Título: Los nombres muertos
(reedición mejorada)
Autor: Jesús Cañadas
Editorial: Ediciones T&T
Nº páginas: 513
Género: Pulp lovecraftiano
Precio: 22 €
SINOPSIS
H. P. Lovecraft ha recibido una propuesta imposible: buscar el Necronomicón. Un libro maligno que no existe, y eso Lovecraft lo sabe por una sola razón: porque es su más célebre invención literaria.
En 1919, el escritor americano Howard Phillips Lovecraft escribió el relato «El Sabueso». En sus páginas se mencionaba por primera vez el Necronomicón, un tomo de magia negra rodeado de una siniestra leyenda.
Doce años después, la misteriosa viuda de un multimillonario neoyorquino convence a H. P. Lovecraft de que lidere una expedición para encontrar el supuesto libro maldito. Acompañado de los escritores Frank Belknap Long (Los perros de Tíndalos) y Robert Erwin Howard (Conan), Lovecraft se embarcará en una búsqueda desde su Providence natal hasta el Londres de la moribunda sociedad Golden Dawn o el Berlín de entreguerras, pasando por mortíferos acantilados portugueses o ruinas enterradas bajo la ciudad de Damasco.
En la telaraña de secretos que rodea el Necronomicón, Lovecraft y sus compañeros se enfrentarán a peligros mortales, sociedades secretas y cultos olvidados dispuestos a matar por averiguar la verdad sobre el libro. Su expedición se convertirá en una trepidante aventura en la que se cruzarán con personajes como Aleister Crowley, Arthur Machen o un joven J.R.R. Tolkien.
RITUAL
Esta es mi segunda experiencia con Los nombres muertos, pues tuve la suerte de leer la versión original cuando salió en su momento. Y se trata de la enésima vez que paladeo al señor Cañadas, con sus parabienes. Para quienes conocéis la obra, este ritual funcionará a modo de gabinete de curiosidades y como lanzadera para conocer esta versión extendida junto al nuevo final y epílogo. De cara al resto, analicemos.
Esta obra es un homenaje erudito hacia la persona de Lovecraft y su círculo (y para con la misma literatura) por parte de un cuasi novel autor. Se nota. El trabajo, el esfuerzo, las horas de documentación (no las imagino), el lenguaje, la ilusión. Pues quiere recrear la obra del maestro con una aventura de pulp y ficción de terror tan ágil como tremebunda donde lo incluye cual protagonista, e incluso con un narrador en primera persona para algunas reservadas ocasiones.
Inciso de sinopsis. Frank Long es invitado a un rascacielos magno pero a medio perpetrar en el centro de New York. Allí lo hacen conocedor de la existencia, real, de un libro mítico, místico, maldito. Del que duda. Pero no puede más que acudir, ya con un fuego de inquietud dentro, a su buen amigo, el abuelo y maestro H. P. Lovecraft, para compartir sus desvelos. Este se niega de firme, pero accede a investigar, leve, claro, su vida de pereza y fracaso no pueden quedar en pausa. Pero ese primer paso los lleva hasta viejos compañeros de letras, en pos de destinos tan esplendorosos y ansiados por esos hombres de imaginación como ignotos. Allí, Sonia, y una caterva de personajes en la sombra que confluyen en Londres, en la subasta de tan oscuro tomo, despegan una aventura tan increíble como improbable, hasta conocer la verdad del Necronomicón y su desconocido autor o autora. Sea. ¡Iä Iä!
Vale, mi culpa, porque no te doy contexto. Listo. Ahora ya sabemos el tema y la intención del autor. Detallemos.
El inicio es lento y ampuloso. No solo por ese estilo de lenguaje arcaico y tan apegado a la época y las formas del maestro de lo ominoso, sino porque las presentaciones superan cualquier atisbo de acción o movimiento, aunque siembra la semilla de lo que acontecerá, en forma de una duda turgente, ¿existe el Necronomicón? ¿Cómo puede? ¿Quién es el responsable? ¿Qué hace ese infausto libro? ¿Es real aquello que perpetró H. P.? Pues eso. Con germen incluido, vemos, en cariño, a los acólitos de Lovecraft, a sus familiares, a su entorno de Providence, y los conocemos a cámara lenta, para interiorizarlos. Para que luego el ritmo fluya y se desate a riesgo de sacrificar este arranque, que se acelera con tino y tiento. Como pega, el lenguaje de ese narrador en tercera persona es demasiado parecido al del mismo Lovecraft como personaje, figura histórica literaria y narrador. Pero apenas afecta, porque es lo que busca la mayoría de aficionadas y aficionados; sumergirse en dicha ampulosidad asequible, que no incomoda el deguste del texto.
