Inmersos en pleno 2018, hemos llegado a un punto en el que nuestra manera de ver el mundo ha cambiado de modo radical. Hasta hace pocos años, nuestra pantalla a la realidad se concentraba en la televisión. Todos veíamos los mismos programas y avanzábamos en la misma dirección, cosa que tenía sus pros y sus contras. A medida que la tecnología ha ido avanzando y todo se ha globalizado y diversificado, nos hemos ido dirigiendo a un estado de las cosas mucho más complejo, en el que se nos ofrece un infinito abanico de posibilidades a la hora de interpretar lo que nos rodea. Aun así, hay ciertas herramientas que se han convertido en indispensables en nuestro día a día, y que prácticamente todos terminamos utilizando en algún momento. Es por ello que Searching, pese a ofrecer una puesta en escena aún novedosa, no va a pillar a nadie por sorpresa.
«Searching» es una nueva entrega perteneciente a ese pequeño subgénero de “películas en las que la acción transcurre a través de la pantalla de un ordenador”. Se la está tachando de original y rompedora, pero conviene recordar que anteriormente existieron The Den (2013), Open Windows (2014) o Eliminado (2014), que sentaron las bases narrativas de esta nueva forma de contar historias. «Searching», es cierto, es la que mejor aprovecha las posibilidades de la tecnología al servicio de la narración, cosa patente en el sensacional inicio del film. Sin duda lo mejor y más destacable de la película de Aneesh Chaganty es su acertadísima utilización de diferentes herramientas digitales para construir una trama totalmente intuitiva. A base de programas de mensajería, vídeos de internet, videoconferencias en tiempo real, calendarios y mapas, Chaganty logra que la trama avance con muchísima fluidez, integrando todos estos elementos de manera ejemplar.
Es por todo esto que queda demostrado que la pantalla de un ordenador es un método perfectamente válido para enmarcar toda una película. Ahora bien, «Searching» está expuesta a los mismos peligros que cualquier cinta convencional, y al final termina cayendo en ciertos errores que la condenan como producto global. Estamos ante un thriller cuya trama, de no haber sido presentada como se ha hecho, encajaría perfectamente en cualquier subproducto de los que las cadenas de televisión programan en las sobremesas del fin de semana. El guion de «Searching» atraviesa vericuetos que resultan del todo inverosímiles, en un intento demasiado forzado por sorprender al espectador. El resultado de los giros finales está mucho más cerca de causar mofa en el público que de pillarle desprevenido, por lo que las virtudes que recoge la película durante su primera mitad se van perdiendo por el camino a marchas forzadas.
No es necesario decir mucho del reparto. Creo que en una propuesta de este tipo lo más recomendable es contar con rostros que no sean demasiado conocidos para dar más autenticidad. Aquí contamos con actores que, sin ser de primera fila, ya hemos visto en más de una producción. John Cho y Debra Messing cumplen con sus papeles con un rendimiento algo irregular, aunque tampoco son los culpables de que la cinta se desmorone en su segunda mitad.
No sé si se repetirá en demasiadas ocasiones un experimento como «Searching». Su originalidad se basa únicamente en la manera de presentar la acción, aspecto que se perdería del todo si empezamos a verlo implementado con frecuencia. Aunque el guion termina siendo desastroso, creo que su visionado es interesante por la demostración de que se pueden contar las cosas de otro modo.