Capitalismo: una historia de terror (Jon Greenaway)

por Daniel Aragonés

Título: Capitalismo: una historia de terror

Autor: Jon Greenaway

Traductor: Matheus Calderón

Editorial: Mutatis Mutandis

Nº de páginas: 192

Género: Ensayo

Precio: 19,80 €

SINOPSIS

¿Qué significa ver el terror en el capitalismo? ¿Qué puede decirnos el terror sobre el estado y la naturaleza del capitalismo?

Combinando crítica cinematográfica, teoría cultural y filosofía, Capitalismo: una historia de terror examina la literatura, el cine y la filosofía, desde Frankenstein hasta el cine contemporáneo, ahondando en la función sociopolítica del monstruo, la naturaleza embrujada del mundo digital y el terror ineludible de la política capitalista contemporánea.

Revitalizando la tradición del anticapitalismo romántico y ofreciendo una «oscura forma de ser rojo», aboga por un marxismo gótico, mostrando cómo podemos encontrar esperanza revolucionaria en el terror, un lugar de devenir monstruoso que abre la puerta a un futuro utópico.

RESEÑA

El capitalismo es el sistema económico en el que individuos y empresas privadas poseen los medios de producción. Se caracteriza por la libre competencia de mercado, con poca o ninguna intervención estatal en la economía, lo que permite que las leyes de oferta y demanda dicten los precios y las decisiones de producción.

Partiendo de la definición, procuraré gestionar mis palabras. En otro orden de cosas, y también vinculado a esta lectura, aprovecho para despedirme del mundo de los artículos por tiempo indefinido. Sí, amigos, digo adiós siendo un producto, un peón gris, habitante de una sociedad cargada de subjetividad, prejuicios e hipocresía. Abandono la nube de la enfermedad contagiosa sin ánimo de dar pena, sin medallas que glorifiquen mi andanza. No hagáis preguntas, de esto trata el ensayo —es necesario leer entre líneas.

En primer lugar, en apoyo a la veracidad, he decidido ver muchos de los largometrajes y leer algunos de los libros que se nombran en el ensayo. Por aquello de ampliar el círculo y cambiar la perspectiva, sin la voluntad de parecer más culto o sabio. Solo quería tener la cantidad de material cerebral necesaria y ponerme en la piel del autor.

La objetividad de Jon Greenaway es intachable. Todo lo que dice es cierto y defendible. No existe un posicionamiento. Narra lo que todos podemos llegar a pensar —el que tenga algo de sesera útil ahí arriba, claro—. Marx como piedra angular, a modo de autor del gótico. Es una realidad que la literatura de género fue usada para enterrar críticas constructivas relacionadas con el capitalismo. Somos productos. Pequeños operarios sin valor. Engranajes. Bichos individualmente inservibles al servicio de la empresa. Aquellos autores disfrazaron sus verdades de monstruos, zombis y fantasmas.

Destaco sus incursiones en el expresionismo. Reconozco que nunca lo pensé y me ha hecho indagar. Con el cine me ha ocurrido lo mismo. Su grandilocuencia a la hora de interpretar los argumentos, más allá del mero entretenimiento, me parece muy loable.

Aconsejo la obra por la brevedad. Por lo conciso. Por el buen hacer. De verdad que en ningún momento te ves arrastrado por nada. Aunque el título va a favor de lo que no se quiere hacer. Me explico. La obra desgrana cómo ciertos autores utilizan los medios, y se introducen en la corriente capitalista, para lanzar obras que critican el propio medio. Solo los humanos somos capaces de nadar a contracorriente y criticar a los que nadan a contracorriente. Pero claro, no existe otra forma. Para cambiar algo, tienes que estar dentro, conocer cada rincón.

El modelo mainstream al servicio del anticristo. Muy locuaz y retorcido. Puedes leerlo como aprendizaje o para darte cuenta de lo patético que resulta hacer uso de la fuerza para no permitir el uso de la fuerza. Directores, escritores y pensadores de renombre, que tachan el modelo basado en el capitalismo.

Aconsejo su lectura sin remilgos. Somos polvo de oro, motitas insignificantes. La entidad, la empresa, nos reúne para que seamos el valor de mercado. Ni siquiera nos preocupa quién, qué tenemos a nuestro lado. Y ellos lo saben, lo fomentan.

Gracias a esta obra me voy a tomar unas vacaciones. Seguiré soñando con esa cabaña en el fin del mundo. Sentado en mi hamaca. Fumando en pipa. Leyendo. Pensando. De vez en cuando iré de pesca. Beberé cerveza. Y, por supuesto, escribiré, que es lo único que me llena por dentro. Con esto me despido de la empresa. Un saludo, Jon.   

1 comentar

FRANKY marzo 27, 2025 - 6:03 pm

no vamos a darte finiquito!!

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