En este día, queremos rendir homenaje a un director que tristemente hace cinco años que nos dejó, al que muchos echamos en falta en el panorama actual, y en quien a veces pensamos no sin un deje de cierta nostalgia. Decir que es uno de los mejores cineastas que se han dedicado a hacer terror sería una hipocresía por mi parte, ya que su carrera ha sido bastante irregular en cuanto a la calidad de sus obras se refiere.
Sin embargo, y antes de que nadie empiece a improvisar una lapidación contra mi persona, si posee un gran número de fans (entre los cuales yo sin duda me incluyo) es porque además de haber creado grandes sagas que nos han marcado a hordas de seguidores a lo largo de nuestra infancia y adolescencia, también fue un adelantado en algunos aspectos para su tiempo y en su manera de hacer cine. Wes Craven filmaba y firmaba, por ejemplo, trabajos que otros compañeros de profesión no se atrevían a realizar a comienzos de una lejana década como eran los 70. Películas a veces transgresoras o provocadoras. Otras veces, simplemente reivindicativas. Pero sea como fuere, de una u otra manera, obras de culto (aunque por desgracia no todas han envejecido igual de bien).
Pero no vamos a extendernos más, ni andarnos con más florituras, ya que de lo que se trata es de rendir homenaje como se merece a un director que podemos considerar grande ya tan solo por ese legado que nos ha dejado a lo largo de su trayectoria dentro del cine de género.
Ya se apagan las luces. Agarraos bien a vuestras butacas porque mi sala de autopsias (por respeto a su figura) desaparece para convertirse en la improvisada “Sala de proyección número 4”.
Las puertas se han cerrado. Así que preparaos porque enseguida se encenderá la pantalla y dará comienzo la función. ¡El espectáculo está a punto de empezar!
Vida y comienzos:
Los que no conozcan su biografía, tal vez se sorprendan al saber que Wes Craven estudió Psicología, y más tarde, Filosofía y Escritura literaria. Además, fue profesor de Humanidades durante cierto tiempo, e incluso taxista. ¿Quién se podría imaginar que este director tendría unos inicios tan alejados del cine? Cansado de estas actividades, que le hastiaban y aburrían sobremanera, llegó su momento cuando decidió probar suerte en el mundo del Séptimo Arte.
Aunque comenzó como montador, guionista y productor, pronto se lanzó a dirigir su primera película en el año 1972: La última casa a la izquierda. Película alabada y criticada a partes iguales por los expertos en la materia y los espectadores, al igual que le ocurriría con otro de sus films. En este caso es de 1976 y se trata de Las colinas tienen ojos.
No vamos a entrar a profundizar tampoco demasiado en su vida, ni en su carrera, ya que muchos de vosotros seguro que la conocéis de sobra. Tan solo recalcar, aunque lo hice al principio, que su carrera está repleta de altibajos a nivel artístico.
Algunos ejemplos de estos baches (por llamarlos de forma suave) en su filmografía son cintas como La cosa del pantano (1982), Amiga Mortal (1986), Un vampiro suelto en Brooklyn (1995), y eso a pesar de contar como protagonista con un Eddie Murphy que todavía tenía cierta relevancia en la industria; o La maldición (2005).
Pero por suerte, no todo fueron tropiezos. También nos dejó grandes cintas muy entretenidas como La serpiente y el arcoíris (1988) o Shocker: 10000 voltios de terror (1989). Aunque lo que realmente ha dejado una profunda marca en la historia del cine fueron dos franquicias muy reconocidas, y seguro que sabréis de sobra de cuáles hablo: Pesadilla en Elm Street y Scream (esta última salvó su carrera cuando caía en picado tras ir de desastre en desastre, todo hay que decirlo).
Por último, mencionar que lo largo de su trayectoria también produjo innumerables trabajos, y participó incluso realizando telefilmes y rodando capítulos para algunas series, como “La dimensión desconocida”.
Pero no vamos a extendernos más en cuanto a su vida y carrera se refiere.
Eso sí, para completar este homenaje como se merece, he seleccionado mis cinco películas favoritas (algunas de ellas auténticos blockbusters) de Wes Craven, además de un buen número de datos anecdóticos y curiosidades a modo de aderezo, y que seguro os encantarán.
Empezamos por orden cronológico (obviando mis preferencias o filias):
LA ÚLTIMA CASA A LA IZQUIERDA
Título original: The last house on the left
Año: 1972
País: Estados Unidos
Dirección: Wes Craven
Guion: Wes Craven
Reparto: Sandra Peabody, Lucy Grantham, David Alexander Hess, Fred Lincoln, Marc Sheffer, Jeramie Rain, Richard Towers, Cynthia Carr
Género: Terror/ Abusos sexuales/ Venganza
Como he mencionado brevemente en su biografía, una de sus películas malditas. Alabada por muchos y vilipendiada por muchos otros. Una obra que en su día levantó ampollas, más teniendo en cuenta que fue estrenada en el año 1972, por el hecho de que trataba de manera bastante explicita una cuestión como era la de los abusos sexuales y la violencia extrema.
