Título: Así creamos monstruos
Autor: Ignacio Cabria
Editorial: Ediciones Luciérnaga
Nº de páginas: 504
Género: Ensayo, Enigmas y conspiraciones
Precio: 19,95€
RESEÑA
Recuerdo con cariño la edición que leí en la Biblioteca de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Granada, cuando allí vivía, de la Historia Natural de Plinio. Una pena que no se me ocurriese robarla, pero es que en aquellos días trajinaba muchos libros de aquí para allá en esa biblioteca. La lectura de este ensayo de Ignacio Cabria me ha hecho recordar a Plinio y a una caterva de escritores y de libros más, que son mencionados y citados con profusión por el autor para contarnos la fantástica historia de los monstruos; de los más famosos, al menos: el gigantesco Kraken, el maligno pulpo gigante, la seductora sirena, peinándose y mirándose en un espejo sentada en una roca, el chupacabras, el bigfoot, etcétera.
Si por algo me ha gustado especialmente este ensayo ha sido por su perspectiva, digamos, jungiana: no se nos trata de convencer, a la manera que sucede en algunas zonas de la criptozoología, de la existencia (ni de lo contrario) de tales monstruos (recordándonos muy convenientemente que a menudo el monstruo se transforma fácilmente en un animal más, sin ningún atributo moral de ningún tipo, una vez que se le otorga un nombre y se le inscribe oficialmente, digamos, en el registro consuetudinario de la ciencia), sino que más bien se analiza su impacto psicológico en las personas y las posibles vías de instauración de los mismos en el folklore de todo el mundo. Es decir: está escrito desde una perspectiva sobria, como requiere el asunto tomado seriamente.
Además, se usa un lenguaje ágil que hace la lectura cómoda, distendida. Sin faltar en ningún momento al rigor que debemos exigir en un trabajo como este.
Al final del capítulo 2, Los marinos que veían sirenas y tritones, nos deja caer una frase que se erigirá para el resto del libro como principio, cuando nos habla de sacar a un monstruo de su contexto, ya cultural, social incluso, folklórico (o criptozoológico, claro)… dejad que la busque y la copie:
«Si queremos entender a un monstruo, no es posible sacarlo de su contexto cultural o mitológico, aislarlo del resto de la narración con la que está imbricado y convertirlo en un animal susceptible de ser estudiado por la zoología».
Esto nos sirve casi para estudiar cualquier fenómeno desde una perspectiva antropológica, o digamos mejor: desde una perspectiva curiosa, sencillamente.
Permitidme que abunde sobre este particular, que me ha agradado sobremenera, citando otro extractillo:
«De esta manera, uno de los significados de aquellos antiguos relatos, que era su aspecto de portento, queda desvalorizado al convertirlo en un fenómeno criptozoológico, es decir, naturalista y paranormal.
En este reduccionismo han caído también algunos escépticos, que al intentar explicar narraciones del folklore como hechos con una explicación en términos de fenómenos naturales han privado a los textos de su capacidad alegórica. En los estudios sobre los monstruos, al evitar sus elementos culturales se ha renunciado a conocer en su totalidad los significados que están en el origen de las creencias populares y de las visiones modernas».
Cuando yo leí, por ejemplo, La navegación de San Brendán, uno de mis textos predilectos, no se me ocurrió en ningún momento intentar “naturalizar” nada de lo que allí se refiere, sino que lo ponía al mismo nivel que El libro de las maravillas de Marco Polo, o El asno dorado de Apuleyo, por ejemplo: es decir: son narraciones maravillosas, y como tales: me maravillan.
Siguiendo con Así creamos monstruos, diré un par de cosas más:
En primer lugar, que me ha reconciliado un poco con el chupacabras, un monstruo que apenas me había interesado, quizá por ser de los más “modernos”; aquí consigue Cabria remozar mi interés por este supuesto vampiro, alienígena o compendio de emociones negativas…
En segundo lugar, que el trabajo incluye un montón de casuística española que hasta el momento, para mí al menos, estaba muy dispersa en varias obras o directamente solo en inglés (Angolina, el urco, el hombre pez de Liérganes –éste acaso el más famoso de los monstruos españoles). Lo cual es de agradecer.
Un ensayo, en resumidas cuentas, de gran fuste, y muy recomendable para cualquiera que quiera acercarse, ya lo he dicho, a los monstruos desde una perspectiva absolutamente sobria pero sin renunciar (nunca) a la maravilla.
Fco. Santos Muñoz Rico
Redactor
3 comentarios
Siempre es interesante esa objetividad de la que hablas, dejando abierta la puerta del librepensamiento. Yo tengo un par de libros al respecto, y son bastante subjetivos, muy concretos con las realidades que describen. Como si ciertas leyendas o habladurías fuesen ciertas.
Cómo siempre, muy buena reseña. Ahora me voy, que mi kraken tiene hambre.
Maravillosos seres.
Por cierto, tendrías que haber robado el libro.
Un exceso de raciocinio en torno a lo fantástico suele ser contraproducente.
Buen análisis 👍