La película encargada de inaugurar el reciente Festival de cine de Cannes fue Todos lo saben, producción que a priori cuenta con dos atractivos alicientes. El primero es la pléyade de actores involucrados, y el segundo haber sido dirigida y guionizada por Asghar Farhadi, realizador iraní que alcanzó cierto prestigio gracias a Nader y Simin, una separación (2011). La unión de ambos factores ha dado como resultado una producción sorprendente.
No es este blog un lugar donde se suelten spoilers, por lo que diré que «Todos lo saben» centra su trama en la llegada de Laura a su pueblo natal desde Argentina, con motivo de la boda de su hermana. Durante la celebración, un suceso cambiará el signo de la festiva reunión, golpeando a todos los presentes con lo inesperado.
La premisa ya de por sí resulta llamativa, pero es la manera de desenvolverla donde Asghar Farhadi nos gana para la causa. A un nivel casi costumbrista, el retrato que el director hace de la reunión familiar en un pueblo resulta asombrosamente natural. Es evidente que la localización de la película y la nacionalidad de los actores cumplen su parte en ello, pero hay algo más, ese espíritu de la celebración que corre por nuestra sangre y que cualquier espectador español reconocerá como algo propio. La mimetización de la película hacia nuestro carácter está pues representada de una manera magnífica, haciendo que la primera media hora transcurra en un suspiro. Eso sí, tal vez porque sabemos de antemano que estamos ante un filme catalogado como thriller o de suspense, detrás de toda la naturalidad de este primer tramo parece esconderse, de modo muy sutil, algo oscuro.
A partir de ahí, entra en juego el elemento de género, aunque «Todos lo saben» conserva durante todo su metraje un fuerte poso dramático. El director busca espacios muy cercanos a los personajes para introducir la cámara, consiguiendo así que los espectadores nos sintamos partícipes de la acción. El ritmo de la película viene dado por un guion medido a la perfección, que sabe atraparnos y hacernos empatizar de diferentes maneras con los personajes principales. A medida que transcurre la trama, la atmósfera se va densificando, adquiriendo una profundidad dramática de las que dejan huella. Cosa meritoria si tenemos en cuenta que la película carece de banda sonora. Tal vez sea la resolución de la historia, por la cierta brusquedad con que se nos desvela, lo que hace que la película cambie el paso ligeramente, aunque he de decir que a nivel de guion la película no se resiente en absoluto.
Es esta película una perfecta oportunidad para librarnos de prejuicios. Porque mi impresión es que Penélope Cruz y Javier Bardem no gozan de demasiada consideración como actores de calidad (yo mismo reconozco que no están entre mis favoritos). Pero la verdad es que en «Todos lo saben» están extraordinarios. Podríamos pensar que la celebridad de ambos puede jugar en contra de la naturalidad de la cinta, pero buena parte del éxito de la película se debe a la perfecta inmersión de Cruz y Bardem en sus personajes, y en su integración como una parte más de la coralidad de la función, logrando que nos olvidemos de su identidad como actores y nos metamos con ellos en sus personajes. Bravo.
El reparto, de auténtico lujo, se completa con nombres como Ricardo Darín, Bárbara Lennie, Ramón Barea o Elvira Mínguez, todos involucrándose a la perfección en la tarea de recrear un núcleo familiar plenamente reconocible.
Sin artificios ni cursilerías, el drama y el suspense se hermanan de forma impecable en esta producción que me ha sorprendido muy gratamente, y que sirve además para reconciliarme con dos de nuestros actores más famosos. Bajo mi punto de vista, estamos ante un título que deberían apuntar.
3 comentarios
Tanto Bardem como Cruz, tienen muchos altibajos, y la verdad, cuando les veo en un cartel, y más juntos me echa siempre un poco atrás…HemosVisto!
Ya digo que no suelen ser actores que me llamen la atención, pero si le da una oportunidad a esta película te puedes llevar una sorpresa.Gracias por tu comentario!
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