Pero me estoy adelantando.
He aquí una breve sinopsis:
Es la víspera del cumpleaños de Mari, una joven adolescente que decide celebrar tal evento yendo con su amiga Phyllis hasta la ciudad para asistir a un concierto, dado que ambas viven a las afueras. Sus padres se mostrarán inicialmente reacios, pero finalmente accederán. Durante el trayecto, que realizan bebiendo y con la intención de pasarlo bien, escuchan por la radio que tres delincuentes violentos y peligrosos se han dado a la fuga.
Mientras tanto, estos mismos personajes oyen la misma noticia desde un piso abandonado en el cual se han escondido. Su líder se llama Krug Stillo, y junto a él se encuentran al que apodan El Comadreja, su hermano Junior, y una amiga llamada Sadie (un nombre que le viene que ni al pelo nunca mejor dicho, y perdonad el juego de palabras, ya que es tan sádica o más que ellos).
Cuando las dos chicas llegan a la ciudad, tienen la idea de ir a buscar marihuana. Aquí es donde su destino toma un camino equivocado, ya que van a dar con Junior (el cual es adicto) que las engaña para llevarlas hasta su madriguera.
Aquí es donde comenzará una historia llena de violencia, excesos y vejaciones para desgracia de ambas jóvenes, pero que también cuenta con otros muchos otros ingredientes que la convierten en un largometraje de culto.
Sobre La última casa a la izquierda, tengo que confesaros que cuando la vi hace ya algunos años me pareció una película bastante potente y con una fuerte carga emocional. Craven juega mucho con la sensibilidad, haciendo de manera inevitable que empatices y sufras por las dos muchachas a las cuales este grupo de cuatro desalmados les hacen pasar, hablando en términos coloquiales, las de Caín.
Una cosa que me gustó bastante de ella, es cómo juega con el simbolismo y retuerce un argumento ya de por sí aplastante y de carácter abrumador (dada la barbarie empleada contra sus dos protagonistas) para acabar con un final del todo inesperado, y a mi parecer digno y muy aplaudido (al menos por mi parte).
Además, incluye una moraleja (no sé realmente si introducida a propósito o no) que me recuerda mucho, y que me imagino de manera gráfica, a aquellos carteles de reclutamiento que colgaba el ejército estadounidense por las calles, y en los que aparecía el Tío Sam para atraer a los jóvenes hasta sus filas. Esa moraleja o aviso es: chicos y chicas, recordad lo que os puede pasar si tomáis drogas.
Es curioso que Wes Craven se inspirara en la producción sueca El manantial de la doncella de Ingmar Bergman (1960), y que a su vez los italianos copiaran poco tiempo después el estilo de la opera prima del director para crear tendencia en muchas de sus producciones, casi un subgénero que abarcaba mucho de sus films más violentos. Un buen ejemplo de ello es Violación en el último tren de la noche (1965), con música a cargo del recientemente desaparecido Ennio Morricone.
Antes de pasar a contaros algunas anécdotas sobre La última casa a la izquierda, añadir que de ella se filmó un remake bastante digno (aunque fue “apaleado” por la crítica) que fue estrenado en el año 2009 en Estados Unidos.
Su argumento es muy similar, pasando por alto que algunos personajes cambian su rol, así como en parte su actitud respecto a la situación y el cariz que toma la historia.
En este caso, de nuevo tenemos a Mari como una de las protagonistas, la cual va a pasar unos días con sus padres a la casa que tienen junto al lago (mientras que en la original vivían en el campo). Aquí nos dejamos de conciertos y drogas y vamos directos al grano. Mari sale una tarde a pasear con su amiga Paige, y se topan con el sádico Krug, que al igual que en la original se ha escapado de la cárcel, y que va acompañado de su hermano llamado Francis, su hijo Justin (al cual ningunean constantemente) y de nuevo, la perversa y cruel Sadie.
A partir del encuentro con estos degenerados, la cinta sigue una senda similar de brutalidad así como el resto de componentes que conforman la original (y que no voy a desvelar para no hacer spoiler a quien no haya visto ninguna de las dos).
Dirigida por Dennis Iliadis (director que brilla por su casi inexistente filmografía), y protagonizada entre otros por Tony Goldwyn (que asume el rol del padre de Mari, y al que muchos recordarán por su papel en Ghost, aquella exitosa película romántica con tintes sobrenaturales, y emitida por televisión hasta la saciedad, que contaba en su reparto como figuras estelares con Patrick Swayze, Demi Moore y Woopy Goldberg).
Como curiosidad adicional en lo que se refiere a su reparto, decir que aparece Aaron Paul, que aunque ya llevaba algunos años trabajando en la industria del cine, había ganado precisamente cierta notoriedad en 2008 al ser uno de los principales protagonistas junto a Bryan Cranston en la exitosa serie Breaking Bad.
