El Velo (Greta Mustieles Salvador)

por Lorena Escobar de la Cruz

Título: El Velo

Autora: Greta Mustieles Salvador

Editorial: El Transbordador

Nº de páginas: 170

Género: Fantasía

Precio: 17,10€

SINOPSIS

Mi nombre es Sidaya, hija de Yrea, nacida en Isla Verde. Guerrera de las huestes de Riela, superviviente del horror de Uhda, huérfana de la cascada y protectora del velo. 

Solo el velo separa lo que queda de humanidad de la desolación. Los róvegars, las bestias que sirven al caos y alimentan el velo con cada muerte, han situado a la humanidad al borde de una situación límite, su inminente extinción. Sidaya, Hadine y Évelar deberán emprender una misión suicida que los llevará hasta sus propios límites. 
 
El velo nos permite nadar en el mundo interior de cada uno de ellos, lleno de intrigas y contradicciones, tan humanas y tan fantásticas a la vez.

RESEÑA

La imaginación. Todo lo que no podemos situar en el mundo real, ese que nos ancla al suelo con la malicia de un coleccionista atormentado, atándonos con chinchetas a una sociedad que exige, que daña, que esclaviza y nos obliga a convivir con cadenas que atan nuestra libertad.

La imaginación. El último recodo de plenitud sin límites. El recodo donde la mar llega furiosa, donde las sirenas cantan a gritos, donde los piratas siguen ondeando con orgullo su calavera sobre fondo negro.

La imaginación y la fantasía, la fantasía y la imaginación, ¿qué habría sido de nosotros, amantes de la palabra escrita, sin esas historias en las que todo vale porque nada puede ser mentira? Somos herederos de la épica, de la oralidad que transmitía leyendas convertidas en destino, de paisajes imposibles y territorios vírgenes para la maldad humana. 

Pero ¿es posible escribir una buena historia de fantasía en menos de 200 páginas? ¿Se puede fabricar una novela corta de fantasía épica? Acostumbrados a las sagas imposibles, a los volúmenes mayúsculos, a los árboles genealógicos que se remontan al albor de los orígenes… ¿puede la fantasía beber de las mieles de la brevedad y fabricar un sueño compacto, sin fisuras? Abarcar el todo para narrar un cuento breve, una leyenda mínima dentro de un universo inmenso. Greta Mustieles nos dice que sí, y lo dice con una contundencia transmutada en fábula real, tangible, dura y a la misma vez hermosa.

Una fábula que metaforiza este mundo, tan dañado y dañante, este universo, tan dado a parir poetas sin verso.

Fantasía mínima con la grandeza de lo descrito.

Eso es El Velo.

Desolación resulta una perfecta moraleja para el mundo que hemos construido a golpe de violencia y destrucción. Utilizando a los róvegars como arma definitiva, la autora nos presenta a esos monstruos ejecutadores, ese caos asalvajado con forma de lobo, como un ente que bien podría representar nuestra propia inmundicia. Allá por donde pisan dejan una estela de destrucción, una tierra baldía en la que ya no puede crecer nada vivo. En la que la realidad se camufla y confunde, te invita a la locura, a la culpa, a la pérdida de la propia identidad. ¿Qué es en realidad el Velo? ¿Qué es Desolación? Greta Mustieles no necesita ofrecer una respuesta tácita a esas preguntas: todo fluye, como el agua de los manantiales, para adentrar al lector en una tesitura dura pero certera: ¿cómo se puede detener la muerte cuando solo tenemos una fe cercenada? ¿Qué puede hacer el ser humano ante la inclemencia de la destrucción más desoladora, del final más inevitable?

Para responder a ello, Gabriela Mustieles dota al libro de una naturalidad sorprendente, presentándonos a los personajes que tendrán que enfrentarse a la desesperanza del fin de la existencia con una fragilidad que hiere, con una humanidad que cuasi lastima: en primera persona conoceremos la historia de Hadine, una maga alejada del arquetipo de hechicera perfecta e imbatible, una mujer con sus muchos errores y pocos aciertos, sus pasiones, sus heridas y su amor no correspondido. De amores rotos también comprende Éveler, el antiguo poeta castigado y reconvertido en sacerdote, con un pasado inclemente que también azota a Sidaya, la dura comandante que lucha al mismo tiempo contra Desolación y contra los propios fantasmas que la acechan cuando la batalla cesa y su conciencia grita. Los tres personajes humanizan una fantasía épica convertida en añoranza, donde la mujer tiene un papel predominante y la diversidad se plasma con una franqueza maravillosa, donde cruzar al otro lado significa enfrentarse a los fantasmas del olvido, donde la autora demuestra con eficacia que se pueden crear escenas sobrecogedoras sin recurrir a los excesos descriptivos ni a la distorsión de una prosa moldeable y adaptada a la pretensión de lo narrado.

En definitiva, El Velo es la muestra de que se puede hacer buena fantasía en un formato breve. Una fantasía humana, visceral. Una historia que puede abarcar mil historias diferentes, que toca el alma, que muestra los sentimientos y que convierte a los héroes en personas normales, con sus miles de errores, con sus casi ningún acierto.

Porque la imaginación y la fantasía son nuestro último bastión de libertad.

Porque no dejemos nunca de creer.

De soñar. 

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