¡Viva Franco!

por Francisco Santos Muñoz Rico

¡Viva Franco! Pornografía infantil. SEO y manipulación anal en jueces españoles por parte de alienígenas.

No voy a hablar de nada de eso, por supuesto, pero es que a veces me han acusado de que mis títulos dan una idea exagerada y/o falsa de lo que luego resulta el artículo en sí. Por eso, y para todos esos gilipollas de los neologismos, escribo este articulito. Y por alguna cosilla más.

Lo de ser frankysta está claro, yo soy Franky y el yoismo es bueno, necesario y sano. El resto: ya lo he dicho ¿para qué hablar? ¿De la pornografía infantil? La vemos a diario con Walt Disney (aunque nadie diga nada) y su machacona cantinela moral. ¿SEO? De esto conocimientos no poseo. ¿Lo de los jueces? A ellos los alienígenas les hacen prospecciones en el culo como a cualquier hijo de vecino, ¿o acaso son especiales, más listos, más nobles, más importantes? No, no lo son.

Pero he de confesar que sí que hay, va a haber, algo controvertido hoy aquí (siempre lo hay conmigo, lo sé): vengo a despotricar. A descerrajar. Y además vengo a hablar de algo de lo que ni me he enterado, fijaos: voy a hablar sin conocer los hechos en su totalidad, voy a juzgar las apariencias, el libro por su portada, y voy a aseverar que el huracán dura toda la mañana. Porque sí, porque me da la realísima gana. Por supuesto, si alguien se da por aludido específicamente (ya que voy a partir de comentarios sueltos que he registrado), que no se dé, que solo cojo lo que quiero y lo uso como percha para colgar mis reflexiones, y le saco punta como cliché. Mi ataque nunca será hacia una persona específica —a no ser que yo así lo especifique, valga la redundancia—, sino contra una actitud generalizada. Por supuesto: ignoraré los “debates” que mi artículo ocasione, como siempre: eso de dialogar, de debatir… no existe en absoluto, no nos engañemos: A dice X, B dice Y, ni A aceptará Y, ni B pasará por X, es cuestión de orgullo, de tontuna, lo que digo va a misa (sí, esa en la que algunos están al mismo tiempo que repican), y PUNTO. ¿Está feo decir que no creo en el debate? Puedo debatir, discutir y pelearme con mis pocos amigos, pero con nadie más: es lo que todos pensamos y nadie dice, venga, no seais tímidos: yo tengo razón y todos los demás son idiotas).

Todo empezó medio enterándome de un contubernio que se daba en tuiter, o como se escriba, sobre algo llamado cancelación; que yo, aún sabiendo lo poco que sé del tema, y repito: sin importarme lo más mínimo averiguar más, supuse que se trataba de una nueva forma de decir censura. La vieja y sempiterna putilla malcriada de la censura.

En fin: de pasada, y solo de pasada porque soy como un viejo con el móvil con el tuiter este, me pierdo, no me entero, no sé seguir, poco Ariadna que soy, los hilos… de pasada leí algo así como: “pero y si te enterases de que un escritor que te gusta es un pederasta, o que participó en el genocidio judío, eh, eh, ¿acaso seguirías leyéndolo? ¿acaso seguirías hablando de él como si existiese realmente?, ¿eh, eh?”. (Por supuesto la realidad era más ñoña, más real, más grotesca puede; le he dado mi gracejo propio al personaje, no lo puedo evitar).

Después de comprobar que la estupidez humana es inacabable (por enésima vez), tuve que reírme de semejante idiocia.

Cójase el libro favorito de uno, Crimen y castigo, por ejemplo, y ahora añádase que el tipo que lo escribió, un tal Fiodor, resulta que fue una malísima persona, un ser atroz, que incluso ¡fue a la cárcel! Oh, Dios mío, pero no os asustéis, que es solo una suposición (si todavía está permitido suponer). Bien, inmediatamente después de conocer estos hechos terribles, el libro, indefectiblemente según los dictados de la más excelsa ética promulgada por el idiota o la idiota (incluso le idiote) del anterior comentario referido, dejará de gustarnos; así, ipso fucking facto. Pero acompáñenme, bienpensantes amigos y cínicos hijos de una concepción moral tan estrecha como poco divertida, al siguiente parágrafo para ir un poco más allá en este cuento de terror:

¿Y si… antes de que cada cual publique un libro le investigamos? Creo que esto ya se hizo con excelentes resultados en Estados Unidos, home of the free, lo llamaron caza de brujas, creo, o algo así. ¡Asunto resuelto!