Esta adaptación pasó sin pena ni gloria, y no tuvo una gran notoriedad, salvo como decía antes, la somanta de palos que se llevó por los críticos.
Ahora sí, y antes de proseguir con la siguiente proyección, algunas jugosas e interesantes curiosidades sobre el film de Craven:
–Se cuenta que La última casa a la izquierda fue clasificada como X cuando fue llevada a la MPA (Motion Pictures Association/ Asociación Cinematográfica de los Estados Unidos). Para que le cambiaran la clasificación a R (mayores de 18) Wes Craven recortó diez minutos de metraje, algo que fue insuficiente. De nuevo recortó otros diez, restando veinte minutos de película, pero tampoco tuvo éxito. Exasperado, volvió a montarla entera dejándola de nuevo como al principio, y después recurrió a un amigo que al parecer estaba en la junta y finalmente consiguió que cambiaran su calificación.
–Este largometraje ha sufrido la censura no solo en su país. En Reino Unido no pudo ser distribuida en formato doméstico hasta 2002, recortando parte de su contenido. Fue en 2008 cuando finalmente se pudo comercializar de manera íntegra. Lo mismo pasó en Australia. Allí la cinta estuvo prohibida hasta el año 2004.
–Por si no tuviera ya encima suficiente “leyenda negra”, en Alemania fue distribuida y vendida como una snuff movie (película de asesinatos reales).
–La última casa a la izquierda se rodó con un presupuesto mínimo y en tan solo 21 días.
–Inicialmente se iba a rodar una secuela, pero al parecer una serie de problemas relacionados con los derechos de la obra dieron por truncada esta segunda parte.
–El propio hijo de Craven tiene un pequeño papel en la película. Concretamente en la escena en la que sale un pequeño con su globo, y (cómo no) Krug se lo explota.
–Para hacer más real e impactante el color de la sangre, al parecer innovaron y en lugar de emplear el convencional sirope rojo, lo mezclaron con azul. Dotándolo así de un mayor realismo.
–Según rumores (que no he podido confirmar ni desmentir), el nombre Freddy Krueger (Pesadilla en Elm Street) está inspirado en el propio nombre de Krug que aparece en esta cinta, ya que ambos son asesinos de adolescentes.
LAS COLINAS TIENEN OJOS
Título original: The hills have eyes
Año: 1976
País: Estados Unidos
Dirección: Wes Craven
Guion: Wes Craven
Reparto: Susan Lanier, Robert Houston, Martin Speer, Dee Wallace, Virginia Vincent, Lance Gordon, Michael Berryman
Género: Terror/ Gore/ Serie B
Otra cinta que en su momento dividió a la crítica y al público, dado su carácter violento y transgresor.
En ella, una familia (entre los que encontramos a Dee Wallace, sin duda la indiscutible reina del terror, título tan solo disputado y/o compartido con Jamie Lee Curtis) deciden pasar juntos las vacaciones, y para ello se adentran en su caravana en el desierto de Nevada. Sin embargo, durante el trayecto toman un atajo por una carretera cerrada al público, y allí se quedan varados y sin posibilidad de salir de aquel lugar en medio de la nada.
Es aquí donde comenzará su calvario. Ya que enseguida serán cazados uno a uno por un grupo de personas deformes y caníbales, que no dudarán en realizar todo tipo de atropellos sobre todo aquel que ose entrar en su territorio para subsistir.
Lo cierto es que es una cinta interesante, imitada innumerables veces por otros cineastas, incluyendo ese elemento innovador como era el canibalismo. Ninguno de esos otros trabajos ha llegado a alcanzar los niveles y la calidad de esta producción.
En Las colinas tienen ojos, Wes Craven no dejó a un lado el argumento, pero sí que es cierto que tal vez y para dotarla de mayor fuerza, centró sus esfuerzos especialmente en recrearse en las escenas más duras. Uno de los motivos que provocaron el revuelo consecuente tras su estreno.
Un gran acierto, a mi parecer, fue trabajar notablemente los personajes, algo que los dota de cierta profundidad y carácter. Comenzando por la desafortunada familia y sin dejar a un lado la personalidad propia de los psicópatas caníbales, que además como dato curioso, todos poseen nombre de dioses romanos como Júpiter, Marte o Plutón.
Aunque algunos insisten en que Craven hace una simple alusión a los planetas al emplear estos apelativos para sus personajes, yo doy un paso más y me aventuro a plantear la hipótesis de que en realidad con ello pretendió crear una especie de alegoría o metáfora. Ellos son los dueños y señores de aquellos territorios, y por tanto, podríamos decir que son los dioses que gobiernan aquellas tierras. Así en síntesis y de nuevo tirando de metáforas, aquel pedazo de desierto árido y devastado es su propia versión del Olimpo.
Otro dato a destacar es la gran interpretación que hace Michael Berryman en el papel de Plutón, lo cual le dio cierta notoriedad y le abrió las puertas a otros trabajos. Este actor posee una particularidad, y es que posee desde que nació una displasia ectodérmica hipohidrótica. Una rara afección que puede dejarte sin glándulas sudoríparas, pelo o uñas.
