer, y lo hace a través de los ojos de una niña que tan solo necesita un lapicero. Pese a lo normal de la situación, hay una sombra de amenaza engullendo todo el relato desde el inicio. El desenlace te deja, literalmente, boquiabierto.
Preciosa oscuridad es la que despliega Gemma Solsona en Rómulo y Julieta, nueva lectura del clásico shakesperiano que brilla con luz propia gracias a su hermoso tono de fábula infantil y a su mezcla con el goticismo y negror audaz de los tiempos actuales. Gran ejemplo de cómo versionar llevando los tropos clásicos a un nuevo nivel. Maravilloso texto.
Ya hablamos aquí de Ofrendas de Ana Martínez Castillo. Reiteramos la admiración hacia un cuento de sólido humor negro, mala leche y querencia hacia un horror cósmico reinventado. Ejemplar en tono, en despliegue, en perversidad.
Siguiendo con el tono sarcástico, pero quizá más ligero, Sofía Rhei ofrece un pacto literario al mismísimo diablo. Crítica mordaz aunque algo coja al mundillo editorial, Nunca pronuncian bien su nombre es como una de esas anécdotas amables que escuchas (lees) con una sonrisa en los labios. Entretener y criticar, ¿acaso no es eso suficiente?
María Zaragoza acude a una sugerente segunda persona en Una mujer de ojos muy tristes, cuento con una tremebunda construcción de un personaje con aristas y con una existencia atribulada. Vampirismo moderno —o no— y mordaz crítica social se hermanan en una historia que cumple con todos los requisitos para conformar un relato ejemplar para nuestros tiempos.
Es Una buena amiga uno de mis cuentos favoritos del volumen. Tamara Romero alcanza muchas de las metas que para mí convierten a un relato en perfecto: hurga en sus personajes con asepsia quirúrgica, introduce un elemento surrealista, teje una perenne sensación de amenaza y plantea dilemas de los que resultan francamente delicados. Fascinante.
Sére Skuld propone todo un viaje con los ojos cerrados, viaje en el que nos acompañarán varios onironautas. Conformando una pieza más del nuevo Atlas Negro, El ojo de la mente es otra sugerente (y distinguida) puerta de entrada al universo creado por Álvaro Aparicio. Así, funciona más como un capítulo de una historia mayor que como relato independiente, pero sin duda fascinará a todos aquellos interesados en la magia del caos. El texto es fluido y se nutre de un componente meta que siempre es de agradecer, además de ofrecer cierto sentido del humor muy agradable.
La Última oportunidad de Isabel del Río es breve y contundente, un gran ejemplo de por dónde avanza el cauce de la moderna narrativa de terror. Hay trasfondo social, hay mirada femenina y hay algo indefinible que se manifiesta en un desenlace demoledor y sorprendente. Cuento que abre el apetito para seguir leyendo a esta autora.
Qué sorpresa encontramos en las Vías de Elisenda Solsona. Todo medido al milímetro, unido con precisión quirúrgica. Una única escena, un pensamiento, un diálogo… y una ambientación espectacular que nos prepara para… No, nada te prepara para el golpe. Tremendo cuento.
Ojo con Nerea Pallares. Ya hablamos de ella y su Los ritos mudos, y aquí conforma y confirma una voz desarmantemente actual. #5funeralselfies anticipa, de algún modo, maneras narrativas del futuro para contar lo de siempre: cómo miramos a la muerte, cómo nos comportamos en su presencia. A base de estampas breves, su cuento dibuja un breve tratado sobre cómo cambiamos. Sensacional cierre.
Otro acierto de InLimbo este libro. Por una parte, para reivindicar el papel de la autora española como auténtica generadora de historias weird, extrañas y memorables; por otra, para hacernos apuntar en la agenda nombres de escritoras a seguir y admirar.
José Luis Pascual
Administrador
2 comentarios
Una reseña muy interesante. Viniendo de ti, que prevalece la sinceridad, estoy seguro de que la obra merece la pena.
Merece mucho la pena. Me intriga mucho cómo es que esta editorial no suena tanto como otras…