Título: Neikos
Autor: Francisco Santos Muñoz Rico
Editorial: Open City
Nº de páginas: 52
Género: Terror psicológico
Precio: 4,16€
RESEÑA
El término griego Neikos hace referencia a un tipo de espíritu que propone la disputa, la discusión, el enfrentamiento. Algo que cualquiera reconocerá como aspectos muy presentes en nuestros días, y que Francisco Santos Muñoz Rico utiliza como catalizador primero, y arma homicida después, para fulminar al lector con un relato crudo, crudísimo.
Más que la discordia, Francisco Santos siembra la violencia más visceral en Neikos. Y lo hace valiéndose de una mitología que bebe de muchas mitologías y que, al final, derivan en un universal trasunto de la locura. ¿Qué nos cuenta la novela? La base es muy sencilla. Tenemos a dos personajes dentro de una especie de zulo. Uno está atado y amordazado. El otro es un torturador. Avanza, violencia, es tu turno.
Con tal premisa, el autor nos lleva a una espiral destructiva que podemos imaginar como una pieza teatral compuesta por nueve pequeños actos. Todos los focos apuntan al escenario, y allí se desenvuelve una obra salvaje en la que los dos hombres van a mostrar todas sus cartas. Para tratarse de una historia tan breve, la disección a la que asistimos es de una profundidad asombrosa, ya sea en un primer plano en el que se nos describe la tortura o en un segundo nivel en el que se despliega sutilmente —y a veces sin sutilezas— la psicología de ambos personajes.
Para el aspecto psicológico se recurre a flashbacks mentales en los que no vamos a averiguar quiénes son exactamente estos dos caracteres, pero sí que podremos llegar a comprender los motivos o mecanismos que dictan su comportamiento. Como si de una tragedia griega se tratase —el título no es casual—, los personajes vienen a representar ciertos conceptos, filosofías, modos de actuar —que cada cual lo llame como quiera— muy presentes en nuestra sociedad. Dejaré que sea el lector quien los descubra o adecúe a su propia idiosincrasia.
Para el aspecto “visual”, en cambio, se tira de explicitud sin contemplaciones. El autor no escatima en detalles, acercándose en algún momento al splatterpunk pero manteniendo siempre una pátina de verosimilitud que convierte a las escenas en una sucesión de impactos. La habilidad narrativa de Francisco Santos para transmitirnos la sensación de dolor es remarcable. Pero cuidado, esto va mucho más allá de lo gore, y es la propia implicación del lector, acarreada por el tratamiento de los personajes y su factor humano, lo que produce el daño.
Siendo obras muy distintas, veo similitudes conceptuales entre Neikos y Efialtes de Daniel Aragonés —a la sazón editor de Open City— que pueden dar una idea de por dónde van los tiros. Neikos deja impronta por su lectura gracias a varias razones. Primero, por su crudeza sin ambages ni miramientos. Segundo, por la intensidad desde el mismo inicio. Y tercero, por algo que ya hemos podido apreciar en otras obras de Francisco Santos Muñoz Rico: la omnipresencia de la figura del padre. Tremenda, y me quedo corto.
José Luis Pascual
Administrador
3 comentarios
Hasta a mí me han dado ganas de leerla
Una maravilla de obra. Profunda. Salvaje. Y única en su especie. Gran reseña.
Lectura para la semana que viene.