Por desgracia para los fans, este largometraje no ha envejecido tan bien como debiera. Y eso se hace patente en ciertas escenas, que a día de hoy pueden llegar a parecer en cierta manera, cómicas.
Añadir que de ella se realizó una segunda parte que continúa la misma senda que la primera. Se estrenó en el año 1985, y fue también dirigida por Craven. En ella, Bobby, uno de los pocos supervivientes, dirige un equipo de motocross y reúne a sus compañeros para ir a una competición. Viaje que realizarán en un autobús. Cómo no, tendrán una avería cerca de las montañas y, bueno… lo demás, ya os lo podéis imaginar.
Muchos años después, se realizó al igual que de la anterior un remake de este film que se dejó en manos de Alexandre Aja (Alta tensión, Horns, Infierno bajo el agua), lo que fue sin duda un acierto.
Esta nueva versión de Las colinas tienen ojos fue estrenada en 2006, y su argumento es muy similar al original. Por lo que no voy a entrar en más detalles. Solo añadir que tuvo un notable éxito y que, a mi parecer, hasta el momento es el único de los remakes hechos de una película de Wes Craven que ha superado a la original.
Claro que estando a los mandos un grande como Aja, era de prever que el resultado fuera una cinta formidable. Violenta, explícita, y con el estilo y fotografía propios que caracterizan a este cineasta, fue un soplo de aire fresco que volvió a darle vida a esta producción casi olvidada por muchos.
También decir que de ella hubo una secuela bastante aceptable realizada en 2007, titulada en España como El retorno de los malditos. Los mandos de la dirección los tomó en este caso Martin Weiz, y más que un remake de la original, es una adaptación libre y continuación de la primera parte lanzada a las salas de cine tan solo un año antes.
Pasamos ahora a señalar algunas curiosidades de la producción original de 1977:
–Su título original iba a ser muy distinto del que finalmente recibió. De inicio, Craven había pensado en Blood Relations, pero lo declinaron ya que aludieron que tenía poca fuerza. Aunque Las colinas tienen ojos no agradó demasiado de primeras al director, ha llegado a ser un título que ha hecho historia, y reconocido por todos los amantes del terror.
–En este film, el cineasta se basó para el guion en la leyenda del clan Beane. Una familia escocesa del siglo XVI cuyo líder era Sawney Beane y apodado el Demonio de Galloway. Un tipo antisocial que ya desde muy joven se dedicaba a atemorizar a sus vecinos, y que terminó por apartarse a las montañas. Se casó y tuvo ocho hijos y seis hijas. Se dedicaban a matar a viajeros para robarles y comérselos posteriormente, practicando así el canibalismo. Hasta mil muertes cuentas las crónicas que recayeron sobre esta familia. Una historia a mitad de camino entre la realidad y la ficción que a menudo empleaban los británicos para azuzar sobre la barbarie y salvajismo de sus vecinos.
–La película tenía un presupuesto tan limitado que provocó dos situaciones del todo inverosímiles. Por un lado, los propios actores tenían que hacer de especialistas, lo cual conllevó en determinadas escenas un tremendo riesgo para sus vidas. Y la otra, más curiosa y anecdótica, es que las cámaras fueron alquiladas a un cineasta de porno californiano, ya que no había dinero para comprarlas.
PESADILLA EN ELM STREET
Título original: A nightmare on Elm Street
Año: 1984
País: Estados Unidos
Dirección: Wes Craven
Guion: Wes Craven
Reparto: Heather Langenkamp, Robert Englund, Johnny Depp, John Saxon, Lin Shaye, Joe Unger, Charles Fleischer, Jsu Garcia, Amanda Wyss, Ronee Blakley
Género: Terror / Slasher
La primera de las grandes franquicias que creó y que hacen de Wes Craven un director (le pese a quien le pese) imprescindible en la historia del cine de terror. Ya no solo nació de este primer film todo un universo del que se realizarían un buen número de películas, sino que además dio a luz al villano más terrorífico (estoy seguro que en esto coincidirán conmigo muchos de los lectores) de los ochenta. Freddy Krueger (al que prestaría su rostro el icónico Robert Englund) fue una figura imprescindible en los slasher de aquellos años. Ya no solo por su aspecto siniestro y terrible, o su guante de cuchillas, sino por el lugar donde te acechaba y del que no podías escapar: los sueños.
Aunque estoy seguro que no hace falta que os recuerde su argumento, por si acaso hay algún despistado en la sala os haré una breve síntesis.
En una tranquila y apacible ciudad de Ohio, Springwood, los adolescentes comienzan a soñar con un extraño personaje con el rostro quemado, que luce un jersey de rayas y un sombrero. Pero eso no es todo, ya que porta un guante en el que cada dedo acaba en una larga cuchilla.
Estas pesadillas se irán haciendo cada vez más reales, hasta el punto de que los chicos que sueñan con él acaban siendo sus víctimas en dichos momentos de somnolencia, lo cual provoca que mueran en la vida real.
