Cirugía de la muñeca (María González)

por José Luis Pascual

Título: Cirugía de la muñeca

Autora: María González 

Editorial: InLimbo

Nº de páginas: 84

Género: Poesía

Precio: 10€

A veces, los títulos y portadas de las obras literarias no dejan de ser más que una mera excusa promocional. A veces, por suerte, tenemos el ejemplo contrario, y aquí llega Cirugía de la muñeca para demostrarlo. El poemario de María González orbita en todo momento alrededor de la piel, de las incisiones causadas por bisturís emocionales, del mecanismo que logra que una muñeca se aproxime a la humanidad. La portada, obra de Pilar Lozano, añade otra capa de profundidad: la caída, la muerte, el olvido, el frío de la porcelana.

Logra anteponer María González un descontento perpetuo a la belleza nada desdeñable de sus versos. Si bien la pérdida del amor no correspondido aparece, «rompí mi corazón para que no/sonara más», a menudo la violencia hacia el propio cuerpo toma el protagonismo: «corté las comisuras/de mis labios con/cuchillas sin afilar». Se desvela una insatisfacción con la propia carne, que al final es con la propia alma, desencadenada en versos crueles que duelen por su vigencia.

«nos encanta vomitar

sentir los trozos de carne

desandarnos la garganta

dejar nuestro tórax arañado

por los espasmos»

Se adivina también un discurso identitario ramificado en la duda, en la dificultad de aceptación. La omnipresencia de la piel es clave, bien vista como la presentación ante el mundo, bien como organismo generador de sensaciones. Ahí es donde entra el sexo. Y, por supuesto, no es un sexo bonito sino igualmente fuente de conflicto interior.

También resuena un clamor por el olvido, una cierta necesidad de dejar atrás las vicisitudes aunque ello implique renunciar a la propia creación artística y expresiva: «Abriré mi pecho y miles de pájaros/escaparán de mi tórax/renunciaré a mi voz…». Toda esa parte de movimiento se ve ampliada por la imagen del corazón siendo trasplantado a otros lugares: «restablecido vive/mi corazón en la vagina/circuncidado y exento de culpa».

Pero no hay complacencia en los versos de esta poeta. Lejos de amoldarse en la comodidad de una poesía convencional, la autora no duda a la hora de mostrar violencia, ya sea explícita o sugerida. En este sentido, el canibalismo cobra preeminencia en todo su sentido voraz y metafórico.

«te morderé

masticaré cada trozo de tu cuerpo

saboreándolo entre mis dientes

como una manzana

romperé con mis mandíbulas tus tuétanos

para poder tragarlos

incluso

tu pelo

tus ojos

tus uñas

me rellenarán»

Uno de los capítulos en que está segmentado el libro va dedicado a instantáneas, o más bien fotogramas, sacados de diversas películas que son mencionadas. Se trata de un pequeño tributo de María a cierto cine europeo, en especial a cineastas y producciones de la Nouvelle Vague y su atención a la estética y al movimiento. 
El último segmento, titulado La herida, es el poema más largo del libro, una pieza con trazos narrativos en el que la autora se somete a un exorcismo personal al invocar a su pasado y su futuro y enfrentarlos a la poesía sanadora o destructiva. Corresponde al lector hallar el desenlace. 

La libertad creativa y la querencia por las esquinas sombreadas tan propias de la editorial InLimbo brillan en esta colección de pedazos de sinceridad. Al final, en Cirugía de la muñeca tenemos a una creadora tratando de hallar su voz así como sus personajes van en busca de su identidad. Y, aunque parezca lo contrario, María González nos regala líneas para la esperanza. Con ello nos quedamos.

«Se hará mi voz

más fuerte al final del túnel».

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