Psicosis: Diez claves con las que Robert Bloch nos enseña a escribir terror

por José Luis Pascual

Psicosis: diez claves con las que Robert Bloch nos enseña a escribir terror (por Miguel Vararte)

Robert Bloch escribió clásicos como El Vampiro estelar (1935), firmó capítulos de Star Trek y llenó de fantasía y pesadilla las mentes de miles de lectores con sus cuentos y novelas. Pero, sin lugar a dudas, la obra con la que logró dejar su marca inmortal en la cultura popular es Psicosis (1959).

Y no fue solo porque Alfred Hitchcock llevara la historia a la gran pantalla, no… Psicosis es una obra maestra del terror por mérito propio.

En este artículo vamos a ver cómo el maestro Robert Bloch, en tan solo siete semanas, construyó una trama tan sólida como terrorífica, haciendo un uso original de lo cotidiano, lo común y lo mundano. La lectura de Psicosis es una gran lección sobre cómo escribir terror,  y toda una demostración de técnica y destreza literarias.

Y ahora, sin más dilación, veamos esas diez claves.

1 – El peso ideal

En Psicosis ningún elemento queda al azar o sin respuesta.

Todas las escenas, descripciones y diálogos de la novela están enfocados a que la narración avance. No hay ni un gramo de paja, nada sobra. Robert Bloch construye un relato en el que, queramos o no, iremos justo por donde él quiere llevarnos, y recibiremos cada respuesta en el momento adecuado.

2 – Capítulos cortos que se centran en una idea concreta

Nos encontramos ante una novela de poco más de 200 páginas, repartidas en 17 capítulos. Y estos últimos son cortos y concisos, de aproximadamente diez páginas. En cada uno de ellos Robert Bloch se encarga de que suceda una cosa concreta. Y sobre todo, de que una idea concreta se instale en nuestra mente.

Así, como en un juego macabro, los personajes avanzan por el tablero, casilla a casilla, hacia el destino final. Y nosotros con ellos, pero a una velocidad concreta y continua, como el autor lo establece. Eso hace que, de nuevo, como lectores, nos dejemos llevar.

3 – Intriga y suspense al final de cada capítulo

¿Pensabas irte a dormir pronto esta noche? Pues eso no sucederá si en tu mesita está Psicosis con un punto de libro marcando una de sus páginas.

En esta novela, al final de cada capítulo el autor nos lanza un cliffhanger con el que nos deja totalmente pegados a la narración gracias a los giros imprevisibles de la trama.

Hasta ahí todo normal, pero la forma en que lo hace es sublime, porque Robert Bloch utiliza esos ganchos de una forma ligera y certera, creando la máxima cantidad de contenido y el más vertiginoso de los giros con el número mínimo de palabras.

Sé que parece que me pierda en alabanzas al bueno de Robert pero, cuando llegues al final del capítulo 3, estarás de acuerdo conmigo.

4 – Realismo

La novela está inspirada en los crímenes del asesino en serie Eg Gein. Eso sí, como el propio Robert Bloch remarcó en más de una ocasión, los crímenes son la inspiración, no el asesino.

Corria el año 1957 cuando Robert Bloch aporreaba el teclado en su casa de Weyauwega, un pueblo de Wisconsin en el que, según sus propias palabras «estornudabas en una punta y te decían salud desde la otra». Era un lugar donde todos se conocían y el descubrimiento de los horrores de la granja de Ed Gein (a menos de 50 kilometros de la casa de Robert Bloch) generó un impacto traumático en las mentes de la época.

Hoy por hoy, estamos acostumbrados a la presencia de este tipo de monstruos humanos, pero al final de los años cincuenta muchas de aquellas personas ni tan siquiera conocían la palabra «psicopatía». Y sin lugar a dudas, ninguna de aquellas personas, incluido Bloch, sabía lo que pasaba por la mente de una persona como Ed Gein.

Sin embargo, tal ignorancia debió de ser un preciado recurso para el autor de Psicosis, que se vio obligado a tener que reflexionar y sacar sus propias conclusiones, lo que dio pie a la excelente construcción de los personajes de la novela.

5 – Pocos personajes, muchas psicologías

Si has leído esta novela sabrás que en ella hay más personajes que personas. Y, sin embargo, los diferentes personajes del libro disfrutan de un aura de humanidad muy lograda. Podrían ser cualquiera de nosotros, quizá alguien conocido, quizá el vecino.

Ese lado mundano hace de la novela una historia universal y cercana, que incluso décadas después sigue siendo moderna y actual. Pero vayamos más allá y veamos lo que compone a los diferentes personajes, y lo que tienen en común.

6 – Pasiones humanas, mundanales, terribles

En mi opinión, este uno de los puntos fuertes de la novela y de su técnica narrativa.

En Psicosis, Robert Bloch no cae en clichés ni en efectismos propios del género. O al menos entonces no lo eran. Intenta en todo momento utilizar la mínima porción posible de gore a la hora de explicar una historia de demencia y crimen serial que, de hecho, es bastante sangrienta. Crea un mito del terror lleno de fantasmas, vampirismo, locura, sombras, momias y licantropía… pero nada de esto aparece como tal.