Lo demás, creo que está de más. Ya sabéis el resto de la historia. El clásico y demoníaco efecto causa-efecto. Unos padres asesinan a un psicópata depredador de niños y años después vuelve de la tumba para vengarse.
Tengo decir que esta cinta la vi siendo muy jovencito, y debo reconocer que me causó bastante impresión. Con un ritmo bastante constante, una tensión y terror psicológico constante, eso sin hablar de unos efectos especiales efectivos, y sobre todo un personaje tan siniestro y, a la vez, irónicamente divertido como Freddy, Wes Craven logró elevarse con el título de maestro del terror cuando se estrenó en el año 1984.
Pesadilla en Elm Street nos dejó además escenas memorables: la escena de la joven destripada y arrastrada por el techo de su habitación; o la del guante de cuchillas que asoma entre las piernas de nuestra protagonista, Nancy (Heather Langenkamp), mientras se queda dormida dándose un baño de burbujas.
Decir que fue una franquicia rentable es quedarse corto. De hecho, llegaron a hacerse un total de ocho películas (eso si contamos la primera y dejamos algún añadido más. Eso del añadido lo entenderéis luego), de las cuales, Craven solo dirigió la primera y la última.
No vamos a hablar de todas ellas, pero sí os dejo la relación de títulos por si os animáis a un re-visionado de esta saga:
–Pesadilla en Elm Street 2: La venganza de Freddy (1985)
–Pesadilla en Elm Street 3: Los guerreros del sueño (1987)
–Pesadilla en Elm Street 4: El amo del sueño (1988)
–Pesadilla en Elm Street 5: El niño de los sueños (1989)
–Pesadilla final: la muerte de Freddy (1991)
–La nueva pesadilla de Wes Craven (1994)
Algunas son mejores, otras no tanto, pero todas son imprescindibles para comprender y abarcar el universo de Springwood y Elm Street.
Hemos dicho que se hicieron un total de ocho películas alrededor de la figura de Freddy Krueger, pero sin duda, sabréis de sobra que eso no es cierto (de ahí lo de indicar un poco más arriba lo de los “añadidos”). De hecho, se produjeron dos trabajos más.
El primero de ellos, una extraña e impensable combinación. Sí, efectivamente hablo de Freddy vs. Jason (2003).
Uno de esos films, como decía antes, incomprensibles, y que en raras ocasiones, tras tantos años de enemistad por ganarse a los espectadores y la recaudación de taquilla, nace para intentar reflotar dos franquicias que hacía ya tiempo habían desaparecido de las pantallas (no así de nuestros recuerdos). Ver a ambos villanos en la misma pantalla resulta tan extraño (para los que hemos vivido la época dorada que estamos abordando) como encontrarnos a Stallone y Schwarzenegger en una misma película (cosa que ocurre ahora con frecuencia). Dos actores con numerosos blockbusters durante los 80 y 90 a sus espaldas, y que pese a su gran amistad en la vida real, eran también inevitables enemigos en la eterna competición por el dólar.
No quiero entrar demasiado en detalles acerca de Freddy vs. Jason, pero sí al menos dejaros una breve idea (para aquellos que no la hayan visto) de lo que podréis encontraros si os animáis a visionarla:
Freddy Krueger está muerto y en el infierno. En Springwood han conseguido erradicar su recuerdo empleando técnicas no demasiado ortodoxas aunque efectivas. En consecuencia, si nadie lo recuerda tampoco tiene manera de regresar para atormentar y asesinar a los jóvenes locales. Sin embargo, Freddy logrará engañar a Jason Voorhees (protagonista de la saga Viernes 13) para que vaya a Springwood, haga reinar el pánico en la ciudad y, de paso, sembrar su camino de cadáveres.
Esto causará que de manera accidental el recuerdo de Freddy cobre fuerza suficiente para volver a la vida, y así reanudar su particular caza de los jóvenes que habitan lo que era hasta hacía relativamente poco un pueblo tranquilo. ¿Pero será tan sencillo como lo había planeado? ¿Qué ocurrirá cuando los dos eternos asesinos se encuentren cara a cara?
Una cinta, a mi parecer, bastante mediocre, que más que “resucitar” empleando el doble sentido (por las franquicias y los personajes), sirvió en parte para terminar de enterrarlos. ¿O no?
Pues no, mis queridos y queridas niñas. Porque con la llegada del nuevo siglo, la gran fábrica de ideas (llamémosla Hollywood) comenzó a perder fuelle (sobre todo a mitad de la primera década). Todavía no entiendo si esa fue la consecuencia real, y el terrible impacto o efecto secundario al que muchos expertos señalaban y que en su momento anunciaron, que podía producirse con el cambio de milenio y el famoso Efecto 2000.
