MANTOID UNIVERSE: EL CAOS POR EL CAOS

por Carlos Ruiz Santiago

La puerta de una colosal arena de combate se abre. Ante ella, con ciertos nervios inducidos principalmente por la falta de drogas y alguna enfermedad mental degenerativa y alguna infección mucho más palpable que supura en los genitales, esperan los gladiadores: un hombre cerdo grotesco y cubierto de heces con un collar hecho de prepucios, un insecto humanoide con cabeza de máquina de escribir y una especie de medio humano con cabeza de rata que afirma ser seguidor de unos dioses prohibidos.

La puerta metálica se abre con un estruendo oxidado mientras, a lo lejos, las olas de magia caóticas y famélicas chocan contra las costas, que retroceden a ojos vista. De la puerta surge un horror abyecto e informe de varias cabezas y tres falos enormes que usa como mazas. La purulenta y rugiente criatura, llena de tumores, se dirige a devorar a nuestros gladiadores, ignotos héroes, que desenvainan sus espadas.

Esto es un inicio muy típico de una partida cualquiera de Mantoid Universe.

Es un buen resumen de lo que os vais a encontrar en este juego de rol, seamos sinceros, porque Mantoid Universe es el verdadero heraldo del caos, un mundo donde todo puede ocurrir, más probablemente si son cosas horribles e indecibles a todos los niveles morales. Es un juego de rol retorcido y sin piedad, una fantasía oscura y depravada mezclada con una ciencia ficción que oscila entre el dieselpunk más cochambroso y el biopunk más deforme, y se inyecta en vena toneladas de la filosofía semi kafkiana y brutalmente sexual a lo William Borroughs, todo con una estética entre lovecraftiana, abocetada por un demente a bolígrafo rojo y negro y de película de serie Z de videoclub.

Es un jueguecito muy corto hecho para partidas igualmente breves donde el desmadre y la capacidad de improvisación serán cruciales. Y no lo digo yo, nos lo dice el propio creador muy al principio del libro: preparar cualquier cosa para la partida está terminantemente prohibido. El caos forma parte de Mantoid Universe a nivel narrativo, jugable y de historia y transfondo, algo a lo que se abraza con la mayor de las perversiones. Absolutamente todo se elige al azar, todo sobre nuestro personaje, los eventos que les suceden, las tramas y subtramas, todo. Hay decenas de tablas llenas de las situaciones más grotescas y los lugares más horripilantes, de enfermedades que harán estallar la cabeza a nuestro personaje sin aviso previo o que harán que le salgan tentáculos con inclinaciones pervertidas. Esta especie de fantasía de Garth Ennis puesto de anfetas hasta el culo es llevada al límite de lo imaginable y quiere que vivamos una aventura de caos perpetuo, de giro tras giro que penaliza profundamente cualquier cosa que implique pensar un poco, reflexionar sobre las acciones o actuar con cualquier tipo de cautela. La locura se extiende hasta el propio director del juego, el cual debería ser el que más controlada llevase la situación, dado que solo podrá crear en base a las locuras que irán surgiendo alrededor de la multitud de tiradas. Cualquiera sabe que ser director en cualquier juego de rol no es fácil y, por mucho que planees, vas a tener que reaccionar a los inesperados impulsos suicidas y aleatorios de tus jugadores. Sin embargo, Mantoid Universe va a otro nivel, sumergiéndote en eso, buscando esos momentos durante toda la partida, volviendo el jugarlo una especie de viaje psicotrópico de setas y cocaína por un tubo, como vivir en las película de Crank: veneno en la sangre y Naked Lunch todo a la vez.

