Título: El nadador en el mar secreto
Autor: William Kotzwinkle
Traductor: Enrique de Hériz
Editorial: Navona
Nº de páginas: 96
Género: Narrativa contemporánea
Precio: 13 €
SINOPSIS
En una noche helada, un futuro padre lleva a su esposa al hospital cuando está a punto de dar a luz. Pero la tensa calma del parto se rompe y un futuro se desvanece. Porque nada está escrito y la promesa del nacimiento puede, en un instante, imponer a la esperanza una negación tan trágica como inevitable. A través de una narración acotada a veinticuatro horas, en apariencia simple y lineal, asistimos a la fragilidad del destino, a la potente fuerza del amor parental y a la aceptación de una realidad no deseada.
RESEÑA
En el vídeo titulado Por qué estoy dejando de leer terror, me atreví a afirmar que el mejor terror que se escribe hoy en día lo encontramos en títulos que no pertenecen al género. Esta percepción podría ilustrarse con un buen número de obras contemporáneas, pero El nadador en el mar secreto, aun fechada en 1975, me parece el ejemplo perfecto.
William Kotzwinkle era un completo desconocido para mí hasta que leí la novela. Y es que El nadador en el mar secreto posee un fuerte carácter autobiográfico, ya que narra algo por lo que el escritor tuvo que pasar. Como se apunta en la sinopsis, todo gira alrededor del momento en que su mujer rompe aguas y en cómo se afronta un desenlace inesperado para lo que debería ser un evento lleno de felicidad.
Nos encontramos ante una obra tan breve que no alcanza las cien páginas y que, por su propia concepción —narra las 24 horas que abarcan el momento determinado—, se presta a ser leída de una sentada. Como decía más arriba, Kotzwinkle ofrece una prosa sencilla y reflexiva que es sobrevolada por la tragedia en todo momento. La conexión con el género de terror viene dada por esa perenne sensación de amenaza que se cierne sobre los protagonistas, esa certeza de que nada va a acabar bien.
En ese sentido, abruma el contraste entre la ilusión y la realidad, un contraste que golpea al lector con una tremenda emocionalidad trabajada a través del detalle y que alterna entre lo explícito y lo poético. Sin duda, estremece la frialdad con que se narran algunas de las escenas más difíciles aunque, como hace la buena literatura, ello sirve al propósito de explicar a unos personajes abocados al desconcierto. En cierto sentido, la novela es un manual de instrucciones sobre cómo enfrentar una situación desconocida.
Atando otro lazo con el terror literario, se aprecian similitudes entre esta obra y Una oración por los que mueren, de Stewart O’Nan, en cuanto a la visión personal y descorazonadora de un apocalipsis interior. Lo innegable es que El nadador en el mar secreto resulta demoledora y terrorífica. El autor merece el mayor aplauso por su valentía al atreverse a contar lo incontable, por hacernos partícipes del mayor de los dolores. Como he dicho en distintas ocasiones, la literatura no solo puede sino que debe tomar estos riesgos, asomarse a precipicios que de otro modo solo podemos intuir.

José Luis Pascual
Administrador

 
								
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