Y es que, aunque existían y siguen estando en activo geniales guionistas, directores y equipos capaces de crear grandes e ingeniosos trabajos en cuanto al género del terror, optaron por lo más fácil. Y con esto, llegamos a la inevitable moda (cosa que siempre había existido, aunque en esta década cobra una inusitada fuerza) de los remakes. La cual debo decir que, lamentablemente, ha destrozado grandes clásicos. Uno de los que más me dolió (y con esto me salgo un poco del guion, lo sé) fue el reciente estreno en 2019 de Muñeco diabólico. No diré nada más por respeto a aquellos y aquellas a los que pudiera gustarle semejante abominación (¡Vade retro, Satanás!).
Pero volviendo al asunto que nos trae hasta aquí, es así como nace Pesadilla en Elm Street: el origen (2010); al igual que la que inevitablemente aparecería tan solo un año antes, la nueva versión de Viernes 13.
Todavía no tengo claro realmente, a decir verdad, si se trata de un remake o una nueva adaptación. Cada uno que saque sus propias conclusiones. En cualquier caso, se trata de una versión contemporánea de la clásica película. En ella, un grupo de adolescentes comienzan a ser perseguidos por Freddy Krueger, un asesino con el rostro quemado que trata de acabar con ellos mientras duermen y que porta un guante con cuchillas por dedos. En definitiva, y espero que esto no ofenda a nadie: el mismo perro con distinto collar.
Eso sí, tengo que decir a su favor que introduce algunos elementos que tratan de esclarecer un poco más el pasado del asesino los años previos y cercanos a su muerte a manos de los padres de la ciudad de Springwood.
La única película en la que Krueger no fue interpretado por el carismático Robert Englund, poniendo en su lugar al nominado al Oscar como mejor actor de reparto (no, no fue por esta producción, sino por Juegos secretos, del 2006) Jackie Earle Haley (Watchmen, Shutter Island, Alita: ángel de combate). Aunque es un gran actor, a mi parecer le faltaba el carisma y la garra (si me permitís la licencia y el chascarrillo) que fue forjando Englund a lo largo de sus numerosos años interpretando al “maníaco de nuestros sueños”.
Un largometraje que aporta poco a esta saga, salvo como gancho para que las nuevas generaciones se acercaran a los clásicos de los 80.
Antes de concluir, algunos datos que creo que son interesantes sobre esta saga épica:
–Pesadilla en Elm Street fue el debut como actor de Johnny Depp, con tan solo veintiún años. Todo fue gracias un actor que por aquel entonces comenzaba a ganar notoriedad dentro de Hollywood, y que le animó a presentarse al casting. Dicho actor fue ni más ni menos que el sobrino de Francis Ford Coppola, es decir, Nicolas Cage (dato que dejo de regalo por si alguien de los presentes no lo sabía).
–El actor Robert Englund se cortó el primer día de rodaje con el guante, ya que las cuchillas eran auténticas.
–Cuando New Line Cinema se arriesgó a producir la cinta, se encontraba en bancarrota. Gracias al éxito de la película consiguió salir adelante y producir numerosos éxitos del género de terror y fantástico.
–Jackie Earle Haley era fan de la franquicia. Tanto fue así que, cuando interpretó a Freddy, a menudo recurría a la improvisación, llegando a asustar en más de una ocasión a sus compañeros de reparto.
–Como última curiosidad añadir que entre 1988 y 1990 se hizo una serie para televisión sobre esta saga titulada: Las pesadillas de Freddy.
Se rodaron 2 temporadas y un total de 44 episodios (algunos tuvimos la suerte de verla en Telecinco en el año 1991). Normalmente eran historias de terror presentadas por Freddy Krueger, y la mayoría de los episodios de la serie estaban formados por dos historias con nexos comunes.
EL SÓTANO DEL MIEDO
Título original: The people under the stairs
Año: 1991
País: Estados Unidos
Dirección: Wes Craven
Guion: Wes Craven
Reparto: Brandon Quintin Adams, Everett McGill, Wendy Robie, A.J. Langer, Ving Rhames, Bill Cobbs, Sean Whalen, Kelly Jo Minter, Jeremy Roberts, Joshua Cox, Conni Marie Brazelton, John Hostetter
Género: Terror / Asesinos en serie
Una producción que vi algo más mayor que algunas de las nombradas a lo largo de este artículo, pero que me dejó un buen sabor de boca cuando la visioné. Y es que El sótano del miedo no es una película cualquiera. Es una cinta que desde el principio tiene una atmósfera extraña, que poco a poco te envuelve y te va introduciendo en una historia que parece sacada de una mente sádica y perturbada.
Pero una vez más me estoy adelantando. Vamos antes con una breve sinopsis:
Fool es un chico que vive en un edificio ruinoso de un barrio pobre, en el que habita una gran cantidad de gente con pocos recursos, y del que pronto serán desalojados. El muchacho vive junto a su hermana que es quien sustenta a la familia, y a su madre la cual está enferma de cáncer. Un día, Leroy, interpretado por Ving Rhames (Pulp Fiction, Con Air, Amanecer de los muertos), amigo de su hermana Ruby, le propone ser parte del robo en la casa de los propietarios del edificio del que quieren echarlos: los Robeson.