Un mundo desolado y caótico

Y es que, cuando os dije que las partidas eran cortas, iba muy en serio. De hecho, lo más probable es que no duren ni diez minutos, aunque te la puedes liar para hacer que duren treinta o cuarenta minutos. He escuchado que hay gente que ha logrado que duren incluso más de una hora, pero yo no me lo termino de creer. El juego te anima a crearte varios personajes, porque la muerte está a la orden del día. Pensad que estamos mezclando unos personajes no demasiado resistentes ni competentes en nada en particular, una actitud de de bárbaro politoxicómano y un mundo inmisericorde. Y es que en Mantoid Universe todo te puede matar, siempre de la forma más dantesca posible. Si no mueres destripado por algún seguidor del idiotizado y todopoderoso Azatoth o violado hasta desgarrarte por dentro a manos de un ciempiés humano demente, morirás porque se te ha olvidado insultar en cada frase y tu Síndrome de Tourrette del caos te ha matado, una flota del Andrógeno-Rey arrasará tu isla natal por negarse a pagar impuestos o te ha hundido una maza oxidada en el cráneo algún mafioso de la Intrazona por enemistarte con el Cangrejo. El caso es que la muerte, y su prontitud, son las únicas seguridades que te quedan aquí.

Y es que a Mantoid Universe lo que le interesa es que te crees a los personajes y la partida en dos minutos y el resto sea una experiencia corta pero intensa que no se te olvidará fácilmente, creedme que no. Todo el rato sucediendo lo más inesperado, partidas acabando abruptamente porque el mar de petro´magia ha borrado del mapa la isla donde los jugadores estaban o Azatoth ha despertado y se ha comido el universo. Para sobrevivir, al menos un ratillo, tendréis que ser los sociópatas más grandes de todos, ser creativos y muy rápidos en vuestras acciones y tener un poco de suerte. Tendréis utensilios de todos los tipos para mutilar cruelmente todo lo que se os ponga por delante: desde compañeros grotescos que usar para mejorar a vuestro personaje (los zazamones) a un variado surtido de armas que van desde espadas, lanzas y hachas oxidadas a lanzallamas, ametralladoras y mil basuras tecnomágicas más, eso sin contar que estéis tan locos como para ser un matemático del vacío y usar la petro´magia para desatar hechicerías demenciales que, más que probablemente, matarán a todos los enemigos. Y a vosotros. No necesariamente en ese orden.

Todo el metaverso en el que se mueve Mantoid Universe es un archipiélago de miles de islas sobre un mar de droga negra, que está sepultado de mazmorras llenas de tecnología loca e incontrolable y magia tribal sedienta de sangre. También hay civilizaciones de todo tipo, cada una peor que la anterior. Construcciones de tiempos y universos pasados, antes de que todo acabase fusionado en una amalgama horripilante por Azatoth: desde catedrales refulgentes y fantasmales a islas tribales llenas de putos dinosaurios. Barcos ciudad colosales recorren estos peligrosísimos mares, vagando eternamente.

Es, no obstante, un estilo de juego muy concreto, uno de esos que amas u odias. No creo que sea un juego para todo el mundo, tienes que aceptar toda esa locura sanguinolenta, erótica y vomitiva y sumergirte en ella. Si no eres capaz, al final la experiencia se te quedará corta y sentirás que vas dando tumbos de aquí para allá mientras cosas suceden a tu alrededor y tú tratas de reaccionar a ellas de mala manera y lleno de penalizadores incontrolables. Es una manera más desenfrenada de jugar y requiere un tipo de jugador concreto. Además tiene sus fallas, de aquí no vais a sacar a los personajes más desarrollados ni las mejores tramas. Tampoco se lo propone en ningún momento, pero el ser tan consciente de su naturaleza hace que solo pueda ser disfrutable como eso: una locura mutante, una especie de chimpancé con escopeta suelto en un guardería y puesto hasta las cejas de crack. Su mayor virtud es, al mismo tiempo, su gran defecto.

Abraza el caos


Eso sí, si entras en su rollo prepárate para horas y horas de diversión ultraviolenta y sin sentido, intensas como el cóctel psicotrópico más bestial que te puedas echar a la cara.

También deberías recordar que, si eres el director del juego, ten cuidado porque una de las tablas de eventos aleatorios te exige que te comas el libro. Eso sí, si lo grabas en vídeo y se lo mandas al creador este te regala otro ejemplar. Lo que es la vida, ¿verdad?

¿Preparado para hundirte en la Intrazona?

No, no lo estás, pero adelante igualmente.

1 comentar

Román septiembre 2, 2020 - 12:06 pm

Lo quiero.
Lo deseo.
Lo necesito.
Lo anhelo.
Lo demando.
Lo locuro…
Dónde y cómo me hago con este atroz delirio?
Y quién juega y muere conmigo?!?

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