El periplo, local de inicio, pronto deviene internacional, junto a su reparto coral de nombres famosos (y muertos), autores y autoras que nos han seducido a lo largo de eones, que son referencia en nuestras bibliotecas. Tras el rastro del Necronomicón. Los viajes en sí apenas importan, son las localizaciones donde la trama, parte por parte, explota e implosiona a base de giros y apariciones sorpresa o revelaciones hasta que averigüemos, al fin, la verdad sobre el innominable tomo escrito por el árabe loco (o no…). Esa multiplicidad la convierte en una experiencia que suma formas y fondos, aunque se note, en ocasiones, alguna tendencia a la reiteración verbal, leve. Así nos trasladamos, en grupo o por separado, a través de Londres, Berlín, Damasco, Lisboa… para volver al origen donde todo nació y todo acaba. Puede…
El protagonista, no os engañe la previsión, es y no es Lovecraft (vaya devaneo existencial que te saca sonrisas de complicidad). Pues su buen y mejor amigo se lo come. Un antihéroe, un pragmático, un fantasioso, un valiente cobarde, un escritor ante lo imposible, ese es Frank Belknap Long. Maravilloso, sublime, conmovedor. Repito, se come la novela. Y quizá en mi lectura más joven no pude apreciar todo su valor como personaje, pero ahora deja huella. Solo por ese particular y humilde hombre, el mejor amigo y protegido del maestro, merece la pena leer esta novela. El resto de protagonistas, H. P. y Sonia entre ellos (junto a su inestable desamor), además de Robert Howard, Machen, Tolkien, Crowley o Pessoa, se interpretan tal y como los fabulamos. Los irás descubriendo a media que pases las páginas.
La historia es embrollada porque quiere mantener la incertidumbre hasta su más que incierto final. Pero con acierto. Dando pasos firmes y seguros. Cautivando la atención de una escena a otra, con sus cliffhangers y sus comienzos de capítulo in media res. Pequeñas historias dentro de una gran historia y, sobre todo, humanidad de estos personajes conocidos por todos. Que adquieren una tercera dimensión. Que viven, sufren, se emocionan y mueren. Bien.
La atmósfera consiste en que sabes lo que rodea a Lovecraft, su obra, sus manifestaciones. Reverbera, se huele, se siente la amenaza, que en cualquier momento puede advenir cualesquiera del panteón cósmico o terrestre. Cualesquiera. Con un IÄ IÄ resonando de banda sonora. Con Cthulhu dando sombra, esperando su momento… ¿Será…? Sorpresa sorpresa.
El desenlace es doble. Como dije, Jesús Cañadas ha reescrito, ampliado el manuscrito original, y redactado un nuevo final y epílogo. Que, a mi modo de ver, y como él mismo afirma, con el paso del tiempo y la edad más provecta, prefiero. El actual. Gustándome en su momento ese otro cierre. Lo comprendo. Me gusta.
Para resumir. Esta obra, que tuvo sus momentos descatalogados y donde los y las acólitas desfondaban sus pies y bolsillos para encontrar un ejemplar, ha retornado. Renacido. Redivivo. Más grande. ¿Mejor? Sí, en mi opinión. No ha sido solamente una lectura nostálgica, me he divertido con este cuento largo sin pretensiones, con cariño y ternura hacia los literatos con los que nos hemos criado y que seguimos admirando. Aventura pulp, que no terror. Trepidancia. En el nuevo formato cortesía de Ediciones T&T (pena de esos fallos de maquetación en los guiones que cortan las palabras de una línea a otra).
Pues eso, un producto de divertimento para los que gusten de este tipo de literatura y de los personajes que la conforman. Que incluye el final original. Que se deja devorar con gusto, pero necesitada de tiempo. Para eso, para disfrutar e imaginar y evocar. Sin más. Sin menos. Divertida, fresca, solemne. Digno mérito del señor Cañadas, artista en lo suyo, y del que ya esperamos su siguiente lanzamiento (traducciones aparte).
¿Quieres saber cómo podría actuar Lovecraft dentro de una de sus propias historias? Invitado. Invitada.
Pd: hay productos que no envejecen, letras que mejoran en reposo de evos. Este es uno de los casos.
Román Sanz Mouta
Redactor
3 comentarios
Pedazo reseña. Pinta bien el libro, aunque la extensión… muchas páginas jeje.
Opino igual en todo. Igual me gusta más la reseña que el libro.
Es una novela que tanto en su primera vez como en esta revisada, me entretiene mucho, pese a ese inicio más lento y farragoso para presentar y adaptarse al estilo. Merece la pena, pero… Sip, extensión. jajajajaja
Gracias!