A pesar de que su hermana se niega, Fool desatenderá su advertencia y acompañará a Leroy y otro compinche más para llevar a cabo el plan trazado, con el que pretenden sacar una buena tajada. Lo que no se imaginarán es que dentro de la casa de esta extraña pareja, ocurren cosas mucho más inquietantes de lo que jamás habrían alcanzado a imaginar.
Como ya comentaba al comienzo de este apartado, El sótano del miedo es un film lleno de matices y extraordinariamente extraño. Wes Craven sin duda se empleó a fondo para crear una atmósfera enfermiza que rodea no solo a unos personajes muy bien desarrollados, sino además a cada escena que transcurre una vez que deciden entrar en la casa de estos siniestros sujetos.
En ella aborda diversos temas como las fobias, el miedo o la violencia. Y a la vez es una dura crítica (aunque por supuesto adulterada, y que por supuesto sirve como metáfora, con la sangre y el salvajismo de la pareja) a las sociedades y estratos más pudientes.
Llena de planos asfixiantes, con una importante carga de tensión que prácticamente no decae a lo largo de la cinta, y un ritmo bastante adecuado, es sin duda una película que a mi parecer se merece estar dentro de este Top Cinco.
De ella, hasta la fecha no hay adaptación que se conozca.
Eso sí, poco antes de fallecer, Wes Craven firmó un acuerdo con Universal Cable Productions para adaptar esta película al formato de serie para la cadena de televisión Syfy, junto a dos proyectos más. Tras su desaparición, no hay noticias (al menos que yo tenga constancia) sobre esta cuestión.
Como no podía ser menos que las demás, aquí algunos datos interesantes sobre El sótano del miedo:
–Los actores que interpretan a los Robeson (Everett McGill y Wendy Robie) ya habían colaborado anteriormente juntos como pareja, para ser más concretos, en la serie de televisión Twin Peaks. Fue precisamente esa química entre los dos intérpretes lo que llevó a Craven a seleccionarlos para representar a los villanos del film.
–Siguiendo con las curiosidades sobre sus intérpretes, el joven actor Brandon Adams (protagonista del largometraje) interpretó al joven Michael Jackson en su segmento de la película Moonwalker del año 1988.
–El guion, como ya le ocurrió en alguna ocasión anterior, está inspirado en un caso real de 1979 que el director leyó en un periódico. En él aparecía una noticia sobre un matrimonio que mantenía encerrados a sus hijos en el sótano, y del cual no los dejaba salir bajo ninguna circunstancia.
–Para terminar, añadir que con un presupuesto relativamente bajo, Wes Craven logró quintuplicar la cifra invertida en su realización, convirtiendo este largometraje en un éxito de taquilla inmediato.
SCREAM: VIGILA QUIÉN LLAMA
Título original: Scream
Año: 1996
País: Estados Unidos
Dirección: Wes Craven
Guion: Kevin Williamson
Reparto: Neve Campbell, David Arquette, Courteney Cox, Matthew Lillard, Rose McGowan, Skeet Ulrich, Drew Barrymore, Liev Schreiber, Jamie Kennedy, W. Earl Brown, David Booth, Linda Blair
Género: Terror/ Slasher / Asesinos en serie
Última película con la que cerramos este sentido homenaje a este director tan querido.
Aunque en esta ocasión no fue él precisamente el creador exclusivo de esta saga (ya que el guion estuvo a cargo de Kevin Williamson, y además fue el co-creador de la misma), sí se encargó de dirigir todas las películas de la franquicia.
Pero como de costumbre, y aunque seguro que a estas alturas todos y todas sabéis de qué va su argumento (espero que ninguno me defraudéis), os dejo una breve sinopsis:
La situación nos traslada al pueblo de Woodsboro y sigue los pasos de Sidney Prescott, interpretada por Neve Campbell (Jóvenes y brujas, Juegos salvajes, El rascacielos) quien será la protagonista de toda la saga). Una mañana, cuando llega a la escuela de secundaria, descubrirá que ha ocurrido un terrible crimen que se narra al comienzo de la película, y en el cual se produce un intenso juego del gato y el ratón entre Drew Barrymore y su asesino.
Sidney se ve muy afectada por la noticia, ya que su madre también fue asesinada poco tiempo atrás. Esa misma noche recibirá una llamada anónima de alguien que se autoproclama el asesino de su progenitora. No tardará en entrar en escena dicho criminal (al que apodarán Ghostface, debido a su atuendo) con la intención de matarla.
A partir de aquí entraremos en una espiral de crímenes, investigaciones, y pistas falsas que nos alejarán y acercarán a la vez hasta el verdadero asesino que se oculta tras la máscara.
Una cinta que en su momento fue toda una declaración de intenciones por parte de su director y que, además, creó un nuevo subgénero dentro del cine slasher. Buena muestra de ello son títulos como Sé lo que hicisteis el último verano o Leyenda Urbana.