Y por favor: repito que estoy atacando a un fantoche imaginario que representa a un puñado de seres reales, no sé quién habló de la pederastia ni me importa, ni sé si lo que cogí al vuelo era eso mismo que refiero o no. Continuemos:

Nos hubiéramos evitado Los cantos de Maldoror, y las guarradas de Sade, por no hablar de todos los cochinos esos surrealistas; Platón a la hoguera, y no solo él: todos los que tuvieron esclavos (la esclavitud es maaaala), eliminados. El donoso escrutinio definitivo, Cervantes y Shakespeare, borrados de la historia con sus inmundas creaciones. Y más: ¡Baudelaire! Ese cochino putero. ¡Timothy Leary y Aldous Huxley con sus apologías de la droga! Fuera todos, y nos quedamos… no sé, con Gloria Fuertes a lo mejor. ¡Con San Juan de la Cruz desde luego que no! Recordad esa pornografía de “rompe la tela de este dulce encuentro”.

Debiéramos también remendar personajes execrables tal vez. Así que la mitad de mis novelas ¡a la hoguera!

Pero lo que más gracia me hizo fue, desde luego, que ese patán, o patana, usase la palabra pederasta, que al cabo, etimológicamente, viene a significar “amante de niños”; ¿acaso no habéis, oh bienpensantes, encontrado una nueva palabra para tales aberrantes prácticas? Aunque claro (suicidio público): y lo dejo aquí escrito con fuego: lo que es aberrante en un tiempo y lugar puede muy bien ser considerado todo lo contrario en distinto tiempo y lugar. Esto que parece tan fácil de entender todavía no se entiende.

En este punto se me acusará de defender a todos los violadores de niños… y mira que la palabra pederastia, repito, no lleva implícita ninguna violencia. Pero en fin, ¿qué puedo hacer yo contra los justicieros que quieren volver a los tiempos de la caza de brujas, pero no solo contra el comunismo, sino contra… lo que sea que se ponga de momento de moda (o a contra moda)?

Nada, nada puedo hacer salvo despotricar y no ser entendido.

Luego tenemos lo de “la incitación al odio”. Ay. Con lo que me gusta incitar y lo que me gusta odiar, dicen que es cosa mala. Y yo, que debo ser tonto, veo odio del patán o patana antementado hacia los pederastas, y veo que incita a odiarlos. Y me pregunto: ¿si se incita a odiar ciertas cosas que odia la mayoría (o ELLOS, que se lo imponen a esa mayoría) no es incitación al odio? Ay, no, perdón, perdón, que cuando los buenos y bienpensantes y santos odian algo no dicen que lo odian, dicen que lo condenan (ya salieron los jueces de nuevo). Como veis: no me entero de nada.

Por otra parte está la idea de que la escritura es un ejercicio catártico, y puedo imaginar a un hombre (muy malo, muy malo) que siente inclinación sexual por los niños (no me meto en si esto es morboso, en si tiene arreglo o en si es natural y no intrínsecamente malo, para discutir sobre eso hay que estar cara a cara y bebiendo); pues bien, este hombre decide escribir sobre sus inclinaciones, sobre su necesidad condenable socialmente, y ¿qué hacen los pueblerinos? Se arman de antorchas, palos y horcas, lo acorralan en el molino, y lo queman. Se acabó la catarsis, a tomar por culo.

Pronto los escritores (yo no, que me retiro) habrán de rellenar un cuestionario moral y ético preparado por el gobierno (que al fin y al cabo es el que pincha y corta), aconsejado, imagino, por sicólogos de catadura intachable (¿o se dice caradura?), para poder ponerse a escribir. A escribir sobre personajes que no atenten contra nada de nada, que sean como maniquíes vacíos, tontos, pero vestidos con las ropas aconsejadas por el tito y la tita Supremacía Moral. Y entonces ya, por fin, se acabará la literatura consumida por el más puro y abstruso aburrimiento. Y Ahab ya nunca intentará atentar contra esa ballena blanca en peligro de extinción. Y seguramente, ella también aburrida sin que nadie intente cargársela de un arponazo, nos acabará comiendo a todos.

3 comentarios

vicente octubre 7, 2022 - 10:22 am

A tus pies.

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Daniel Aragonés octubre 8, 2022 - 8:18 am

Y has sido bueno y correcto. Sin duda, los verdugos salen del patíbulo, o cadalso, o lo que sea, y, mientras se fuman un cigarro intentan comprender por qué el entrenador de su equipo puso a unos u otros defensas y perdieron el partido. Espero que se entienda lo que quiero decir. Mucho tonto para tan pocas balas. Demasiado contenido intelectual para muy poca materia gris. Pisamos terrenos pantanosos repletos de gilipollas que no tienen cerebro (pero creen tenerlo, ahí el peligro). Como siempre, a tu lado intelectual. Abrazacos.

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José Luis Pascual octubre 8, 2022 - 11:24 am

Verdades como Moby Dicks. Enhorabuena.

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