Me pregunto si el autor fue consciente de todo esto al escribir la novela, porque lo único que encontramos son personas reales; verdaderos monstruos, más o menos peligrosos —monomaníacos en su mayor parte—, pero totalmente comunes.

Y eso es toda una demostración de maestría.

7 – Frases míticas que condensan la personalidad de los protagonistas

¿Quién no recuerda la frase «A veces todos nos volvemos un poco locos»? Es sin duda una de las grandes oraciones de la novela.

No cabe duda de que unas buenas frases siempre ayudan; hacen que el mensaje se instale en nuestro cerebro de forma duradera. Y Psicosis está llena de ellas.

Mira esta, por ejemplo:

«Vivimos solos y todo se pudre, como al fondo de una botella, o en el interior de una ardilla llena de paja».

Norman Bates en Psicosis (Robert Bloch (1959)

Si has leído el libro, sabrás cuánto sentido tiene esta frase y cuánto define a Norman Bates. Y si además eres escritor, sabrás lo difícil que es crear esta clase de oraciones. Y es que ser conciso y profundo al mismo tiempo también es un arte.

8 – Descripciones cortas pero impactantes

Hablando de ser conciso: es remarcable lo poco que Robert Bloch dedica a las descripciones en la novela. Apenas les otroga unos párrafos cortos en los momentos necesarios. Y sin embargo, el efecto es devastador, desde la primera página nos vemos metidos en un mundo de fantasías y fantasmas de gran realismo.

El asunto merece ser desarrollado en los próximos puntos, así que analicemos…

9 – La ambientación perfecta

Lluvia, soledad, carreteras y referencias a lo oculto.

Con solo estos cuatro elementos el autor nos presenta un mundo denso, pero enmarcado en unos límites muy fijos; un mundo hostil que funciona como un fondo desdibujado y, no obstante, definido. Una especie de banda sonora de fondo, a modo de musique d’ameublement (ok, ahí me he pasado), que funciona como contraste perfecto a la carga psicológica de la narración.

Y hablando de psicología y ambientación, en Psicosis la narración orbita en torno a…

10 – Un centro del mal misterioso y atrayente

En esta obra la relación casa-mente funciona con una precisión terrorífica.

La mansión Bates no es como las demás. Es una casa encantada… y no lo es.

El viejo caserón nos da una impresión, pero al final la realidad es otra, más terrible e inimaginable. La forma en que el autor nos presenta los escenarios está, como todo en la novela, muy bien medida.

Y eso Robert Bloch debió hacerlo a conciencia, porque incluso en lo que se refiere a la casa, el estilo y la complejidad de las descripciones cambian, generando en el lector una serie de sensaciones —de nuevo— muy contrastadas, en relación con las que encuentra cuando lee las escenas que suceden el el exterior.

(10+1) – La pincelada maestra.

Robert Bloch sabe impactarnos desde el principio para instalar en un nuestra mente una sensación de peligro y salvajismo que a continuación solo nos dejará entrever. A pesar de la brutalidad de algunas de sus escenas, Psicosis no necesita excesos de sangre o gore; todo está en la cabeza del lector.

Y esa es la gran clave: el terror no está en la pluma del autor, sino en los ojos del lector.

Y así llegamos al final.

En este artículo hemos visto una serie de recursos que podemos aplicar a nuestros textos, o que nos pueden ayudar a analizar nuestras lecturas. Sin embargo, eso no significa que debamos escribir así, pero cuando alguien como Robert Bloch (discípulo aventajado del mismísimo H. P. Lovecraft), se dedica a aterrorizarnos haciendo uso de tales métodos, no está de más tomar nota, ¿no crees?

Si miramos atrás, Psicosis fue una obra capital para el posterior desarrollo del slasher; y sentó bases estilísticas para la literatura true crime. Sin embargo, y aunque cueste creerlo, el bueno de Robert Bloch ganó solo 6.125 dólares con ella. Su agente vendió los derechos para el cine a un comprador que quiso mantenerse en la sombra, firmando así un contrato ridículo que ni tan siquiera le ofrecía al autor royalties por la eventual película.

Aquel comprador anónimo fue Alfred Hitchcock, y gracias a la conocida película del mismo título, ganó más de seis millones de dólares.

El resto es historia.

Miguel Vararte

Miguel Vararte (Barcelona, 1982) es ilustrador y escritor. Tras cursar estudios en la Escola Joso trabajó haciendo storyboards, dibujando cómics, desarrollando productos de branding para marcas comerciales e ilustrando juegos de mesa. Es el ilustrador de Ojhmron: la trilogía oscura, y recientemente ha publicado las novelas de terror El Emblema del delfín y Vinieron a llevarse sus almas.

2 comentarios

Vicente marzo 25, 2024 - 10:14 am

Magnífico.

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Daniel Aragonés marzo 27, 2024 - 12:16 pm

Me encanta el desglose. Estoy muy de acuerdo con todo. Es una novela maravillosa e inmortal.

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