A sangre y fuego: la vida y obra de Robert E. Howard (Mark Finn)

por Francisco Santos Muñoz Rico

Título: A sangre y fuego: la vida y obra de Robert E. Howard

Autor: Mark Finn

Editorial: Sportula

Nº de páginas: 486

Género: Ensayo

Precio: 33€ (tapa dura) / 30€ (rústica)

NOTA EDITORIAL

Robert E. Howard, creador de Conan el cimerio, Solomon Kane, Kull de Valusia y muchos otros personajes que han sido determinantes a la hora de definir la fantasía moderna, pasó la mayor parte de su corta vida en el pueblo de Cross Plains, Texas.

Aunque sus libros se editan una y otra vez y el interés por su obra no deja de crecer, el propio Howard ha sido, hasta hace poco, una figura de la que se tenían pocos datos ciertos y contrastados. Sus primeras biografías estaban repletas de especulaciones interesadas, verdades a medias y mentiras directas.

Finn deshace el entuerto en este libro, donde explora las raíces literarias de Howard y corrige numerosas ideas erróneas acerca del autor texano, su vida y su obra. Por si eso fuera poco, realiza un recorrido fascinante por el universo de Howard tal como él mismo lo habría visto, a través de su propia y desbordante imaginación.

La versión española sigue la edición de 2014, donde Finn expande y revisa la original de 2006.

RESEÑA

En cierto modo no me apetece escribir una reseña de este libro, preferiría mandaros a todos a tomar por culo, o al Infierno, como diría Robert. Es algo que me sucede a menudo, pero hoy, después de haber leído este libro, cuyo subtítulo, La vida y obra de Robert E. Howard, promete lo que ofrece, hoy me sucede con más vigor: quiero mandaros a todos al Infierno. Esto mismo le sucedía a Howard (no hay que leer este libro para saberlo), y le sucedía bastante. A pesar de ser un tipo afable y agradable en el trato (como lo puedo ser yo) le pasaba que no os soportaba a ninguno de vosotros el noventa por ciento del tiempo. Robert Howard es, seguramente, mi escritor favorito, quiero decir que si tuviera que nombrar a uno es muy probable que fuese al loco tejano de Robert, por eso leer esta biografía, que también es ensayo, me ha hecho empaparme de melancolía espesa: no solo la mía propia, también la de Robert, mi amigo (pero paremos de hablar de mí, ya dejé dicho en otro sitio lo que Robert E. Howard es para mí).

Ha habido con Howard desde que murió un reduccionismo atroz, propiciado por algunos escritores que han pretendido desentrañar lo que es imposible desentrañar, cargar a Robert con conflictos, traumas y paparruchas, le han inventado problemas que no tenía, lo han tratado de Freudizar… Mark Finn no se pasa de listo, como hicieron L. Sprague de Camp o E. Hoffmann Price, puedo afirmar que el tipo Finn ha calado bien, casi siempre, a Robert. Y esto solo ya es interesante para que el amante de Howard se acerque al libro.

Pero hay más. Casi no deja ningún tema importante de la vida del tejano sin tocar, y el repaso que da a la obra es muy completo, bastante satisfactorio. Además, no se limita a traernos una aburrida lista de nombres y fechas: como ya he dicho: la obra es tanto una biografía como un ensayo desde un punto de vista preñado de amor por su literatura, pero sin perder ese punto crítico necesario. Esto del amor creo que es inevitable, pues que un señor se acerque a estudiar la vida y la obra de un escritor no suele estar motivado por el desprecio de ese escritor, y advierto: cuando sí que está motivado por el desprecio, el resultado suele ser basura.

El libro tiene otra cosa muy buena: está profusamente acompañado de extractos de cartas —o cartas enteras—, diarios, artículos y testimonios de primera mano. Cosa esta que para nosotros, los amantes de Howard, es fantástica, pues os recuerdo que hay poca cosa, aún, en español sobre Robert Howard. Estos testimonios, perfectamente hilados con la trama (sí, la trama, pues en general te queda el gusto de haber leído una novela), ayudan a que veamos a Howard como debió ser, nos lo acercan y nos acercan no solo su trabajo, sino los vericuetos vitales por los que llegó a cada una de sus historias.

Mención especial merece el traductor, Rodolfo Martínez, quien no se ha limitado a hacer un trabajo correcto, sino que lo ha bordado, cosa que le agradezco, desde aquí, y le encomio.

De cualquier manera, sin menospreciar este trabajo, por supuesto, que es fantástico, no puedo dejar de recordaros que uno de los mejores libros, acaso el mejor, que se han escrito sobre el mismo tema: Howard y su obra, no es necesario traducirlo al español, ya que ha sido un español el que lo ha compuesto: Javier Martín Lalanda: Cuando cantan las espadas, La fantasía heroica de Robert E. Howard, en editorial La biblioteca del laberinto. Los dos libros, creo yo, son imprescindibles para terminar de meterse en Howard: si, como me pasa a mí, vuelves una y otra vez a Howard, estos dos son, a manera de guía, magníficos compañeros.

«I am the spur

That rides men`s souls,

The glittering lure

That leads around the world»

1 comentar

Daniel Aragonés junio 12, 2023 - 12:30 pm

No siendo un experto en Robert, sigo embelesado con muchas de sus historias. No sabría elegir una. Poco importa si era despreciable, vil o afable. Yo mismo soy un ser al que le gusta mantenerse al margen. No me la voy a leer porque me aburren los ensayos tan largos. Pero ya me la contarás, cuando te salga de las pelotas. Como siempre, a tus pies. Abrazako.

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