La vuelta a la actividad del Club de Lectura ha venido de la mano de La maldición de Hill House, novela de Shirley Jackson que está de plena actualidad gracias a la adaptación a serie de televisión que recientemente ha estrenado Netflix. Pese a que todo apuntaba a una historia clásica de fantasmas al estilo gótico, podréis comprobar en mi reseña y en la opinión de los miembros del Club que la experiencia no ha sido todo lo gratificante que esperábamos; y es que el prestigio que acarrea la novela no se corresponde, para nuestro gusto, con su calidad literaria.
Os dejo con mi reseña de «La maldición de Hill House» seguida de las opiniones de algunos de los miembros del Club.
LA MALDICIÓN DE HILL HOUSE (Shirley Jackson)
Shirley Jackson era un poco bruja. No lo digo yo, su propio marido hizo públicas las aficiones ocultistas de su esposa, y su hijo Laurence llegó a explicar que un día su madre desatascó un fregadero mediante una invocación. ¿Le sirvieron estos conocimientos a la hora de escribir La maldición de Hill House? Vamos a intentar dilucidarlo.
Empezaré este artículo confesando una parte de mi “método de trabajo” a la hora de abordar una reseña. Habitualmente acostumbro a escribir notas a medida que voy leyendo, escrutando el texto en busca de puntos de interés y apuntando lo que más me llama la atención. Esto puede llevarme, en ocasiones, a contrastes muy marcados entre la primera impresión y la valoración final. En el caso de «La maldición de Hill House», he sufrido este efecto a un nivel que pocas veces he sentido, haciendo que mi visión de la novela de Shirley Jackson haya ido mutando de manera espectacular según pasaban las páginas. Lamentablemente, no puedo decir que lo que empezó como algo flojo terminó siendo una obra sensacional, sino más bien todo lo contrario. Para ilustrar esto, voy a transcribir en primer lugar un pequeño extracto de lo que la novela me sugirió en sus primeros capítulos:
“La prosa de Shirley Jackson se alza sobre las colinas que protegen Hill House, alcanzando un nivel superior a lo acostumbrado dentro del género. Pero ojo, esto no se materializa en frases engoladas o complicados artificios narrativos, sino en una sutilidad y delicadeza admirables que, sorprendentemente, ayudan a la construcción de una atmósfera que se va cargando a medida que pasan las páginas”.
Con esto os podéis hacer una idea de las expectativas que la propia historia iba generando en mí. Sin embargo, esas sensaciones se fueron diluyendo de manera irremisible a medida que la autora convertía lo que en apariencia era sutileza y ambigüedad en algo mucho más naif. Pero antes de desarrollar esto, apuntemos un par de cosas.
Todo el relato está narrado en tercera persona, pero es una tercera engañosa, ya que la autora nos introduce en la mente de Eleanor, sin duda el personaje mejor perfilado y con mayor carga psicológica, con lo que en realidad asistimos a una primera persona falsa. Este tratamiento se deja notar desde el principio de la novela, y a través de los ojos de Eleanor vamos a contemplar a sus tres compañeros de aventura y, sobre todo, a la ominosa y vil mansión que es Hill House.
Más allá de esto, para mi gusto Shirley Jackson malgasta demasiado espacio en perfilar la personalidad de Eleanor, espacio que podría haber aprovechado para contar algo más de los otros tres protagonistas. Tanto Theodora como Luke y el doctor Montague quedan bastante desdibujados, sin que se nos proporcione mayor trasfondo que un pequeño esbozo de quiénes son. Tal vez por ello la novela, al igual que sucede con la extraña arquitectura de Hill House, adopta una estructura algo desigual en sus proporciones que puede confundirnos respecto a su naturaleza como obra de terror.
Los miembros del Club hablan:
Jota García Romero (@jotagarcaromero en twitter)
Aún más irritante, si cabe, es que no se aprovechen situaciones inquietantes que luego no solo no llevan a nada, sino que en algunos casos ni siquiera aportan nada a la historia. La única esperanza que le queda al lector es una traca final que nunca llega, mientras pasa las páginas desesperado descubriendo pasajes cada vez más risibles y personajes que parecen sacados de un Gran Hermano VIP en una carrera por ver quién es más insoportable e inverosímil. Un despropósito que solo se salva por ver el destino que corre el personaje que habría ganado dicha carrera, y que te hace pensar que los responsables de las adaptaciones cinematográficas han sacado petróleo de un pozo seco”.