Tengo que añadir además que la escena que abre la película es memorable e hizo historia. Esa llamada telefónica inicial, el juego sobre las preguntas de terror y su desenlace, son algo épico.
Por otro lado, posee un ritmo muy elaborado, el elenco de actores es fantástico, y el desarrollo de la historia es sin duda de lo mejor (incluyendo desde luego el plot twist final). Aunque si bien es cierto que sigue siendo un trabajo interesante, el esquema repetido hasta la saciedad por numerosas cintas hace que en la actualidad haya perdido bastante espectacularidad.
Lo cierto es que, de una u otra manera, Scream marcó una antes y un después en la carrera de Wes Craven, ya que como mencionamos al principio en su breve biografía este film lo salvó como cineasta, ya que no se encontraba precisamente en su mejor momento (tras su espalda llevaba la pesada carga de varios fracasos de taquilla consecutivos).
Y de hecho, Scream dio para bastante. Ya que de ella se han hecho tres secuelas:
–Scream 2 (1997)
–Scream 3 (2000)
–Scream 4 (2011)
Además, todo parece indicar que hay en marcha una quinta entrega, y es muy posible que sea estrenada el próximo 2021.
Por si esto no fuera suficiente para los fans o nostálgicos de la franquicia, añadir que también existe una serie para televisión.
Fue creada en 2015, producida por MTV y estrenada en Netflix con el mismo nombre: Scream. Además, Wes Craven fue el director ejecutivo de la misma. Su argumento sigue una línea parecida pero más actualizada a los nuevos tiempos.
En ella, ocurre un incidente de acoso cibernético que da como resultado un asesinato brutal. Un grupo de jóvenes serán los principales objetivos de un asesino en serie, y todo parece estar relacionado con un oscuro asesinato acaecido veinte años atrás en la pacífica comunidad de Lakewood.
Para terminar, debo añadir que por el momento esta serie cuenta con tres temporadas.
Y, cómo no, unas últimas curiosidades acerca de esta franquicia tan lucrativa:
–Lo creáis o no, para mantener a Drew Barrymore asustada y llorando en la primera escena, el cineasta le contaba terribles historias sobre maltrato animal. Esto causaba gran efecto en ella, ya que es una gran defensora de los animales.
–David Arquette (el ayudante del sheriff, Dewey) moría al final de la primera parte. Sin embargo, tras el preestreno, y por petición expresa de los asistentes, Craven lo salvó en el último momento (un gran acierto a mi parecer).
–Y hablando de David Arquette. Courteney Cox y él se enamoraron durante el rodaje de las películas y fueron pareja, llegando a estar casados hasta 2003, año en el que se divorciaron.
–Los actores no supieron hasta el último día quién era el asesino en Scream 2. De hecho, no les dieron las diez últimas páginas del guion en las cuales aparecía dicha información.
–Cuando, en la segunda entrega, Sidney está viendo en la televisión a Cotton (el hombre al que acusaron injustamente del asesinato de su madre), se ve colgado en su habitación un jersey idéntico al que luce Freddy Krueger en sus películas.
–Y siguiendo con el tema de los guiños, Wes Craven llegó a aparecer en la primera parte como bedel del instituto vestido con el mismo jersey y sombrero del asesino de Pesadilla en Elm Street.
Bueno, amigos y amigas, con esto damos por cerrada la sesión en la Sala de proyección número 4.
Llevaba tiempo pensando en hacer un artículo sobre él y su obra, y qué mejor manera que llevarlo a cabo como tributo a su figura y su trayectoria como cineasta.
Espero que hayáis disfrutado con este especial sobre el genuino, polivalente y genio (en ocasiones, aunque genio al fin y al cabo), Wes Craven. Pero, sobre todo, que haya como siempre despertado vuestra curiosidad y, de paso, aportado a los más avezados en cuanto a su obra se refiere información que haya sido interesante.
Os agradezco vuestra visita, pero ha llegado el momento de abandonar vuestras butacas. Todavía me queda mucho por hacer y que recoger. Pero sobre todo, la laboriosa tarea de obrar la magia de convertir este espacio nuevamente, en mi Sala de autopsias número 4.
Me despido hasta la próxima. Eso sí. Como siempre, amenazo con volver, y con seguridad nos volveremos a ver muy pronto de nuevo.
David P. Yuste
Redactor
1 comentar
También produjo la saga wishmaster, que por mucho que se critique consiguió un montón d pasta y es de esas q si te paras a pensar te das cuenta de q has visto mil veces con gusto.
No me has ofrecido datos nuevos, pero es buena cosa tenerlos todos aquí juntitos!
y en otro orden de cosas: la hija legítima de la última casa a la izquierda es I spit on your grave, no crees?
Wes craven era un componente esencial de mi colección VHS!
y aún otra cosilla te quería decir: aunque no hayan hecho una nueva versión del sótano del miedo viendo don’t breathe se acuerda uno de ella en seguida.