Ritual Román 147: Sundial

por Román Sanz Mouta

Título: Sundial

Autora: Catriona Ward

Editorial: Alianza Runas

Nº páginas: 320

Género: Thriller psicológico

Precio: 21,95 € / 11,99€ (digital) 

SINOPSIS

Todo lo que Rob quería era una vida normal. Y casi la consigue: un marido, dos hijas, una bonita casa en las afueras. Pero bajo este barniz de normalidad, Rob teme por sus hijas: por Callie, que colecciona pequeños huesos y susurra a amigos imaginarios; por Annie, y lo que Callie podría hacerle. Rob ve en Callie algo oscuro que le recuerda a la familia que dejó atrás y decide llevar a Callie a Sundial, la casa de su infancia en el desierto de Mojave. Callie tiene miedo a su madre. Rob ha empezado a mirarla de forma extraña, a contarle secretos de su pasado que la inquietan y la excitan. Y Callie empieza a preguntarse si una de las dos no saldrá viva de Sundial.

RITUAL

Con Sundial, Catriona Ward ha rizado el rizo, porque ha conjugado en solo uno sus dos éxitos anteriores (La casa al final de Needless Street y La pequeña Eve), formando un todo de ritmo e intensidad narrativa que engancha. Pero iremos con eso al final.

Porque la novela arranca en un presente engañoso, y es que este presente es consecuencia de todo lo acaecido en el pasado de Rob, la madre, la hermana, la hija, la esposa.

Rob, ya madre, denota en su hija mayor, Callie, un comportamiento anormal que no le gusta, que le recuerda cosas enterradas. Y decide alejarse y alejarla del resto de la familia para llevarla a Sundial, ese emplazamiento desértico donde se crio y transcurrió toda su infancia y adolescencia. Una vez llegados allí, contemplamos ese pretérito de Rob y su hermana gemela, Jack (ojo con Jack) junto con unos progenitores embarcados en un experimento con los cerebros caninos que podría cambiarlo todo. Sumando ambas historias, la desconfianza en el presente entre madre e hija a través de revelaciones, y las verdades del pasado entre hermanas y el resto, nace, crece y muere Sundial con éxito.

Por partes, la clave está en la relación, en parte similar, entre Rob y su hermana, Jack, y la de Callie para con Annie, junto a la idiosincrasia que mantienen madre e hija. Se nos va desnudando Rob capa por capa, alternando tiempos, utilizando esa sutil psicología y esa ya habitual manera de contar y ocultar, de jugar con la percepción lectora para que seamos nuestro propio enemigo en la resolución de la novela, que pretende, de nuevo, pillarnos por sorpresa, ya no diré si lo consigue, pero sí que lo intenta de manera maestra, enganchando en el camino.

Los personajes principales, ese reparto de Sundial, amos y trabajadores, los perros, están perfectamente estructurados con una definición cuasi perfecta, como suele acostumbrar en sus perfiles. Y las relaciones entre los mismos, y para consigo dentro del yo, el núcleo sobre el que orbita el manuscrito. Relaciones tan amorosas como tóxicas, y psiques que guardan ciento recovecos, secretos y trampas. La tensión se corta en determinadas escenas, y los giros narrativos son continuos a fuego lento para bien de la obra.

El argumento está cosido con mimo, entrelazado, presente y pasado y futuro inminente, saltando de una Rob a otra con preponderancia de la historia antigua, eso que ha provocado en ellas lo que son, lo que podrían ser, lo que no fueron.

La atmósfera, ese lugar de Sundial, esa casa, ese desierto, esos habitantes, aquello que oculta. Palpable. Tangible. Denso. Realista.

El desenlace, al nivel de lo mostrado por la autora hasta ahora, alto nivel. Y es que ha conjugado el nivel sectario y la claustrofobia del entorno social reducido de su segunda novela publicada en España, esas relaciones tóxicas de superioridades y mentiras y orígenes, junto con lo retorcido del planteamiento de la psicología de su primera publicación, en la que el protagonista encarna todos los papeles resultando engañosamente brillantes. Así lo digo, así lo dejo.

Sundial me ha parecido la evolución natural de la autora, manteniendo su estilo, los parámetros que maneja, e invirtiendo en nuevas tramas que satisfagan a sus lectores, cada vez más legión. Eso sí, tiene un punto de intimismo, y está lejos del terror, etiqueta con la que puede venderse, tendiendo más a la vertiente, lo repito de nuevo, psicológica. Necesario saberlo antes de leer, porque no hay más monstruo que el hombre y sus intenciones.

En resumen, buena novela, y la recomiendo, sobre todo para los ya acólitos de la autora. Sea.

 

Pd: cuán retorcida es Catriona Ward, y cuán cruel con sus personajes.

Deja un Comentario

También te puede gustar

Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar la experiencia del usuario a través de su navegación. Si continúas navegando aceptas su uso. Aceptar Leer más