Juan Carlos Pascual (del canal TOC Libros):
“Partiendo de una premisa que ya se me hace cuanto menos difícil de creer, la historia se desarrolla a través de unos personajes que tienen un comportamiento bastante ligero y casi infantil entre ellos. De hecho hasta pasada la mitad del libro tenía la sensación de estar leyendo una novela juvenil, o casi infantil como dije, lo cual se hace extraño para un libro de terror sobre una casa encantada. A veces simplemente parece un “Gran hermano” ambientado en ese edificio llamado Hill House.
A partir de ahí se me hizo muy difícil entrar en la historia de manera seria, incluso el personaje “central” (Eleanor) se me hizo bastante insoportable. No entendí sus motivaciones, y la manera en que su psique se altera por el hechizo del ambiente no hace que le tenga más cariño, si no todo lo contrario. Y si llego a leer ese pensamiento redundante de Eleanor (“los viajes acaban con el encuentro de los amantes”) una vez más… hubiera lanzado el Kindle por la ventana!!
Sí es cierto que hay un par de pasajes en los que la atmósfera está muy conseguida, y el final me gustó en cierta manera, pero el global no deja de ser mediocre en mi opinión”.
Asen Ahab (@todaviasombras en twitter):
Rocío Muñoz:
“La maldición de Hill House es una novela que no recomendaría a los amantes del terror. Podría ser más una novela dramática que una novela de terror, pero ni siquiera la catalogaría como drama ya que no empatizas con los personajes ni en lo triste de sus historias personales. El argumento en un principio promete: un profesor de filosofía decide estudiar los fenómenos paranormales con un grupo de desconocidos en una casa encantada. Hasta aquí pinta bien, pero la ambientación que recrea la escritora en la descripción de la mansión pierde totalmente fuerza en los diálogos y en el comportamiento de los personajes, que rozan lo absurdo e infantil”.
Dr. Freudstein (del blog Dr. Freudstein’s Reviews):
“La obra de Shirley Jackson es difícil de abordar, en primer lugar porque hay que saber dónde nos metemos. No es una obra fácil, no esta hecha para ser un best seller, no lo pretende. Es una obra angustiante y difícil y que hace perder los nervios en varias ocasiones en parte por su atmósfera, en parte por sus personajes. Pero eso es lo que pretende.
Hay que tener en cuenta también el período histórico en el que se enmarca y la gran creatividad que supone esa narrativa para la época además del trato que da a los fantasmas, lejos de los monstruos con mantas en la cabeza y los sustos fáciles. Y más cercanos a expresiones de nuestros miedos e inseguridades.
No es la mejor novela de terror, pero por importancia histórica, y por toda la serie de elementos que aporta a la literatura de género sí que es una de las que marcan un antes y un después”.
Javier Molano:
“La Maldición de Hill House, no sé muy bien por dónde empezar ni cómo para valorar mi impresión sobre este libro… lo que tengo muy claro es que no lo encuadraría en el género de terror. Se divide en cuatro partes bien diferenciadas: una inicial que incluye la presentación del personaje de Eleanor Vance, el cual me parece que es el elegido por la escritora para contar sus propias neuras a través del relato, y el viaje de esta a Hill House; una segunda parte en la que se incluye el encuentro de Eleanor con el resto de personajes en la casa; una tercera que relata la convivencia de los cuatro personajes en la casa y una cuarta parte que empieza con la llegada de la señora Montague a la casa y desemboca en el desenlace final. Dicho esto, la primera y la cuarta parte del relato son las que me han parecido más dinámicas y mejor escritas, ya que me han enganchado de alguna forma al relato. La segunda y tercera han sido un poco más arduas de leer porque creo que la escritora está contando sus propias neurosis y experiencias personales a través de la historia y es muy difícil conectar con ellas si no vives lo mismo. En definitiva me parece un libro muy interesante en cuanto a lo que trata de contar detrás de todos estos personajes plagados de problemas y neurosis, con un final muy adecuado, pero que no lo metería en el género de terror. La forma de escribir de Shirley Jackson me parece entretenida por momentos y el libro en sí, aunque no me parece una maravilla, me ha gustado porque creo que cuenta una historia personal de una forma muy imaginativa (tal y como lo haría una persona neurótica)”.
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Próxima lectura : Cuando el diablo se aburre (Ignacio Cid Hermoso – Dilatando Mentes)