CLARK ASHTON SMITH: CUENTOS DE EXTRAÑEZA, MISTERIO Y LOCURA (Varios Autores)

por Francisco Santos Muñoz Rico

Título: Clark Ashton Smith, Cuentos de extrañeza, misterio y locura

Autor: Varios Autores

Editorial: 2Cabezas

Nº de páginas: 236

Género: Antología de terror, ciencia Ficción y fantasía oscura

Precio: 14,50€

Clark Ashton Smith posee la increíble facultad de llevarte a donde quiera ya con un primer parrafillo: al absurdo e inescrutable pasado o al inasible y remoto futuro. Después, cuando te ha llevado a ese lugar oscuro y plagado de magos, monstruos, bestias, todo tipo de engendros, y claro, seres humanos, empieza a cimentar ese primer párrafo con una prosa grandilocuente y muy refinada que no es sino pura poesía (personalmente siempre he visto un parecido más que resaltable entre esa prosa poética de Smith y Lord Byron, mas dejemos aparte ese apunte, que nos llevaría al cuento de nunca acabar). Muchos de sus cuentos entroncan directamente con un ritmo preestablecido por Lord Dunsany, creo yo, sin querer tampoco entrar en disquisiciones a favor o en contra de las tesis al respecto de L. Sprague de Camp.

Estos trazos quieren servir solo para hablar de ese lugar común, que he oído otras veces, de que hemos olvidado a Smith un tanto y no en cambio a Lovecraft o Howard: no es cierto. No ha sido olvidado (como tampoco lo ha sido Dunsany), sencillamente todavía no han tenido su oportunidad, debido seguramente a su complejidad aparente, que echa para atrás, de eso no cabe duda, al lector medio, “ese ente pernicioso”. Pero es ese ente pernicioso, y no otro, el que decide qué y qué no se va a editar y por tanto se va a convertir en materia más o menos fácil de conseguir (en España estamos sometidos a que se traduzcan estas obras, recuérdese, o a aprender inglés…). Esto, sin ser una realidad absoluta, tiene mucho de verdad. (De Howard tampoco conoce el gran público ni siquiera la mitad de su obra: el cimmerio, el valusio, la roja y el puritano, poco más ha llegado). No intento hacer ningún tipo de crítica sino reflejar el esquema de cosas imperante.

La editorial 2Cabezas ha decidido sacar un pedacito de Smith a la palestra, y creo que nuestro deber como entes no perniciosos es acoger la obra magnánimamente: si ya conocemos a Smith nos resultará un refrescante homenaje (dejemos los tributos para los tiranos); y para aquellos que no lo conozcan, esta obra servirá de acicate para bucear en los listados de las editoriales buscando ese nombre tan parecido al de ese brujo de la antigüedad: Klarkash-Ton.

Un acercamiento a C.A.Smith, vamos. Partiendo de apuntes y trazos inconclusos del bardo de Auburn,  ocho autores contemporáneos han pergeñado otros tantos cuentos, no siempre o no totalmente a la manera de Smith, si no a la suya propia (como no podía ser de otra manera). Con ánimo de lo dicho más arriba: homenajear. Mas citemos al propio Clark:

Las bóvedas del tiempo y del abismo
no conocen otro ejemplar de tu beldad;
y ningún escultor es capaz de cincelar
la esencia de tu forma y de tu faz.

Nadie capaz de hacer lo que hacía Smith. Pero también se nos ofrece un cuento suyo, La música de los muertos, y unas cuantas ensoñaciones poéticas: La caravana, Los cristales y El mortuorio. Por no hablar del prólogo de Ramsey Campbell, que, no lo olvidemos, lee y admira a Smith desde que era un muchacho de quince o dieciséis años.

Pasemos a los  ocho cuentos:

Ngoc, el idiota, de Álvaro Aparicio: un tema muy del gusto de Clark, una pelea entre dos brujos que aunque parece que se zanja en las primeras líneas, bueno… ya sabéis cómo son estos nigromantes: actúan de formas inconcebibles para los simples mortales, sin importarles las barreras del tiempo y el espacio. El estilo me ha retrotraido un tanto a los “cuentos de salvajes” de William Golding.

El enemigo de Mandor, de Javier Jiménez Barco: una historia de Zothique, “el último continente, bajo un sol mortecino y tristes cielos donde las estrellas asoman con terrible fulgor antes del anochecer”.  Otro del gusto de Smith: la justicia que se abre paso de forma ineluctable, sin importar distancias ni empeños, sin importar el poder mundano y sí, y mucho, el trasmundano.

El fuego de Mercurio, de Pedro P. González: un tour de force poético preñado de un aire muy lúgubre, y que al tiempo deja una puerta abierta a delirios intergalácticos.

Las moradas del silencio, de Roberto Bayeto: quizá la que más aire a “novelucha pulp” tiene, la historia de un amor imposible en un marco cosmogónico propio de Smith, plagada de guiños a obras suyas y de otros para quien sepa verlos.

El brujo y el héroe, de Román Sanz Mouta: un cuento que se va creando a sí mismo, al leerlo tienes la sensación de estar tú mismo, en efecto, ayudando a crearlo, como cómplice, o a descifrarlo. Un enigma arcano pero presente, en clave hermética, que con paciencia se desmenuza y se disfruta (veram medicinam).

Casa ocupada, de Santiago Eximeno: la única pieza en que apenas veréis a Smith, mas no es esto un desmerecimiento: Eximeno es siempre pulcritud y savoir faire. En Casa ocupada asistimos al intento de su protagonista de hurtarse a su propia naturaleza, aunque él suponga que símplemente se anda buscando a sí mismo.

Madeleine, de Nieves Mories: este cuento de resonancias clásicas es una auténtica delicia, un paseo no solo por Smith: por Shelley, Machen, Poe… Una pieza ideal para leer en noches de tormenta a la luz de lúgubres bujías: nada más se puede, a mi parecer, pedir a una buena historia de terror.

La re-unión, de Amparo Montejano: viajamos un par de cientos de años atrás en el tiempo, a la Galicia mágica, junto con el astroso botarate Casimiro, un bodoque que según se le tome asustará o hará reír, pero que haréis bien en tomar en serio, porque mejor no jugar con cosas preternaturales. Un ejercicio literario digno del mayor encomio.

—¿A dónde vais, innominados brujos, con mantos más bermejos que el ocaso?

—Vamos a hallar de Salomón las clavículas y a liberar a los genios encerrados.  

¡Id vosotros a desvelar los arcanos de este libro maldito y liberad, liberad por fin, a los genios de sus encierros milenarios!

3 comentarios

BJ Sal febrero 8, 2021 - 12:25 pm

Bravo! Qué calidad en vuestras filas! Merece la pena salir del Monolito en algún momento, me pregunto?

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José Luis Pascual febrero 8, 2021 - 1:20 pm

Bueno, en el Monolito tenemos confinamiento y cierre perimetral, pero está permitido quebrantarlo para contagiar el virus monolítico.

Muchas gracias por el comment, estimado! 🙂

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FRANKY febrero 8, 2021 - 3:15 pm

En este Monolito hay gran enjundia, sin duda. No es casual que hayan estado apareciendo
misteriosos monolitos por todos lados en los últimos meses.

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