Título: En ese infinito, nuestro final
Autora: Gemma Files
Traductora: Pilar Ramírez Tello
Editorial: La biblioteca de Carfax
Nº páginas: 416
Género: Relatos de terror
Precio: 23 €
SINOPSIS
En este volumen se recogen quince nuevas pesadillas seductoras, escalofriantes y repletas de terror existencial: «Así están las cosas», «Bombilla», «El Motel de las Marionetas», «Acércate más», «Fotograma recortado», «Higiene del sueño», «Siempre después de las tres», «Manos frías y delgadas», «Venio», «Mira arriba», «La iglesia de las montañas», «Lugares oscuros y lejanos», «La luna llena del gusano», «Aullido» y «Cuco».
Esta obra ganó el premio Bram Stoker a mejor antología de 2021.
RITUAL
Gemma Files es diferente. Una artista. Una genio de la perversión literaria. En la creación de escenas, historias y subliminales del horror que se almacenan en tu memoria creando nuevos miedos. Si parecía que su anterior colección de cuentos, Esto no es para vosotros y otras historias, se acercaba a la perfección por abanico temático, tono, forma y fondo, en En ese infinito, nuestro final ahonda en sus obsesiones pergeñando una metodología que consigue incluso más efectividad llegando al lector y lectora, sumergiendo al espectador en cada trama, en cada pequeña tragedia oscura. Apelando a nuestros instintos y sentimientos. Produciendo daños.
Me explicaré. Quince historias. Con una ilustración macabra (quiero pensar que esbozadas por la propia Gemma) atesorando cada una de ellas. En primera y segunda persona. Incisivas. Terribles. Sobre las relaciones, vínculos, obligaciones y soledades. Sobre los deseos y los temores. La afectación del pasado para con el presente y su influencia malsana, lo que heredamos propias o ajenos. Sobre madres e hijas. Sobre criaturas solitarias. Sobre lugares ominosos con hambres. Es tan perverso este recorrido, bien editado por La biblioteca de Carfax (qué tesoros nos trae y descubre desde allendes), que deja huella lesiva. Te marca. Subyaga e incide dentro de los más comunes lugares, personalidades, para mutarlas hasta lo extraordinario. Para mal. Disfrutando y temiendo con ese periplo.
Expliquemos leve cada uno de los textos, sensaciones, porque la trama de cada cual compone la propia sinopsis de la antología:
«Así están las cosas»: todo ocurrió y luego fue tarde. Clones, dobles, hermanos, invasión de los ultracuerpos por mitosis. Y siempre la duda, ¿quién es quién? Sugerente y sugestivo sobre la identidad humana.
«Bombilla»: una entrevista prohibida, testimonio de otredad que llevó a la victima a aislarse de la civilización. ¿Y si eso se extendiere? Jugamos con lo incompresible y lo más cotidiano y necesario, pero, cuidado con ello, con lo más elemental.
«El Motel de las Marionetas»: un encargo y un lugar anodino, transitado, un apartamento del que la gente huye peor de lo que llegó. ¿Qué lo anida? Grietas, presencias y desapariciones. Quizá el más canónico de los textos, dentro del estilo de la autora, con atmósfera de perturbación.
«Acércate más»: una nueva casa de tu barrio se acerca a la tuya, sin respetar planos, cada día. Lo sabes, lo ves en las fotos. Escapas… ¿Qué hace la casa y por qué te quiere? Una mansión más que encantada te contagia la peor locura obsesiva y paranoica. Estupendo.
«Fotograma recortado»: otra entrevista nos da a conocer a un director y a una actriz de época, siempre rodeados por un misterio hasta nuestros días, pero exige implicarse. Hasta el fondo y final. Maneja la autora los relatos sobre cine con reverencia, dando lo mejor de sí.
«Higiene del sueño»: cuando duermes viajas, cuando te puede el insomnio y caes, vuelas, lejos. A lugares ignotos. ¿Y si, pese a la programación recibida, no sabes volver? Ese otro lugar, quizá backrooms, quizá colindante a nuestra realidad, a solo un paso mostrado.
«Siempre después de las tres»: el ruido en un piso del edifico que os molesta, con el embarazo terminal. Queréis arreglarlo, pero no sabéis el origen, hasta que ese estrépito os llama en posesión… Vecinos y ruidos, lo más común y la conclusión más delirante y ¿probable?
