La chica muerta favorita de todos (Beatriz García Guirado)

por José Luis Pascual

Título: La chica muerta favorita de todos

Autora: Beatriz García Guirado

Editorial: Libros del K.O.

Nº de páginas: 288

Género: Ensayo

Precio: 22,90 €

SINOPSIS

¿Qué ocurre cuando contamos un true crime desde el punto de vista de la víctima? El 15 de enero de 1947 apareció en Los Ángeles el cadáver mutilado de Elizabeth Short, una joven de veintidós años conocida como la Dalia Negra. El crimen nunca se resolvió y acabó convirtiéndose en un juego intelectual para escritores, periodistas y cineastas, quienes inventaron todo tipo de teorías en torno a la víctima y su asesino. Habría sido un juego apasionante de no haber sido por un detalle: que Elizabeth Short existió realmente. Beatriz García Guirado viaja a Los Ángeles para desentrañar la industria macabra que rodea el caso y para desenmascarar los clichés sensacionalistas y los relatos aleccionadores que se esconden detrás. Y también devuelve a la víctima la individualidad que los aficionados al caso le arrebataron.

RESEÑA

¿Qué es lo que nos atrae de ciertos sucesos? ¿Por qué la muerte de James Dean lo convirtió en un icono que trascendió su propia reputación como actor? ¿Qué factores «endiosaron» a un Charles Manson que no llegó a matar a nadie de manera directa? ¿Por qué el aura que rodea al asesinato de Elizabeth Short convierte a este caso en algo que fascina y afecta a quien se acerca a investigarlo? Quizá sea imposible responder de forma coherente a estas preguntas, ya que entramos en terrenos que tienen que ver más con lo indefinible que con lo concreto. Sin embargo, Beatriz García Guirado se ha empeñado en romper tales cuestiones para proponernos la auténtica pregunta relevante: ¿Quién es la víctima?

La chica muerta favorita de todos se presenta ante nosotros disfrazada de ensayo. Utilizo la palabra disfraz porque este libro deviene, si acaso, en algo mucho más rico que se inserta en corrientes literarias como el realismo sucio o la autoficción. La autora nos lo cuenta todo acerca del caso de la Dalia Negra, en una exposición brillante que amalgama una abrumadora bibliografía y recopila las mil y una teorías sobre la identidad del asesino. Un ensayo, sí. Pero, además, García Guirado obra de narradora meta al utilizar una serie de recursos como las cartas a personajes reales pero imaginarios y al contarnos sus propias peripecias en la geografía angelina que la víctima transitó en vida. Sí, la autora nos lo cuenta todo desde la misma Los Angeles, confesando que es la propia ciudad la única que conoce lo que realmente pasó con Elizabeth Short.

Las anteriores obras de Beatriz, La tierra hueca, Los pies fríos y Ballard Reloaded nos mostraron a una autora que posee un tono especial, un estilo que entronca con el otro lado del sueño americano y que nos traslada a imaginarios que la cultura popular estadounidense ha ido hollando en nosotros, pequeños europeos. Ese americanismo visto desde lejos permite objetivizar la purpurina y convertirla en lo que realmente es: polvo. 

Una esquina más arriba, un hombre duerme en el asfalto, que arde, cubierto con una manta gruesa de lana. «¿Y si está muerto», dice Diana. Pero el tipo cambia de postura y nos vamos con la acostumbrada superioridad de un dios en bermudas.

El decorado de LA es retratado, además de por el particular punto de vista de la escritora, a través de un embriagador desfile de personajes que, de una u otra manera, tuvieron que ver con el caso. Man Ray, George Hodel, Larry Harnisch, Robert Desnos, John Gilmore, Marilyn Manson, David Lynch, Mary Pacios, James Ellroy, John St. John, Orson Welles… Estos son solo algunos de los nombres que se manifiestan en las páginas de La chica muerta favorita de todos. Algunos os sonarán más que otros, pero todos tienen su cuota de protagonismo en un entramado absolutamente fascinante. 

Como decía, el libro se estructura en una continua alternancia de cartas dirigidas a un Larry Harnisch (periodista convertido en una de las mayores autoridades sobre este suceso) imaginario y una exposición de las teorías que señalan a los distintos posibles culpables. Lejos de decantarse por unas u otras, la autora se centra en describir los hechos, en resumir momentos puntuales (hay un fragmento que narra el auge del hampa y su intocable inmunidad en el LA de los años 20 y 30, que en sí mismo se transfigura en una adrenalítica película de Scorsese) y en realizar una «descripción emocional» del mismísimo corazón de norteamérica.

En realidad, la obra es un eterno, potentísimo y retorcido poema de amor a LA, que es retratado bajo la pluma de Beatriz como un decorado salido de un sueño, y no necesariamente un buen sueño. Un lugar mutante, abigarrado y frenético en el que cualquier cosa, cualquier hipótesis, es posible y capaz de exhibirse ante tus ojos con total desparpajo, a pesar de su evidente imposibilidad.

Policías corruptos, psiquiatras homófobos obcecados en empañar el caso, jurados que eluden su responsabilidad, directores de cine que daban por sentado algunas feas costumbres, stag movies o películas para solteros… Este es el decorado y los personajes que conforman la obra. Una obra que, ante todo, se nos revela como una carta de amor a Betty Short. Tal y como dice una teoría que trata de descifrar Mullholland Drive, La chica muerta favorita de todos parece el sueño compartido de varias personas que a su vez sueñan cosas distintas. El sueño, en realidad, lo tiene Beatriz García Guirado, y es lo que a todos nos gustaría soñar. 

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