«Manos frías y delgadas»: ese ser que encontraste de pequeña, que te violentó, ahora es una niña recién nacida con dientes; tu niña. ¿Cuándo vas a afrontar esa verdad y ser sincera contigo misma? Escalofriante, por las relaciones familiares y el vínculo nefasto.
«Venio»: escritores experimentando y cruzando el umbral de la literatura crean una puerta, que no resulta de inspiración, que los domeña cual portal inminente día y noche. ¿Sabrán desescribirla? Los cuentos de escritores siempre son los favoritos, llevándolo muy muy lejos.
«Mira arriba»: obligada a ir a la celebración de tu familia paterna, vieja estirpe europea, te enseñan las entrañas de tu ascendencia. Un poder superior y arcaico sin posibilidad de fuga… Siempre que la sangre llama, se acude. Siempre.
«La iglesia de las montañas»: un recuerdo dentro de una serie antigua te obsesiona, ¿tuyo o sugestionado? ¿Memoria o ficción? Escribiendo sobre el tema, conocer la verdad capa a capa devendrá en un precio muy caro.
«Lugares oscuros y lejanos»: ¿puedes confiar en tu pareja, en tu percepción y en la persona que amas cuando esta desaparece? Tus pasos te llevan a una secta, a fines de mundo y conocimientos abtrusos que te devorarán. ¿El amor lo merece? Horror cósmico en su humilde expresión de sutil ciencia. Genial.
«La luna llena de gusano»: Kafka estaría orgulloso del surrealismo y de la transformación aquí vertidas.
«Aullido»: regresas con tu amado al hogar familiar y un secreto te ha esperado durante años, paciente, oculto, peligroso. El cual necesitas recuperar, para expresarte en toda tú. Otro esbozo de lo que podemos hacer y de lo poco fiable de la memoria.
«Cuco»: ¿por qué no quieres a tu hijo? ¿Por qué no os cae bien? ¿Por qué lo repudiáis? Quizá sería mejor educarlo que creer en vetustos cuentos de entes naturales que te traigan uno mejor a cambio… ¿de qué? Un cierre terrorífico, apelando al amor y al desamor materno.
La santa trinidad: el estilo es propio y personal, ácido, cáustico, directo, con comienzos lentos pero que a la vez te dan una profecía sobre lo funesto que aguarda. Los argumentos, suaves, medidos, deliciosos, mezcla de atmósfera, creación de los personajes (preferentemente femeninos y en esa primera y segunda persona que te interpela de forma directa y te hace partícipe) con mimo, y sugestión. Terrible el resultado final.
Obsesión por el cine y el metraje perdido. Por los fotogramas. Por las instantáneas que trae de vuelta la memoria. Que olvidamos y anegamos con tiempo y excusas. El quebrando entre el espacio que separa la realidad y las pesadillas, frontera liminal (palabro muy de moda pero que no siempre se utiliza correctamente). Porque el horror está cerca, invisible, esperando el momento, a la víctima adecuada, a ti o a mí.
Te puede, te sugiere, te vence, te atrae, te deja desvalida, impotente. Muestra tal panoplia de temores, plagios humanos, elementales, espectros, casas embrujadas, sectas fílmicas, backrooms, criaturas, invocaciones espaciales, dioses, horror cósmico sin Lovecraft, duendes… que no puedes retirarte de la lectura.
Esta obra confirma porqué tengo a Gemma Files como una de las mejores escritoras actuales de terror, manejando unos códigos de literatura magistrales. Sabiendo contar, callar, transmitir, esbozar y sugerir con espanto. Introduciendo en cuerpo y mente el mal rollo más intenso y perverso. La recomiendo como imprescindible, porque el estilo único la permite sobresalir dentro de generaciones fantabulosas de autores y autoras de horror, pues pasamos una época sensacional para ser lector devoramiedos.
Pon a Gemma la primera de tu lista, lo pasarás mal, y luego me lo agradecerás. Ya espero su siguiente obra y me pongo a la tarea con Experimental Film.
Y recuerda, sabemos que estamos solos en la existencia, pero ¿sabes que estás y estarás solo, sola, al final? Si es que en verdad estamos solos. Deja que esta antología te lo explique…
Pd: y gracias a la editorial, La Biblioteca de Carfax, y a la propia Gemma Files, por la entrevista, la amabilidad y el cariño mostrado durante el Celsius para con los componentes del Monolito. Grandes y gracias. Aprendimos mucho.
Relacionado: Entrevista a Gemma Files en Territorio Extrañer.
Román Sanz Mouta
Redactor